Cuando tenia cinco años, camine hasta el altar con el hombre de mis sueños.
Bueno, dejemoslo en "el niño" de mis sueños. También tenia cinco años.
Conocía a Carlos prácticamente desde que nací.
Su padre y el mio eran muy buenos amigos de la niñez y, todos los años, Carlos y sus padres pasaban el verano con mi familia.
Mi álbum de recuerdos de la infancia esta lleno de fotos de los dos: bañandonos juntos, de bebes; jugando en la casa del árbol del jardín trasero....
Todo el mundo bromeaba y aseguraba que algún día nos casariamos de verdad, Carlos y yo también lo creíamos. Nos considerábamos la pareja perfecta.
Me empujaba en los columpios y yo le ayudaba a organizar sus muñecos de acción. Carlos opinaba que estaba preciosa con mis coletas, y yo pensaba que el era muy guapo.
Sus padres me caían bien, y a el le caían bien los mios.
¿Que mas podía pedir una chica?
Para mi, esperar con ilusión la llegada del verano equivalía a esperar con ilusión a Carlos.
Este verano prometía ya que iba a ser nuestro primer beso.
Después de aquel beso, mi entusiasmo por la llegada del verano se incremento. Ya no eran juegos de niños. Nuestros sentimientos eran auténticos, diferentes. El corazón ya no era de cartulina: estaba vivo, latía... Era de verdad.
Hasta que llego ese verano en el que Carlos y yo ya estaríamos juntos.
El ultimo mes de instituto me resulto insoportable. Inicie la cuenta atrás de su llegada. Salia de compras con mis amigas en busca de ropa para gustar a Carlos. Incluso me compre mi primer bikini pensando en el. Organize mi horario de trabajo en la clínica dental de mi padre adaptándolo al horario de Carlos en el club de campo. No quería que nada se interpusiera entre nosotros.
Y entonces sucedió,
Allí estaba.
Mas alto.
Mas mayor.
Ya no era solo guapo, sino sexy
Y era mio.
Quería estar conmigo, y yo con el. Parecía así de simple.
Al poco tiempo, estaríamos juntos. Por fin juntos de verdad.
Solo que no fue el cuento de hadas que yo había esperado.
Porque los chicos cambian.
Mienten.
Te pisotean el corazón.
A fuerza de desengaños, descubrí que ni los cuentos de hadas ni el amor verdadero existen.
Que el chico perfecto no existe.
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El Club del Olvido
FanfictionMaria esta harta de los chicos y harta de salir con ellos de modo que hace un juramento: "NUNCA MAS". Ha sufrido demasiadas malas experiencias y le han hecho daño demasiados chicos. Pero no le va a volver a pasar, ya que decide formar el Club del Ol...