Pusimos las maletas en la habitación principal, después de un tiempo de caminar por entre el bosque decidimos ir a casa y comer; sin que ella se de cuenta pongo un líquido en su bebida; solo observo como degusta su comida, da un par de sorbos a su jugo y sonrío al saber lo pronto que comenzará a dar efecto la droga ―me siento mal Kouyou- decía reclinándose hacía el frente de su silla, apoyando sus codos en la mesa para así poder sostener su cabeza ―no te preocupes, no será comparado con lo que viene- respondía gentilmente; frunció el ceño sin entender lo que decía, fue cuando su cabeza cayó de golpe sobre la mesa ―es hora- sonreí.
Estando en la habitación la colocó sobre el "tambor" de una cama vieja que anteriormente había ya utilizado. Sujeto sus muñecas y pies con las esposas en cada esquina, con una cuerda levanto el "tambor" quedando en forma vertical; donde su cuerpo descansa, vendo sus ojos y coloco una mascada dentro de su boca a la cuál le pongo un poco de cinta para que no la saque.
Cuándo la veo moverse me doy cuenta que finalmente ha despertado; mueve su cabeza a todos lados y hala sus muñecas y pies para poder zafarse pero todo es inútil ―Lo siento tanto Amani, pero hubo algo que me hizo desear el hacer esto, algo que aún no comprendo pero pronto lo hare- sus lágrimas fluían al mismo tiempo que su cuerpo temblaba ―como ves, mejor dicho, como sientes no he quitado ni una sola prenda de tu ropa y eso es por lo caballeroso que soy, no tienes por que agradecerme; mejor dime, ¿con que te gustaria comenzar?, ¿te doy opciones?- me dirijo a la enorme mesa donde tengo todos y cada uno de los instrumentos que usaré ―primero esta el equipo de cuerdas, el segundo esta el equipo de percusión y el ultimo pero no menos importante el vocal; puedes verlo como una banda musical; en el equipo uno hay tres secciones de cuerdas cada una de ellas diferentes en cada aspecto. ¿Con que quieres empezar?-. Aun con su boca tapada logro entender un par de cosas que ella me decia "por favor, suéltame, no lo hagas" y ese tipo de súplicas son las que me excitan.
Trato de controlar mi respiración, esas ganas de asesinarla ahora y finalmente poder desahogar todo esto en su inerte cuerpo. Juego un poco con ella; pasando objetos inofensivos, solo para ver como reacciona su cuerpo; tiembla, se contrae y trata de alejarse de el. Finalmente comienzo con este juego; tomo un alambre de púas y lo coloco alrededor de su cuello ―se te ve muy bien, tal vez deba de ajustarlo un poco más- observo como trata de levantar sus piernas y sus manos para evitar que la asfixiará; el que tenga sus manos atadas y ver su lucha es sumamente hermoso, como trata de aferrarse a la vida. Admiro la manera en como las púas se encaja en su delicado cuello. Un hilo de sangre se desliza y me es inevitable el lamerlo.
Quito la venda de sus ojoa y noto la tristeza en su llanto ―querida no llores, gózalo, será la primera y última vez que lo experimentarás- secaba sus lágrimas pero todo era inútil ―esta vez te dejare ver, bien, ahora iniciamos con la percusión- tomo un martillo y veo la mirada de terror de Amani, esa expresión me enloquece. Le doy un golpe en el costado del estómago, otro en su brazo; es tanto el dolor que siente que tal parece desmallarse, odio que hagan eso, le quitan lo divertido a todo. Quito la mordaza para poder escuchar bien sus gritos; no tengo de que preocuparme ya que no hay gente que viva cerca de aqui. La desprendo de su ropa. En cada uno de los sitos al que les di un golpe, bellamente se dibuja un moretón. Verde, morado, amarillo y rojo todo artísticamente mezclado, sin perder la intensidad de cada color ―son hermosos- mencioné.