Capítulo 8: Sorprendes

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En Seúl, Soyeon preparaba la que los medios habían titulado como "la boda del año". No todas las veces los hijos de dos importantes empresarios del país se casaban y toda la prensa llevaba cubriendo la noticia desde la muy pública pedida de mano en un acto para recaudar fondos algunos meses atrás. La madre de Soyeon guardaba los recortes de cada uno de los periódicos donde su hija había aparecido. Era la más emocionada de toda la casa por aquel enlace y lo estaba demostrando desde que habían empezado a preparar la celebración. Había tomado prácticamente todas las decisiones que involucraban a la parte de su hija, y algunas también que tenían que ver con el lado del novio, aunque no le correspondieran. Ni siquiera cuando ella misma se había casado había tenido tanto poder de decisión en cuanto a la boda.

Soyeon, por su parte, la dejaba hacer. Como no tenía ningún interés en casarse y solo quería pasar aquel trámite cuanto antes para poder seguir viviendo su vida de la mejor manera posible, había decidido dejarle todo el trabajo a su madre. Esta se enfadaba cuando no ponía de su parte, pero tampoco le dejaba elegir cuando tenía la oportunidad, por lo que la mujer se había convertido en un dolor constante para su cabeza. Tenía unas ganas enormes de terminar de una vez con aquel esperpento que se había convertido aquel casamiento. 

Con su futuro marido ya había hablado de lo que pasaría cuando se casaran. De cara a la galería, podrían parecer la pareja perfecta. Pero, una vez en privado, cada uno se dedicaría a su propia vida. Kun había aceptado, a pesar de que guardaba la esperanza de que la chica acabara cambiando de opinión porque él sí quería algo más con ella, pero Soyeon le había dejado claro que no podría pasar nada entre ellos. Aunque no se lo había dicho con todas las letras, y estaba convencida de que el chico no había pillado la indirecta, le había intentado hacer ver que a ella nunca le gustarían los hombres, por lo que no tenía sentido que él tuviera esos pensamientos, pero no podía ir en contra de lo que quisiera pensar. Mientras no la forzara a nada, ella estaría más que feliz.

Por otro lado, a pesar de estar inmersa en los preparativos de la boda, que casi no le dejaban tiempo a nada más dado que también tenía que cumplir con sus obligaciones en la empresa, siempre encontraba un momento para pensar en Yuqi. La chica le gustaba. No sabía hasta qué punto porque consideraba que no se conocían lo suficiente para poder saberlo, pero sí sabía que, en otras circunstancias, habría intentado algo con la pelirroja. La chica tenía todo lo que se podía imaginar que sería su novia ideal, pero había dejado escapar la oportunidad de estar con alguien que la quería por sus miedos. Sabía que, a la larga, estaría peor, pero intentaba alejar aquellos pensamientos de su mente, aunque llegasen cada cierto tiempo a esta. Debía cumplir con el rol en su familia y en la sociedad, no le quedaba otra.

Aquella tarde, junto a su madre, se estaba probando el vestido que llevaría para la boda. Estaban en el segundo arreglo del vestido, porque su madre quería que quedara lo más perfecto posible, aunque, desde el punto de vista de la rubia, estaba más que acorde a su cuerpo. Intentando hacer el mínimo caso posible a su madre estaba ella, cuando una llamada entrante le hizo tener que pedir privacidad a las otras personas que estaban con ella. Se trataba de Lucas y, desde que había abandonado Australia, no había podido hablar con el chico. Tampoco lo había intentado con insistencia, ya que no sabía cómo había quedado su situación con Yuqi y no quería meter la pata hablando de algo que, aunque estaba involucrada, no era de su incumbencia.

- ¡Lucas! ¿Qué tal estás? Perdona por no haberte llamado, he estado bastante ocupada con el tema de la boda. Es más, ahora mismo estoy probándome el vestido. – saludó la rubia.

- Entonces ¿no puedes hablar ahora mismo? – preguntó el chico.

- Ni te preocupes. – no le dio importancia Soyeon. – He mandado fuera a mi madre y a las personas que me están tomando las medidas. De verdad, no sabes lo pesada que está mi madre estos días. Parece que se vaya a casar ella en vez de yo. – Lucas rio al otro lado de la línea.

- Conociéndola, me lo puedo imaginar. Entonces ¿estás bien con todo esto? Sé que no te hace nada de gracia tener que casarte, por mucho que Kun sea amigo de toda la vida. – Soyeon bufó.

- Bueno, no me queda otra. Pero, dejemos de hablar de mí. ¿Qué tal estás tú? – no quería preguntarle directamente por Yuqi, pero tenía muchas ganas de saber sobre la pelirroja.

- Pues, si quieres reírte de mi miseria, ahora mismo estoy soltero. Yuqi ha roto conmigo.

- ¿En serio? – Soyeon intentó sonar lo más sorprendida posible, aunque era un escenario que se veía venir fácilmente, tras la decisión que había tomado la pelirroja de ir aclarar sus sentimientos con ella y estar dispuesta a que intentaran algo.

- Así es. Lo bueno, por decirlo de alguna manera porque, evidentemente, que te rompan el corazón no es el mejor sentimiento del mundo, es que no he podido hacer nada para cambiar las cosas. Me ha dicho que es lesbiana y, evidentemente, no puede estar conmigo. Aun así, hemos quedado como amigos, por lo que estoy contento, dentro de lo que cabe. Ha salido del armario con sus padres y todo. – la rubia seguía sorprendida de la actitud de Yuqi. Había tenido la valentía no solo de romper con su novio, sino también de contarle la verdad a él y a sus padres, que también eran algo tradicionales, por lo que le había contado la chica.

- Vaya. Tiene mucho valor hacer eso. – Soyeon no sabía qué más decir. Se había quedado sin palabras.

- Pues sí. Me ha dicho que, a pesar de que su madre se lo tomó fatal al principio, están intentando que la cosa esté mejor entre ellas, aunque aún les queda camino.

- Me alegro por ella. Se merece todo lo bueno que le pueda pasar. – Soyeon de verdad lo pensaba, aunque no estaba del todo feliz de que la pelirroja lo hubiera tenido tan fácil o hubiera sido tan valiente de hacer aquello. Ojalá ella pudiera aprender de su ejemplo.

Hasta que llegaste tú - YUYEONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora