❝ 009 ; tarde para dos ✩ ❞

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Hoy era un día importante para la pequeña Chaeyoung, hoy era el cumpleaños número once de Mina y la japonesa la invitó a su fiesta; así que esto provocó que la castaña se levantará temprano al no poder seguir durmiendo por la emoción.

Young Ho se había tenido que ir desde las ocho de la mañana a la empresa para que así pudiera regresar temprano por la tarde e ir al cumpleaños de la amiga de su hija mayor. Taeil había tratado de dormir a Chaeyoung y Jinho un rato más, pero todo fue en vano; los menores no podían seguir acostados.

A los tres les tocó ir a la bañera, Jinho y Chaeyoung jugaban en la bañera con sus juguetes de agua mientras su papi Taeil los bañaba lo más rápido que podían sus dos manos. No podían ir a una fiesta sucios y oliendo mal.

Cuando estuvieron vestidos aún con ropa de casa, bajaron a la cocina donde Taeil comenzaba a hacerles el desayuno. Justo cuando el mayor les iba a servir a cada uno sus huevos revueltos, el timbre de la casa sonó y Chaeyoung salió corriendo a abrir la puerta. De inmediato la pequeña se lanzó a los brazos de su abuelo Moon para que la cargará.

—¡Abuelitos!— ambos mayores le dieron un besito en cada una de sus mejillas y se adentraron mejor a la casa, cerrando la puerta detrás de ellos.

—¿Abuelitos?— preguntó emocionado Jinho, estiró sus brazos para que su papi lo bajará de su sillita especial para salir corriendo a abrazarlos.

Taeil llevó en brazos a su pequeño, quien fue a caer a los de su abuelita a petición de éste. Moon se sorprendía de ver tan temprano a sus padres en su casa.

—Pasen, estaba por darles el desayuno a los niños— los mayores asintieron siguiendo a su hijo a la cocina con sus nietos en brazos.

En la cocina, a pedido de Jinho, su abuela fue quien le daba el huevo revuelto, mientras su abuelo desayunaba entre risas con Chaeyoung.

—Estuvo delicioso, Taeil. Pero debes darte prisa y cambiar a los niños— el pelinegro escuchaba atentamente mientras retiraba los platos sucios de la mesa.

—¿Por qué?

—¿No habías dicho hace dos días en la llamada que tuvimos, que hoy irían a la fiesta de cumpleaños de la amiguita de Chae?— Taeil asintió —Bueno, nosotros llevaremos a los pequeños a la celebración— comentó la mayor con simpleza —Y tú y Johnny no están invitados. Necesitan más tiempo para ustedes dos.

—¿Eh? Pero no lo necesitamos, estamos muy bien así— comentó Taeil, negándose a no ir con sus hijos a la fiesta.

—¡Dios mío, cariño! Hace medio año que tuvieron su luna de miel y esa fue la última vez que tuvieron tiempo para los dos— recriminó la mayor —Así que no aceptaremos un no por respuesta. Ve a cambiar a los niños mientras yo te ayudo con los trastes sucios.

El pelinegro no tuvo de otra más que aceptar, llevando a sus pequeños a sus habitaciones para cambiar sus prendas a algo más formal pero sin exagerar. Tardó cuarenta minutos pues Chaeyoung le había pedido que le hiciera rulitos, haciendo que Taeil se quemará su mano con la plancha de cabello.

Después de mucho sufrimiento interno y quejidos, Taeil bajó nuevamente ya con sus hijos bien arreglados listos para ir a la fiesta de cumpleaños. Entregó una pañalera con cositas que necesitarían para Chae y Jinho, y la invitación donde indicaba cuál era la dirección del festejo.

—Se portan bien y se divierten— les dijo el pelinegro a sus pequeños —Los quiero mucho— se puso de cuclillas y dio un besito a sus frentes.

—¡Adiós papi!— desde la puerta observó como su hija e hijo agitaban sus manitas dentro del auto de sus padres. Les devolvió el saludo con una sonrisa débil y entró a la casa cuando ya no vio más el carro.

Crónicas de una familia no tan primeriza [#3] ψJohnilψDonde viven las historias. Descúbrelo ahora