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El ambiente en aquel lugar era igual de frío y sombrío que todos los días. La vegetación teñida de marrón, el cielo cubierto de nubes color gris, era el paisaje de todos los días.

— ¿Alguna noticia importante? — pregunto el rey vampiro.

—No, mi señor — respondió aquella criatura — todo en las manadas sigue igual.

— ¿Saben algo de Vanessa? — el súbdito negó — quiero que la encuentren, no me importa todo lo que tengan que hacer, a quién tengan que matar, la quiero aquí.

— Si, amo.

Bladimir BloodFangs contaba los días para hacer añicos a aquellas dos manadas que le había arrebatado familia y poder. Le hervía la sangre el hecho de que uno de sus hermanos prefería estar del lado de unos perros asquerosos, y no del suyo.

— Maldita la hora que mi padre quiso convertir a aquel imbécil — menciono entre dientes, mientras que la copa con vino se hacía añicos en su mano derecha.








(...)






El viento movía las hojas secas mientras que las lágrimas recorrían su pequeño camino en las mejillas de la chica.

— No tienes idea de cuánto te extraño — le dijo a aquella lápida fría enfrenta de ella — desearía que estuvieras aquí — se agachó y depósito el ramo de flores encima de la tumba.

No supo cuánto tiempo estuvo allí, porque lo único que sentía era paz y tranquilidad, y eso, era lo que más necesitaba su alma. Pero sabía que no podía estar ahí para siempre, debía volver y enfrentar aquel lío en su casa.

Miro una vez más la lápida y en su mente retumbó aquellas palabras que sabía de memoria " Cosme Crusoe 2039-2044. Tu vida no acaba aquí".

Avanzo dispuesta a regresar a su casa, pero apenas había dado diez pasos cuando el tenue olor la embriagó por completo e hizo que se le erizará la piel.

— Damián...— murmuró, mientras que inconscientemente ya lo estaba buscando con la mirada, pero no lo veía.

No sabía exactamente lo que estaba haciendo, pero en menos de tres segundos, su cuerpo caminaba por el camino donde había rastro de aquel aroma. Se detuvo a unos cuantos metros cuando lo vio, él estaba frente a una tumba llena de rosas alrededor de la lápida, mientras que el beta se mantenía con el rostro cabizbaja.

— ¿Quién es ella? — se escuchó preguntar Thais, queriendo en ese mismo momento desaparecer, porque no sabía cómo había preguntado aquello sin tan siquiera pensarlo.

Mientras que el cuerpo del beta se tensó por completo, jamás imagino encontrarse en aquella situación, no por el momento.

— Es... — no sabía que decir, no estaba preparado para decirle aquello, ni la manera de explicarle cómo había sucedido todo.

Pero sabía que debía actuar rápido, porque Thais ya se encontraba a lado de él, leyendo la lápida.

— Victoria Blaker — dijo en voz baja — "más allá del lazo terrenal, mi amor promete estar contigo más allá de la muerte. 1990-2038" — acabo de leer, mientras que un escalofrío recorría su cuerpo, ella sabia cual era el significado de aquellas palabras, puesto que lo había leído en uno de los tantos libros que estaban en su casa, aquellas palabras pertenecían a una promesa de amor que se hacen los compañeros para sellar su amor, incluso más allá de la muerte — ¿es tu hermana? — pregunto, aunque dudaba que lo fuera, puesto que nunca había escuchado nada acerca de ello, pero en su interior rogaba para que su respuesta fuera una afirmación.

— No — contesto, dejando un sabor amargo en su paladar — ella es...bueno, en realidad ella fue mi pareja — no sabía de donde había sacado la fuerza para decir aquellas palabras.

— ¿Qué? — pregunto incrédula Thais — ¿Cómo puede ella haber sido tu pareja si apenas unos días tú me dijiste que yo soy tu mate? — retrocedió unos pasos — ¿Cómo eso puede tener logia?

— Suena desquiciado, lo sé, pero solo quiero que me escuches, te lo voy a explicar todo, en serio — el beta trato de acercarse, temiendo que Thais se alejara más de él, pero sorpresivamente, ella se quedó quieta.

— Bien, te escucho — respondió.

Damián estaba apunto de hablar cuando un peculiar aroma empezó a inundar el lugar; miro a todos lados, buscando a aquel ser, puesto que era imposible que un vampiro haya entrado a esa zona.

— Necesito que te quedes atrás de mi — demando el beta, mientras colocaba el cuerpo de Thais atrás de él — y corras lo más rápido posible, si la situación se complica.

— ¿De que estas hablando? — pregunto Thais confundida, pero solo fue cuestión de segundos para que el olor golpeara de lleno contra su olfato — vampiro...

Apenas termino de decir aquello, cuando apareció una joven mujer pálida, llena de rasguños y los ojos hundidos. Cayo frente a ellos de rodillas mientras decía con su ultimo aliento un par de palabras que los dejo confundidos.

— Daniel BloodFangs.

Y se desplomó en el suelo.

Rencor [3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora