Objetion!!! Mi juicio eres tú...

EPISODE 18

—Odio a los rubios por que por años fui abusado por uno.

El ambiente se volvió más denso y pesado a la vez que las dolorosas palabras merodeaban de pronto en la habitación silenciosa, un corazón latiendo fuerte, rápido de pánico y nervioso mientras que el otro se detenía de tristeza y arrepentimiento. Xiao Zhan nunca había esperado oír tales palabras de un hombre tan poderoso como es Yibo, y sabía que no estaba mintiendo, no estaba mintiendo por el dolor en su voz. Lo que sea, que le haya sucedió a Yibo, aún era una profunda herida en su corazón y alma. Xiao zhan inmediatamente se sintió mal por lo que había dicho, pero ya no había forma de remediarlo.

Cuando se giró, para ver a su acompañante se esperó ver todo menos a un Yibo frágil, dolido y vulnerable, ya no estaba el petulante Wang Yibo que parecía ser.

Ahora solo estaba el Yibo con el corazón roto y confundido como si no hubiera otra forma de existir. Lentamente, acumuló el coraje para regresar al lado de Yibo y sentarse a su lado.

—L-Lo siento, Yibo, no tenía idea. —Se disculpó, preguntándose si sería demasiado sostener su mano y darle confort.

—Lo sé, nadie la tiene —Yibo respondió de regreso, ahora sintiéndose tan pequeño, quería esconderse bajo las sábanas y desaparecer. Nunca se había sentido así con alguien antes, pero esto era porque estaba a punto de revelar lo peor de sí mismo a la persona que más le importaba. Era lo suficiente hombre para admitir que estaba asustado hasta la mierda. Quería el amor de Xiao Zhan, no la lástima.

La simple pregunta que salió después de los labios del pelinegro era una de las que Yibo nunca hubiera querido responder, aun así, sabía que vendría. Y por Xiao Zhan, le diría todo. Incluso Yubin no lo sabía todo.

— ¿Qué sucedió, Yibo? —La suave voz se formó en el pesado silencio de la habitación, casi en un susurro como para no quebrar lo articulado en el lugar. Yibo casi deseaba que así fuera.

—Si te digo...—Yibo se detuvo en lo que estaba a punto de decir, avergonzado. Pero terminó de todos modos —Si te digo... ¿prometes que te quedarás? No quiero llamar a Yubin por esto —Dijo, evadiendo su mirada de los ojos de Xiao Zhan por primera vez —La última vez que hablé al respecto fue con él, cuando todo terminó. Intenté matarme esa noche y él me detuvo —Admitió, avergonzado de sí. Era solo un adolescente en ese entonces, pero dolía tanto como ahora.

Los ojos de Xiao Zhan se abrieron enormemente esta vez. Yibo estaba comenzando a asustarlo, y ahora no pudo controlarse; jaló al otro hombre en un abrazo, cuidadoso y gentil, pero también firme. —Me quedaré, lo prometo. Puedes contar conmigo, ayudaré y no le diré a nadie si así lo quieres —Dijo antes de separarse del agarre que tenía con su jefe. Pudo sentir y ver qué tan asombrado estaba por el repentino acto.

Yibo asintió sintiéndose agradecido por tener el apoyo del pelinegro esta vez. Estuvo bien con dejar el abrazo, pero se negó a soltar la mano de Xiao Zhan. Era como si no solo fuera su apoyo, sino su pilar en el mundo en el que vivía, de la pesadilla que estaba a punto de revivir. No estaba listo para hacer esto solo. Dudaba que alguna vez lo estuviera —Muchas gracias precioso.

Xiao Zhan apretó un poco la mano de Yibo para mostrarle que estaba para él.

—Tenía doce la primera vez que lo vi. Su nombre era Alric. Él era un chico americano, un par de años mayor que yo, popular, atleta, con ojos verde y cabello rubio ondulado —Yibo comenzó. Podía recordar perfectamente la primera vez que vio al adolescente: había ido al mercado a comprar algunas cosas para el cumpleaños de su madre antes del divorcio, y ahí estaba él, actuando genial con sus amigos. Yibo se había enganchado desde la primera vez que lo vio —Íbamos a la misma escuela, pero aprendí los lugares donde a él le gustaba pasar el rato, solo para saber a dónde ir y mirarlo. Era patético, con mi primer crush. Yubin no me dejaría oír el final de esto —Yibo sonrió de lado con tristeza, con un ligero tono de amargura en su voz —Resulta que Alric siempre supo que yo estaba ahí solo por él.