EPISODE 20

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— ¿Estás bien? —Yibo preguntó, quebrando el silencio en el vehículo al lanzarle una mirada a su practicante/amante en el asiento pasajero, al lado de él. el pelinegro estaba totalmente en otro planeta. y se estaba preocupado por el pelinegro con el que ahora vivía. Aunque podía entender la ansiedad, el ácido ánimo a veces, todo lo que últimamente parecía invadirlo. Estaban yendo de regreso de visitar un posible testigo a su casa, teniendo en cuenta que la persona se estaba volviendo realmente paranoica que otra gente viniera a verlo después del crimen sucedido. Desafortunadamente, la única forma de llegar al edificio Wang desde su localidad era a través de cierta avenida justo donde el exnovio de Xiao Zhan vivía. Cuando pasaron por ahí, Yibo notó a Xiao Zhan tensarse.

— ¿Ah? Lo siento, me distraje por un momento —Xiao Zhan habló una vez que se dio cuenta que Yibo le estaba hablando. Había pasado una semana desde el horrible día cuando el pelinegro había estado en el departamento, encarando al hombre que una vez amó y rompiendo no solo su corazón, sino que parte del suyo en el proceso. Había salido corriendo ese mismo día como un cobarde a la seguridad de los brazos de Yibo y en la vida de este, donde incluso si sentía seguro, también sentía el temor y la culpa por el dolor que le había causado al resto de las personas de su alrededor. Nunca había esperado que acabase así. Pensó por un momento en qué lastimoso era que no pudieras decirle a tu corazón a quien gustar, por quien tener sentimientos. Miró al hombre preocupado a su lado e hizo a un lado sus pensamientos. Su corazón no estaba equivocado. Solo tenía una extraña manera de funcionar.
Cuando estuvo de regreso de su segunda ronda de pensamientos profundos, notó que Yibo los estaba manejando en algún lugar más en lugar de la oficina.

—Ehm, la oficina está por el otro camino —Xiao Zhan afirmó lo obvio, confundido. Tanto como sabía, aún tenían unas cuantas horas antes de que el día terminara y Yibo siempre había respetado los horarios y el tiempo, una buena parte de lo que él era.

—Lo sé. No estoy yendo a la oficina y tú tampoco —El abogado habló calmadamente, contento de ver que su pequeña táctica había logrado al menos distraer a Xiao Zhan de sus sombríos pensamientos que estaba seguro estaba teniendo en estos momentos. En el momento que había conocido a Xiao Zhan e incluso más ahora que compartían un lugar. Yibo había aprendido bien cómo leer al otro chico y sentir sus sentimientos, abrumador en el momento. Le dolía ver a Xiao Zhan aun luchando, así que intentaba hacer lo que sea para hacerlo sentir mejor: tocar el piano para él, pasear al perro, besarlo sin sentido, cocinar para él, hacer lo que sea para que el otro chico se sintiera mejor.

Yibo estaciono su auto en frente de un nuevo, exótico restaurante — ¿Te gustaría disfrutar de un fabuloso almuerzo tailandés antes de regresar al trabajo? —Ofreció con una pequeña reverencia, todavía en el auto, complacido al ver la suave, genuina sonrisa de Xiao Zhan. amaba verlo, incluso más si era cada día.

Ambos bajaron el auto y se dirigieron a la entrada del restaurante, la pareja fue guiada a la pequeña cabina privada en una parte especial del restaurante. En lugar de sillas, había cojines en el suelo alrededor de una mesa, lo cual lo hacía más sencillo para ambos sentarse de cerca, compartiendo su almuerzo y hablando de manera íntima y placentera —He estado queriendo decirte algo. —Yibo habló después de un momento de cómodo silencio, bebiendo un poco de su vaso.

Alzando la mirada de su plato, Xiao Zhan relamió sus labios un poco para probar todo de su almuerzo mientras miraba a su jefe. No tenía idea a lo que Yibo se podía referir, tan bien como la dulce inocencia y adoración resplandecía en su rostro mientras miraba al hombre sentado casi al lado de él. Cuando un par de suaves labios presionaron justo en la comisura de sus labios y un poco de lengua se movió ahí, casi derritiéndose en ese instante y lugar.

