✘✘ MADE BY SATAN ✘✘ ATEEZ [+18]

✡RAISE YOUR HANDS UP HIGH✡

❝Que nadie diga cuando es tentado.

Soy tentado por Dios;
porque Dios no puede ser tentado por el mal
y El mismo no tienta a nadie. 

Sino que cada uno es tentado cuando es llevado
y seducido por su propia pasión.
Después, cuando la pasión ha concebido, da a luz el pecado;
y cuando el pecado es consumado, engendra la muerte.❞

┅┅┅┅┅┅┅┅┅┅

— Eres tan bonita, princesa.

Diversión, ironía y humillación.

Eso podía notarse fácilmente en esas pocas palabras que brotaban de los labios de Choi San, quien en todo momento mantuvo una burlona sonrisa y sus ojos quietos en la figura que yacía temblando sobre el colchón.

Un movimiento del brazo del demonio fue suficiente para que la punta de la fusta que traía en su mano golpeara contra uno de los pálidos muslos, ganándose un chillido de su adorada presa.

Su bebé, su princesa, su obediente chica favorita.

— ¿Qué pasa, MinMin? ¿Acaso no puedes resistir lo que Oppa te da? Tal vez deba irme y jugar con otra chica más linda. 

— ¡N-No! P-por favor, n-no. —La usual gruesa voz de Mingi en esos momentos tembló, el miedo corriendo por sus venas ante la idea de que su Oppa le dejara allí, con su manos esposadas en la cabecera de la cama, con su falda levantada y con solo sus bragas de encaje blanco cubriendo su pene. No quería que le dejaran sola—. S-Seré una buena chica pa-para Oppa, a-aguantaré todo lo que O-Oppa me de.

— Oh, ¿De verdad? Pues hagamos una prueba de si eres tan buena conmigo.

San colocó una expresión de aburrimiento que casi hizo llorar al rapero, pero se contuvo al notar como el demonio se acercaba más y más a la cama hasta quedar a un costado de él. Pronto, la punta de la fusta se encontró presionando sus carnosos labios, con la fuerza suficiente como para separar estos y que el cuero descansara sobre su lengua.

— Chupa, princesa. Como si fuera la paleta de Oppa que tanto te gusta comer.

A pesar del sabor amargo del cuero, Mingi no dudo en hacer caso, dejando que su lengua pasara por la fusta antes de rodearla mejor con sus regordetes labios para así dar pequeñas succiones. Las mejillas del alto chico estaban pintadas de un notorio color rojizo a causa de la vergüenza, excitación y humillación, sus bragas comenzando a humedecerse a causa del liquido preseminal que se filtraba por la punta de su polla.

La saliva corría por el bastón de la fusta, juntándose hasta gotear en el suelo y formando un ligero charco que crecía con cada segundo que pasaba.

La habitación se llenaba con el sonido de sucias succiones, algunos quejidos cuando el cuerpo empujaba muy dentro de la boca de Mingi hasta hacerle atorarse, tosiendo y logrando que por sus comisuras corriera más baba.

Un par de minutos después la fusta fue quitara de entre los carnosos labios, dejando al chico de falda la posibilidad de dar grandes bocanadas de aire, buscando calmar el palpitante calor que recorría todo su cuerpo, pero el cual se incrementó al ver como el demonio frente a él bajaba su bragueta. Su boca volvió a hacerse agua cuando el erecto miembro ajeno apareció en su rango de visión, casi jadeando de gusto cuando el bailarín se acercó más a la cama hasta que en cuestión de segundos el glande rozó contra su mejilla, asomando su lengua para intentar que esta alcanzara aquel manjar.