Primer dia de clase. Aun no habia llegado al instituto y ya tuve que enfrentarme al enemigo. No se trataba de Carlos; se habia marchado. Pero era algo de su bando.
-¡Uf! ¿Te puedes creer que mi hermano pequeño ya va al instituto?-Elena señalo el asiento posterior de su coche, donde su hermano Miguel hacia sonar un iPod a todo volumen-. Y ¿sabes, Mery? No veo que tenga cuernos de diablo en lo alto de la cabeza.
-Todavia- le dedique una sonrisa arrogante.
El pequeño Miguel Gil era un alumno de tercero de secundaria..., un chico..., uno de ellos.
Me pregunte cuando empezaria a actuar como el resto de los alumnos del instituto Ribera de la Gaza.
Cuando Miguel se bajo del coche de Elena, no pude evitar fijarme en que se parecian mas que nunca, con su pelo rubio oscuro, sus ojos verdes y su ovalo redondo de la cara.
Elena me miro de arriba a abjo.
-Mery, esos zapatos son increibles. Hoy estas deslumbrante- se aplico una nueva capa de brillo en los labios mirandose en el espejo retrovisor-. ¿Decidida a impresionar a alguien en particular?
Solte un gruñido.
-No. Queria estar guapa para mi, nada mas.
La mirada que me lanzo dejaba claro que no se lo creia.
Me daba igual. Iba a ser el comienzo de un curso alucinante. Abri la puerta del instituto, emocionada por empezar el año escolar sin toda aquella locura de los chicos.
La sonrisa en mis labios se apago a toda prisa cuando me tope con Julio, que llevaba la cazadora con sus iniciales que me habia "prestado" cuando saliamos. Que oportuno ser ser recibida por un recordatorio de antiguos novios terribles.
Menos mal que Carlos estaba en Barcelona, a kilometros de distancia.
Doble la esquina para alejarme de Julio y vi a Felipe Garcia, quien, al parecer, seguia siendo demasiado creido como diriguirle la palabra a Elena.
Note una vibracion en mi bolso y saque el movil. Me detuve en seco y Ruben Boluda se choco contra mi.
-¡Cuidado!- dijo mientras su novia, Alicia, me lanzaba una miraba furiosa.
Sali de mi aturdimiento. Estaba convencida de que tenia que haber un error. Pero no: el movil, cruelmente, confirmaba la verdad. Era un Whatsapp de Carlos. Como no, habia encontrado una manera de torturarme aun sin estar cerca de mi. Que tengas un buen primer dia de clase.
¿Como? En primer lugar, sabia que yo no le hablaba. En segundo lugar, solo habia pasado dos semanas, ¿pensaba acaso que se me habia olvidado? En tercer lugar, el mensaje no podia haber sido mas patetico. Lo borre y guarde el movil en mi bolsillo de un empujon.
Me negue a permitir que Carlos arruinarse un solo dia mas de mi existencia.
-¡Maria, te has metido en un buen lio!- Ivan estaba apoyado en su taquilla, con los brazos cruzados y una sonrisa traviesa en los labios.
Genial. No estaba de humor para hacer caso a sus estupideces.
-¿Que pasa?- pregunte con impaciencia mientras abria mi taquilla, a tres puertas de la suya.
Ivan se quedo mirandome, desconcertado.
-Mmm, no importa- cogio mi horario de clases, en lo alto de mi pila de libros.
Ivan era uno de esos chicos con una novia pegajosa cuya vida giraba en torno a el.
Se trata del chico "perfecto" del instituto: un destacado jugador del futbol, con buenas notas y guapisimo. De constitucion delgada, supera el metro ochenta de estatura; musculatura fuerte, tiene unos ojos marrones increibles, y siempre se estaba pasando la mano por el pelo, negro y liso. Naturalmente tambien era uno de los mayores conquistadores del instituto.
Tiempo a atras yo solia caer en sus encantos; pero esta vez no apetecia saber nada de el.
Era un chico. Un chico en toda regla. No me habria extrañado que ocultara cadaveres de niños y de cachorros en su taquilla.
Me costo verlo sin Tamara Martin pendiente de sus movimientos. Ivan y Tamara llevaban saliendo toda la vida. Bueno empezaron en primero de secundaria; pero en el instituto eso significaba desde siempre, Tamara era la clasica novia para un triunfador del estilo de Ivan: larga melena rubia y liso, ojos azules, cuerpo esbelto en plan modelo y siempre, absolutamente siempre, impecable: la clasica animadora/ presidenta del Consejo de Alumnos.
-¡Vaya! Por lo que se ve, solo coincidimos en Historia Universal- me estaba diciendo Ivan- Andres tambien esta en esa clase. Apesta a tope.
-Si, apesta- no intente finjir.
-¡Holaa!
Mire pasillo abajo y vi nada mas y nada menos que a la señorita Tamara Martin, que caminaba en nuestra direccion con una enorme sonrisa plasmada en el rostro.
Debia de tener una especie de sexto sentido que advertia de que Ivan estaba hablando con otra chica. Trate de no poner los ojos en blanco mientras sacaba los libros de la taquilla.
-¡Feliz primer dia de clase!-exclamo.
Cerre la taquilla de un golpe y me dirigi a la clase de Lengua, pero me encontre el paso bloqueado por Tamara.
-Eh, Mery-dijo-. ¿Que tal este verano?- me entraron ganas de vomitar a recordar todo lo que haboa pasado con Carlos.
Me quede mirandola, ¿Por que hablaba? No nos habiamos dirijido la palabra desde hace siglos.
-Eh, Hola, Tamara- no entendia porque todo el mundo tenia que sacar el tema del verano.
-Bueno, ¿es que no notas nada?- Tamara empezo girar sobre si misma.
-Maria, mi conjunto. ¿Es que no te acuerdas?.
Examine la ropa que llevaba: sudadera OBEY, pantalones super justados vaqueros y unas VANS negras. Encogi de hombros. Pues no me acordaba de nada.
-¡Maria!, Y ahora, ¿Te acuerdas? Siempre llevabamos esta sudadera el primer dia de clase.
Me quede boquiabierta. Si, claro, cuando teniamos menos años... y nos hablabamos.
-Mmm, lo siento- me disculpe-. Ha pasado mucho tiempo.
Tamara y yo eramos intimas amigas cuando eramos pequeñas.
Pero nada de eso importaba ya. A Tamara no volvio a interesarle ninguna otra cosa desde que conocio a Ivan.
Tamara tenia que elegir entre su mejor amiga y su novio.
Adivina por quien se decidio.
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El Club del Olvido
FanfictionMaria esta harta de los chicos y harta de salir con ellos de modo que hace un juramento: "NUNCA MAS". Ha sufrido demasiadas malas experiencias y le han hecho daño demasiados chicos. Pero no le va a volver a pasar, ya que decide formar el Club del Ol...