Final

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Los ocho meses estaban cumplidos y el parto era inminente, Jin estaba muy asustado, no por el dolor, pero su tiempo había terminado, la primera semana todo fue normal.

Pero ese día sentía que era el día, Namjoon dijo que llegaría tarde a casa por todas las juntas debido a su cambio, además de que se había ocupado con todo lo relacionado con la mudanza y ver las posibles casas, era un cielo, Jin no sabia dónde estaría sin él, ese día se dedicó a caminar por la casa, mientras le recitaba por última vez esas canciones que le dedicó silenciosamente, no quería llorar, pero era imposible, su niño nunca estaría en sus brazos, pero sabía que tendría una buena vida, sería muy amado y nada le haría falta, Jin solo se limitara a ser un espectador en la oscuridad. 

Alrededor de las siete de la noche, los dolores comenzaron, eran como pellizcones que subían por su espalda, sin ningún miedo y listo para su destino, tomo su maleta con sus cosas y salió donde un taxi ya lo esperaba, soporto gritar por las contracciones, para no asustar al chofer, por suerte la noche era tranquila y pudo llegar con bien, entro al hospital y fue directo con las enfermeras. 

—Hola buenas noches, soy Kim Seokjin, tengo una cesaría programada, pero el bebé se adelantó—. Hablo rápido al sentir que venía otra contracción. 

Las enfermeras se movieron al verlo doblarse del dolor, una de ellas le trajo una silla de ruedas para llevarlo a piso y preparar su cesaría de emergencia.

—Tranquilo, todo estará bien—. Le ánimo la enfermera.

—No se preocupe, lo estoy disfrutando, cada minuto—. Dijo sintiendo otra contracción, y la enfermera pudo ver que era verdad, esto pocas veces se veía. 

Usualmente los que estaban de parto se ponían histéricos, para que les sacaran al bebe ya, pero el parecía no querer que saliera, asique disfrutaba cada gramo de dolor, la enfermera le ayudo a ponerse la bata y acostarlo en la cama, quince minutos después el obstetra llego. 

—Se nos adelantó el bebé—. Dijo checando sus signos vitales. 

—Es algo que ya veía venir—. Jin estaba tranquilo mientras no llegaban las contracciones. 

—No te preocupes todo esta listo—. Dijo el doctor ayudándole a bajar de la camilla para pasarlo a otra que lo llevaría al quirófano. 

— ¿Ya llamaron a Yoongi o Jimin? —. Habló un poco agitado—. Tal vez quieran estar presentes—.

—Ya están aquí, están en la sala de espera, al parecer Jimin le tiene miedo a la sangre y Yoongi no lo quiere dejar sólo—. Informo pensando que todavía tenía una buena relación con ellos como la primera vez. 

—Ya veo—. Jin se sintió un poco vacío al saber que haría esto sólo, seguramente Namjoon, estaba haciendo todo para llegar, pero aun así no lo dejarían pasar. 

—No te preocupes aquí estamos contigo—. Dijo la enfermera tomando su mano, ese gesto conmovió a Jin provocándole un liguero llanto. 

En cuanto llegó al quirófano lo sentaron para ponerle la anestesia, era la epidural por lo que iba en la espalda

—Usualmente son las parejas quienes sostienen en estos momentos, espero ser de ayuda—. Dijo la enfermera que no se fue de su lado jamás, la abrazo sintiendo el dolor de ser atravesado por la aguja, después no sintió nada. 

La enfermera le ayudo a acostarse de nuevo y pusieron todo para que Jin no viera nada, los minutos pasaban y Jin sentía que eran eternos, la enfermera noto que empezó a temblar, por lo que trajo una manta quirúrgica y le cubrió lo más que pudo, después de casi treinta minutos se escuchó el llanto del milagro, Jin no pudo evitar empezar a llorar, estaba hecho, lo midieron y lo pesaron. 

Un pedazo de mi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora