Fuera Del Paraíso | Michaeng

Cap 20: Vivir fuera del paraíso

Es muy posible que cientos de cosas nunca salgan como deseas. Y nosotros somos el ejemplo de ello. Estoy aquí y no allá, donde tú querías.

Han sido los meses más fascinantes de mi vida. Seis, para ser exacta. He contado cada día como el definitivo desde el último mes, donde todo se aceleraba y en el camino se perdieron algunas cosas.

Pero lo más importante sigue aquí, a mi lado y ya la velocidad ha descendido; dejándome la libertad de vivir a mi manera.

Posiblemente mientras estés leyendo esto, esté a cientos o miles y miles de kilómetros de ti. Y en perfecta condiciones.

Tomé una maleta y cargué más cosas de las que crees. Como mis vestidos, los recuerdos cuando la utilizaba de vacaciones al campo y mi amor por Mina. Y los llevaré a todos lados cada vez que tome un tren.

Sé que luego de que tires esta carta, el techo que en este momento está sobre ti se derrumbará; tú darás esa orden, pero quiero que sepas que lo vivido allí, en esa casa que ahora estás pisando e ingresaste a la fuerza, ha sido lo que me completó como persona y como mujer.

Has sido el padre que me educó, me dio cariño y protección. No importa lo que haya pasado antes o incluso mucho después, ese es el comienzo suficiente para mí.

No olvides que cuando mamá me leía los cuentos, el lobo siempre terminaba dónde debía. Dile que la amo y siempre estará en mi corazón.

Quiero que cuando rompas esta carta, el puente que nos unía en mi búsqueda también.

Buena suerte, papá. Te amo, Chaeyoung.

Era la segunda vez que sus ojos juntaban lágrimas por su hija en tan poco tiempo. Y las dos fueron en su despedida. Son Seokjin abolló el papel que sostenía y efectivamente abordó la orden de destruir la casa.

— Señor Son— se acercó uno de sus ex soldados que nunca dejaba de reportarse y siempre lo acompañaba— ¿continuaremos con la búsqueda?— preguntó señalando la carta.

— Derrumben cada pared, que todo se haga polvo—

— Hay una motocicleta, en el patio trasero— informó el joven.

— Desháganse de ella también— terminó el señor Son dándole un vistazo general al lugar: tres habitaciones, las paredes amarillas, un living con un sillón desgastado y una cocina solo amueblada junto a unos recipientes de agua. Se pasó una mano por el cuello y regresó al exterior, asintiendo para que comenzaran a demolerla—

— En la camioneta de su hija tampoco hay algo— escuchó de Sunmi. Habían llegado hasta esa casa por guía de la mujer—

— Está bien— murmuró él, tomando la llave y caminando hacia ella. Se montó en el asiento conductor y encendió el motor, esperando cuando uno de sus compañeros corría a su encuentro.

— Señor— insistió con la respiración agitada al llegar a su ventanilla— La búsqueda ¿la continuáremos?— Él desvió su vista a la casa que de a poco se hacía más pequeña y recordó cuando le dio una patada a la puerta minutos atrás, ingresando con arma en mano y llegando a la carta, sobre la mesa. No importaba qué había pasado en los últimos días, él aún amaba a su hija y no quería terminar arrepintiéndose de sus actos como cuando hizo lo mismo con Charlotte, su otra hija y hermana de Chaeyoung. Movió la palanca de cambios y regresó la vista a su compañero —

— La búsqueda se termina aquí—

Nunca puedes huir de ti mismo, de tus aventuras, de los hechos que están predestinados a que solo te ocurran a ti. No importa cuán lejos corras de alguien, te escondas de algo y busques un lugar nuevo para comenzar todo otra vez.