—Tenías un poco de salsa ahí. Aunque sabes mejor que eso —Yibo explicó con una pequeña mueca en su rostro, amando cómo podía hacer que Xiao Zhan se ruborizara con pequeñas cosas. Era atrayente y de alguna manera hacía que su corazón latiera rápido —Eso no es que lo que quería decirte en realidad —Admitió después de un momento, sonriendo. Estaba más que nervioso, pero esto era algo que tenía que estar hecho. Era cuestión de tiempo.

Yibo suspiró y dejó su tenedor, buscando por la mano de Xiao Zhan.

—Escucha, sé que empezamos de una manera extraña, pero yo...—Yibo se mordió el labio por un momento, admirando esos hermosos ojos que lo miraban con confusión y duda —Me he vuelto tan apegado a ti, y sé que no es justo lo que voy a preguntarte pero...bueno, incluso si tengamos que escondernos de todos al menos hasta que te gradúes, ¿aceptarías ser mi novio? Como ¿novios oficiales? —Yibo finalmente habló, sintiéndose más en el filo que en un juicio. Esto era más importante y comenzó a mordisquear su labio inferior.

Lo siguiente que supo fue que su mano se liberó y tenía sostenido a Xiao Zhan en sus brazos, un precioso peso en su regazo y un par de labios presionando contra los suyos, apasionado y emocional. Besó de regreso con el mismo entusiasmo, agradeciéndose a sí mismo por elegir tan buen restaurante con una cabina que les permitía estar cómodos, mientras sus manos se escabullían a dar un agarre al firme trasero de Xiao Zhan.

—Tú, idiota, siempre yendo y asustándome ¿no? —Xiao Zhan rio, en realidad sonriendo mientras hablaba, una vez que se separaron —Por supuesto que sí, no me importa si tenemos que ser discretos hasta la jodida navidad si eso significa que eres mío —Habló con tanta determinación que no había espacio para las dudas. Otro beso adorado fue seguido tras el primero, sus cuerpos presionando juntos, si eso fuera posible —Te amo, por supuesto que seré tu novio oficial, ahora y hasta que te aburras de mí, e incluso entonces no te dejaré ir tan fácilmente —Xiao Zhan habló entre besos, sintiéndose en la cima del mundo, mientras cuidadosos, expertos dedos jugaban en su cintura mientras una mano lo sostenía cerca entre rangos de besos. Si esta era la manera de Yibo de ser discreto, estaba ansioso de descubrir lo que llamaba ser expuesto sobre algo.

—No te preocupes, no planeo dejarte fuera de mi vista o agarre, así de bueno eres —Yibo respondió más calmadamente, complacido en cómo estaba yendo la tarde. A tal punto, sabía que tendría que dejar ir a Xiao Zhan de su regazo y permitirle que regresara a su almuerzo, pero ahora mismo esto era agradable.

—Tendré que hablar con Xuan Lu —Xiao Zhan comentó de la nada, sonriendo de manera sospechosa. No fue hasta que notó la confundida mirada de Yibo, que recordó que su nuevo novio, y jefe, no tenía idea de lo que estaba hablando —Ella como que intentó meterme en la cabeza de que sentías algo por mí hace ya unas semanas atrás, y yo le dije que el día que tú y yo seamos algo, ella debía intentar las cosas con Yubin, sin excusas —Admitió ya imaginándose cómo luciría el rostro de Xuan Lu al enterarse de las noticias. Rio un poco a la exquisita, malévola anticipación.

La risa de Yibo fue refrescante a la vez que Xiao Zhan se inclinó para besar a su novio, contento. Mierda, de verdad tenía de novio a Wang Yibo. Le encantaba. El resto del almuerzo e incluso el tiempo que pasaron en la oficina parecieron pasar más rápido que nunca para la nueva pareja, quienes se robaban miradas y besos en cada oportunidad que podían. Por una vez, eran felices.

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