MI SUEGRO

POR TU FELICIDAD

Mew se había arrastro hasta la esquina más alejada de la puerta. Su cuerpo se curvaba escondiendo su rostro, siendo el llanto y un nombre el único sólido que producía sus labios resecos y maltrechos.

No sabía cuantas días o semanas llevaba en aquel horrible lugar, perdió la contabilidad del tiempo cuando esos doctores ingresaron y lo doparon, no supo por cuanto tiempo soño con Gulf, se vio junto al mayor en un bello jardín solo ellos dos amando se, entregando se, riendo de las tontas bromas que soltaba el abogado ante las miles de cosas vergonzosas que hacia y decía solo para verlo con las mejillas rojas e infladas en... en un berrinche de niño pequeño como solia decir él.

Donde estába Gulf?
Por que no llegaba a rescatarlo?

- lo mataré si llega a encontrarte!!

El gran rugido de su padre resonó por toda su cabeza.
La imagen del mayor siendo herido por su padre se plasmó de manera terrorífica. Llevo su mano a la boca a callando el gran chillido de dolor que quiso fluir. Sus lágrimas fueron más abundantes mojando más su cuello y camisa.
Por que su amor era tan castigado?
Por que esta mal amar a otra hombre?
Por que estaba mal amar a Gulf?
Entendía que había herido a personas inocentes en el transcurso de su relación pero... pero merecía ser castigado así?
O acaso esta eran una forma de intercambio?
Sus lágrimas, su dolor a cambio del bienestar de Gulf.
Una bella y sincera sonrisa afloró en el roto rostro del menor.

- si me aseguras que estará bien... hazlo...hazlo que desees conmigo

Si alguna deidad en el cielo logró escucharlo aceptando su destino estaba bien, siempre y cuando Gulf pudiera tener otra oportunidad.

La línea de sus labios se fue fracturando..

La risa de Gulf
Su tacto
Su protección
Su ternura
Sus apodos tontos
Su amor...
Su.. Su voz

- Te amo Lobita

.....

- Guuullllfffff... - grito sollozando a la casi vacía habitacion blanca acolchonadada en cada pared - te necesito...

M❤G

Un hombre ojeroso, delgado y barbado se refugiaba en su despacho. Cuatro malditos meses, cuatro malditos meses y ninguna señal de Mew. Tenía a diferentes detectives y agentes especiales moviéndose por toda la maldita Tailandia y nada, nadie le decía donde estaba su Lobita.. su prometido.

Regreso una y otra vez a la residencia Suppasit rogando por saber donde estaba, se humilló y lloro cuando su espíritu no pudo más con la angustia y dolor, pero ninguno en ese casa dio respuesta, la policía muchas veces tuvo que sacarlo a la fuerza de ahí. Pero donde más podía ir para poder saber de Mew, del hombre que amaba!!

Sabia que no debía dejarse morir, Mew lo necesitaba en algún lugar pero.. pero estar ya sin la cercanía del menor era como una herida profunda en su corazón que no se curaba, que al contrario crecía a cada día que no estaba cerca de él.

Daría lo que fuera por Mew, su dinero, su apellido, su puesto en la sociedad, todo absolutamente todo lo daría, pues nada era más valioso e importante que Mew. La riqueza y poder no tenía sentido si no estaba él, por que cada cosa que obtuviera en su vida sería solo para darle lo mejor del mundo a la persona que amaba, a Mew y solo Mew.

- ya es suficiente papá!! - la heredera Kanawut entró al cuchitril de la Oficina de su padre - tienes que duchar te y comer, hace unos días que vine y según por las empleadas fue la última vez que ingeriste algo.

Khalan estaba muy preocupada por su papá, su condición de salud se veía peor que la última vez que lo visitó. También estas preocupada por Mew y estaba casi seguro que ambos compartían el mismo estado lamentable.