𝙿𝙴𝚁𝙵𝙴𝙲𝙲𝙸𝙾́𝙽

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Al final del mes, ambos terminaron disculpándose uno con el otro.

Fue ciertamente extraño, de manera torpe y bastante patética a la vista de Tanjiro, y por otra lado, Kyojuro se podía sentir en paz consigo mismo de una buena vez, tanto por la incomodidad de Kamado, como la burla de Uzui —quien se supone que es su mejor amigo—

Ambos no lo pensaron ni un poco, simplemente se acercaron al mismo tiempo y la voz le salió a ambos de manera torpe y nerviosa, Tanjiro sudaba y Renguko temblaba sin encontrar palabras.

"—Patético."

Así se dijo así mismo Uzui al momento en el que observó como su amigo y el otro muchacho temblaban y sudaban al mismo tiempo. Tengen se hubiera reído estrepitosamente sino fuera porque su amigo estaba a solo unos cuantos metros de él y porque la gente todavía persistía en donde él estaba, no podía de igual manera humillarse como su mejor amigo y perder su distintiva extravagancia.

Pena ajena fue lo que sintieron Nezuko y Tomioka cuando vieron al de cabellos burdeos en aquella situación, ambos estaban lejos y podían sentir y percibir esa sensación de pena ajena desde el otro lado del pasillo —a pesar de la distancia—.

Uzui quería reírse, Tomioka y Nezuko querían enterrar su cabeza en la tierra como una avestruz.

Y Tanjiro y Kyojuro... Ambos querían que en su próxima vida reencanaran como langostas para no tener que vivir de nuevo aquella situación.

Ambos volvieron a lo mismo del pasado, ninguno se hablaba lo suficiente y sólo se dedicaban sonrisas y saludos lejanos desde distancias prudentes

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Ambos volvieron a lo mismo del pasado, ninguno se hablaba lo suficiente y sólo se dedicaban sonrisas y saludos lejanos desde distancias prudentes.

Kamado no intentaba evitarlo, se había resignado a disculparse y hablar con su contrario, lo cual salió vergonzosamente bien —mejor de lo que el mismo esperaba— sin embargo, la pena y el miedo persistían de manera continúa cuando se saludaban desde lejos.

Por otro lado, Kyojuro estaba más tranquilo, la sensación amarga en su pecho había desaparecido y sus noches se volvieron tranquilas de nuevo, ya no se comía la cabeza por aquel mal entendido que hubo entre ellos.

A pesar de que el miedo y la pena seguían persistiendo en su interior, ambos intentaron —muy vagamente— volver a lo que su relación era en un principio de todo ese problema.

Su relación hubiera sido la misma, hubiera seguido así de distante y ambos hubieran seguido resignandose en silencio.

Tanjiro se guardaría sus sentimientos y callaría a su corazón dentro de una caja metálica. Kyojuro seguiria sintiendo ese constante vacío en su pecho y se callaría por completo, amarraría sus brazos y sellaría sus labios con tal de complacer a su parte materna que exigía perfección.

𝐅𝐋𝐎𝑹𝑬𝑺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora