EPISODE 3

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La noche terminó con un muy ebrio Xiao Zhan en el asiento trasero de un aún caliente Yibo manejando de regreso después de llevar a Xuan Lu al hospital. Su hermana estaba dando a luz ahora, y el chico que los recibió en el hospital era agradable, pero había confundido a Yibo como el futuro padre. ¡Cómo si así fuera!

Yibo sabía que no podía molestarse con ellos, el bebé recién nacido era algo importante que Xuan Lu siempre hablaba, pero Yibo había estado tan cerca de conseguir su objetivo. Que ahora con el atractivo pelinegro desmayado iba a tener que regresar por una prostituta o porno y su mano para liberarse de la dura erección que estaba llevando en sus pantalones. Era simplemente injusto, una maldita broma cruel.

No había sido difícil encontrar en dónde vivía Xiao Zhan. YuBin lo había ayudado a meter al pelinegro en el auto y buscar por su ID. Ahora, estaba estacionado en frente de un departamento que lucía nada más que terrible para él. 

Suspirando, sabía que era momento de dejar ir a la persona que deseaba, al menos por ahora. mientras miraba el edificio con frustración, se pregunto cual de todos esos pisos vivía Xiao Zhan. La tentación era muy grande de llevarlo a su penthouse y quizás poder terminar lo que quedo a medias.

Pero el estúpido karma llegó segundos más tarde, cuando un celular comenzó a sonar, Yibo sabía que no era el suyo. Solo se estiro para poder alcanzar el celular que reposaba en unos de los asientos traseros de su auto. Un pequeño premio de consolación para cuando vio casa parpadeando en la pantalla, le dio al botón verde y contesto.

— ¿Xiao Zhan? ¿Zhan, dónde estás? ¡Son más de las 3 de la mañana! Llegué a casa hace más de dos horas y no estabas, te estado llamando y no contestas y seguí llamando por que tú...—Una voz masculina resonó en el parlante, haciendo que Yibo alejara el teléfono lejos de su oído por el bien de su capacidad auditiva.

—Xiao Zhan está desmayado en mi auto, estoy estacionado en frente de su edificio. ¿Cuál es el número del departamento? —Yibo preguntó e interrumpió, mirando por un momento al pelinegro durmiente en el asiento trasero, y se preparó para otro lamento en el teléfono.

— ¿Qué mierda? ¿Por qué está desmayado? ¿Por qué está en tu auto? ¿¡Quién eres!? —Las preguntas salieron como lluvia del teléfono hacia el oído de Yibo, haciéndolo gruñir.

—Mi nombre es Wang Yibo, todos salimos de la oficina a celebrar un caso y él estaba muy ebrio para siquiera llamar un taxi —Explicó con voz cansada, sintiendo el comienzo de una jaqueca. ¿Acaso Xiao Zhan tenía a un maldito, lunático, hiperventilado, bastardo como novio o qué? Podría tener alguien mejor.... como él, pensó.

—Es el departamento 510b estaré abajo en un segundo para traerlo, espera —Ayanga habló antes de terminar la llamada, ya vistiéndose y agarrando sus llaves antes de dirigirse al elevador y al lobby con preocupación. Pronto estaba abriendo la puerta del edificio, mirando a la derecha y a la izquierda. No había ningún un auto usual, solo un maldito lujoso SUV que sabía no estaría normalmente ahí. Vio bajar a un chico del auto, vestido de una forma en la que Ayanga podría decir "chico adinerado" o algo por el estilo. Intentó no mirarlo y siguió buscando otro auto, hasta que vio al  chico del SUV abrir la puerta del asiento trasero y cargar a alguien sobre sus brazos, pudo reconocer esa figura fácilmente. Corrió hacia él inmediatamente.

— ¡Zhan!

Yibo bufo al oír a alguien gritar, la misma voz que había oído antes en el teléfono. Inmediatamente supo que había estado hablando con el novio. Suspiró, sintiendo al pelinegro ebrio sostenerse fuerte de su camiseta. Con suerte, Xiao Zhan no arruinaría nada y Yibo lo tendría en cualquier otro momento.

—Solo muéstrame el camino y lo llevaré, es más fácil así —Dijo, empujando la puerta del auto con su pierna para cerrarla. Qué bueno que tenía las llaves en la mano, solo por si acaso. En lugar de esperar por una respuesta, Yibo caminó hacia el departamento, sabiendo que el tipo no tendría oportunidad más que apresurarse y alcanzarlo.

Considerando que ya le habían dicho el número del departamento de dónde vivía Xiao Zhan, era más fácil para Yibo llegar ahí, grande o pequeño, todos los departamentos eran exactamente lo mismo. Pronto, ya estaban en el quinto piso y caminó por la aislada dirección que Ayanga se había apresurado en abrir la puerta, esperando ser guiado a la habitación o algo para colocar al pelinegro que estaba actualmente en sus brazos. Este estaba balbuceando incoherencias y aferrándose de la camiseta de Yibo. Quizá en otra situación lo hubiera encontrado lindo, ahora mismo sus brazos se estaban cansando del peso y estaba caliente. Estúpido chico por no ser capaz de aguantar el licor.

Justo como esperaba, Yibo fue guiado a la habitación, así que colocó a Xiao Zhan sobre la cama, lo cual le dio una oportunidad de mirar discretamente el lugar y asimilarlo. Era un lugar pequeño, pero lucía acogedor, aunque desordenado de algún modo. Aun así, Yibo pensó que era pequeño para una sola persona, así que se preguntó cómo dos personas lograban vivir ahí. Todo el tiempo la voz fastidiosa del otro tipo, quien asumió que era el novio del pelinegro, continuó siguiendo, Yibo giró su rostro hacia el Ayanga, casi mirándolo fijamente.

— ¿Te callarías por un segundo? Me estás dando una maldita jaqueca, solo está ebrio y que importa mañana es sábado. Despertará con una resaca, lloriqueo y vómito, pero sobrevivirá, así que corta el drama —Yibo gruñó, masajeando su cien, de acuerdo, ahora él quería ser el inconsciente, si eso significaba dejar de oír a Ayanga. Pero al menos lo detuvo de seguir vociferando.

— ¿Quién eres de todos modos? No es que no aprecie lo que hiciste por Zhan, pero...sí, no soy muy afectuoso con extraños en mi casa —Ayanga alzó una ceja, no gustándole más este chico. Le había dicho que se callara, cuando todo lo que había hecho era expresar su preocupación por su novio.

—Bueno, para el señor Inconsciente, no soy un extraño —Yibo respondió con una ceja alzada, cruzándose de brazos sobre su pecho y de una manera osada. Era raro para él estar en frente de alguien quien no conocía quién era o con quién se estaba confrontando sin haber sido enviado por alguien —Wang Yibo, CEO de la empresa Wang & Asociados. El jefe de Xiao Zhan.

La mandíbula de Ayanga fácilmente pudo golpear el piso por el asombro ¿Este el tipo que había llevado a su novio al borde, saturado con trabajo? ¿Este tipo arrogante era el mejor abogado de Asia? lucia tan joven, pero aun así su presencia intimidaba, quizás por lo mismo tenia a todo Asia a sus pies. Decidió que el tipo arrogante no estaba en su lista de gente que le gustaría tener cerca. Bueno, pensándolo al respecto, eso explicaba el lujoso Escalade abajo y pensó que sus lujosas ropas eran probablemente para encajar con su gran ego.

—Bueno, gracias por lo que ha hecho, Señor Wang, pero me encargaré de Zhan ahora. Estará de regreso el lunes. —Ayanga habló de repente no seguro si estaba agradecido, intimidado o fastidiado. Este tipo le daba un mal presentimiento, uno al que no podía poner nombre, pero lo tenia intranquilo.

—Eso espero, cuando despierte, dile que la hermana de Xuan Lu tuvo una niña y que lo espero a tiempo el lunes en la mañana; tenemos que hablar de algunas cosas de hoy —Yibo dijo relamiendo sus labios al recuerdo de la caliente sesión de besuqueos que había tenido con el pelinegro. Pensando al respecto, tener algo en la oficina sonaba tentador también, algo pervertido en una buena forma. Oh sí, ya estaba esperando que sea lunes, por primera vez en un tiempo. Ya podía imaginar al pelinegro apoyado en el escritorio de su oficina, gimiendo y rogando por más mientras él lo embestía duro una y otra y otra vez.

Esa caza de pronto se había vuelto mucho más interesante.

—Eh, de acuerdo, le dejaré saber —Ayanga asintió con el entrecejo fruncido, no convencido completamente sobre las intenciones del abogado. Y él no era un idiota, podía reconocer la mirada en los ojos del hombre al haber echado un vistazo por un momento al cuerpo durmiente en la cama. Este tipo quería a su novio, pero Ayanga no le dejaría tenerlo. Xiao Zhan era suyo, había sido y lo será. Así eran las cosas.

—Bueno entonces me iré, no te molestes conozco la salida. Un gusto en conocerte...—Yibo dijo con una mueca, buscando sacudir sus manos con Ayanga. Pudo ver que no lucía mal en lo absoluto, pero su interés estaba actualmente en alguien más. —Lo siento, no sé tu nombre, te dije el mío, pero no mencionaste el tuyo.

—Ayanga, novio de Xiao Zhan —respondió Ayanga, sacudiendo las manos con el jefe de su novio. No le gustaba esa mueca y esa sacudida de mano, era como si hubiesen acordado a un reto. Un reto sobre quién tendría a Xiao Zhan al final. por un momento se preguntó cuál sería el resultado si se metía en un lío de puñetes con el abogado. Obviamente, ese arrogante podía meterlo a la cárcel, pero por Xiao Zhan pelearía a muerte si fuese necesario.

—Muy bien, Ayanga, fue un gusto conocerte, bastante agradable —Yibo dijo con arrogancia. Oh, esto iba a ser divertido; lo sabía después de ver en la manera en que el hombre lo miraba. Muy bien, obtendría ese dulce trasero y luego le mostraría a Ayanga quién era, porque el siempre ganaba.

Después de esa incómoda despedida con Ayanga caminó fuera del pequeño departamento con su ánimo elevado en realidad. Un buen reto siempre le daba una avalancha de adrenalina del que no podía tener suficiente, y sabía que estaba a punto de meterse en una grande. Eso lo hacía todo más emocionante en realidad, rio ya adentro de su auto y descubrió la billetera de Xiao Zhan y el celular que aún estaban ahí. Sonriendo de lado ya planeando qué podría hacer con todo esto.

Objetion!!! Mi juicio eres tú...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora