BLOOD // CARL GRIMES

4

No conseguí hacerte ni una sola bala.

-mira hazlo así- dijo carl.

Acto seguido se posicionó detrás de mi y colocó sus manos justo encima de las mias.
Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo al sentirle tan cerca. Podía notar los latidos de su corazón chocando contra mis manos y su olor...
Tenían que controlarme no podía hacerle sospechar.
Aunque... Después podría hacerle olvidar.
No, de ninguna manera, Damon se daría y cuenta y eran buenas personas ¿desde cuando me importaba que fuesen buenas personas?
Deje que carl me indicase y disparé acertando a la primera.

-lo conseguí- dije dándome la vuelta y sonriendo.

Nos miramos a los ojos durante unos segundos hasta que tuve que romper el momento.

-volveré a intentarlo- dije un tanto incómoda.

El asintió. Los siguientes tres disparos fueron en el blanco. Estaba bastante orgullosa, podría servirme mucho aprender a disparar. No podía morir por un mordisco de caminante pero me dejaría una fea cicatriz.

Los siguientes días Carl y yo nos hicimos más cercanos. Todas las mañanas recorriamos el bosque hablando de cualquier cosa, en ocasiones se unia Beth con la que también compartia parte de mis días.
La sed de sangre humana cada vez era menor, ya no me preocupaba el estar cerca de ellos y no saber controlarme.

En ese instante me encontraba sentada jugando a las cartas con carl. En una de las expediciones a un pueblo cercano Rick había encontrado una baraja y automáticamente se había convertido en uno de nuestros pasatiempos favoritos.
De pronto unos sonidos me llamaron la atención, nadie lo había percibido ya que eran lejanos, pero al ser vampiro el oído se agudizaba.
Seguí escuchandolos por unos minutos mas.

-ahora vuelvo- le dije a carl mientras me levantaba - Y no mires mis cartas- dije riendo.

Me acerque a Damon el cual hablaba con Glenn.

-¿escuchas eso? - susurré Sentandome a su lado.

Tras unos segundos en silencio me miró.

-serán caminantes Ania no te preocupes- dijo volviendo a su conversación anterior.

Yo volví a sentarme junto a Carl.
Habrían sido imaginaciones, todos los días me recorría el bosque dos veces y nunca habiamos visto signos de vida humana.
Tras unos minutos estábamos tan absortos en nuestra partida que cuando una voz que no reconociamos grito ambos nos sobresaltamos.

-¡todos de pie y las armas al suelo rápido! - dijo un hombre el cual nos apuntaba con una pistola a escasos metros de nosotros.

Automáticamente hicimos lo que nos pidió.
Podía sentir los corazones de todos ellos latir con fuerza debido al miedo.
De pronto sentí como una mano se entrelazaba con la mia, giré la cabeza y me encontré a carl mirándome con mala cara.
Su tacto me tranquilizó y no sabia el por qué.

-ahora vais a darme todo lo que tengáis - comenzó a decir el hombre- y como hagáis un solo movimiento extraño os mataré a todos - amenazó.

El hombre comenzó a andar hacia nosotros y de un momento se otro Rick saco su revólver y le disparó tres veces en el pecho. El hombre cayó al suelo, muerto me percaté de un movimiento tras unos árboles justo cuando un segundo individuo se hizo presente también con una pistola en la mano listo para disparar.
Ni siquiera lo pensé, en milésimas de segundo mi cuerpo ya estaba frente al de Rick sintiendo dolor agudo por todo mi abdomen.