- ¡Despierta Bea, son las 12! - oí gritar a mi madre desde el otro lado de la habitación.
- No grites...
- Ya, bebiste, ¿no?
- No. - por favor Bea, ¿quién se cree eso? - Bueno, un poco.
- Jajaja, ¿bajas a desayunar?
- Sí, ahora voy.
Me levanté todo lo "rápido" que pude, y bajé a desayunar. ¡Qué hambre tenía! Vale... ¿a quién pretendo engañar? Me levanté de la cama a velocidad de tortuga...
- Buenos días Bea - dijo mi padre mientras cocinaba.
- Hola - sonreí -, ¿qué haces?
- Sorpresa, sorpresita...
- ¿Qué habéis liado ya? ¿Dónde está mi cartera? - fui rápidamente hacia mi bolso y miré si faltaba dinero, pero no - ¿qué habéis hecho? ¡¿QUÉ HA PASADO?! - yo, tan amable como siempre...
- Bea, no seas desagradecida. No ha pasado nada.
- Ah, menos mal...
- ¿Dónde había puesto mi mochila?
Esa voz... ¡Era la voz del despistado de Lu! Pero Lucas vive en una ciudad al otro lado del país. Vale, es oficial, Bea se ha vuelto loca y duerme despierta. Sí, duermo despierta. Yo me entiendo y punto, aunque sé que el mundo a mi no me entiende. Después de mis 3 minutos de reacción decidí girarme. Es que a mi cerebro le cuesta procesar las cosas, así que funciono con efecto retardado.
- ¡¡¡LU!!! - dije abrazándole fuertemente. Vaya, no estaba loca...
- Buenos días pequeña.
- Ya no soy tan pequeña...
- Cuando me fui tenías solo 13 años.
- Lo sé - me separé de él y me crucé de brazos. Se había ido, y aún no lo había superado del todo. - ¿y qué haces aquí?
- Corté con Cinthia.
- Mm, nunca me ha caído bien esa chica.
- Vuelvo a vivir contigo.
- ¡Oleeeeeee! ¡Por fin, después de 3 años!
- Pero hay otra noticia - oí decir a mi madre.
- Dime que es buena por favor.
- Es buena.
- Me han ofrecido una oferta de trabajo.
- ¡Eso es genial, papá!
- Es en Valencia.
- ¡¿QUÉ?! - Bea, por favor, contrólate - ¡¿DÓNDE?!
- ¡Pero si mamá tiene su trabajo aquí! - dos gotas de agua... Lu, controlable como yo.
- Vuestro padre se va, pero yo me quedo.
Mi hermano y yo nos quedamos boquiabiertos, no sabíamos qué decir. Me daban ganas de salir corriendo y gritar "¡NO!" por toda la ciudad con un hacha y un machete, pero por una vez, logré controlar mis instintos, cosa que Lu no. Se dio la vuelta y subió a su habitación como si hubiera recibido la peor noticia de su vida.
- Pero... tranquilos, que no vamos a divorciarnos, ni nada.
- Solo tenéis que elegir: ¿venís conmigo u os quedáis aquí?
Era la decisión más importante que había tenido que tomar en mi vida. No quería irme por mi madre, mis amigos, mi vida (puede que aunque no lo parezca, tengo una), mi instituto... Pero también me gustaría irme con mi padre, empezar una nueva vida, conocer gente nueva... Vamos cerebro, intenta reaccionar, yo sé que eres fuerte. Juntos hemos vencido duelos, batallas campales, y también hemos vivido muchos buenos momentos juntos. No puedes fallarme ahora.
- Necesito pensarlo...
- Pero no puedes tardar más de una semana, me voy el domingo que viene.
Mierda... Mi cerebro ha estado listo ahí, pero en una semana no puedo tomar esa decisión. Es muy difícil y ellos tienen que entenderme. ¿Y Lu? ¿Nos volverán a separar o estaremos juntos? Me estaba haciendo una ensalada mental que no comería ni un vegetariano que tuviera que eligir entre un filete de ternera y esa ensalada. Elegiría el filete. Estoy casi segura. Subí a ver a Lucas. Habría entrado en una gran depresión y estaría devorando hasta muebles. Bea, piensa. Los muebles no se comen.
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Soñando el mismo sueño
Fiksi RemajaMi nombre es Bea. Soy una persona "normal" de 15 años. ¿Adolescente? Si. ¿Rara? Aparentemente no. Mi vida es totalmente aburrida. Todos los días lo mismo. Hasta ese año...