CAPÍTULO 5

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Ha pasado un par de meses y desde una distancia prudente he estudiado sus movimientos, su librería favorita, las estaciones que toma para ir a casa, donde vive, a que hora entra y sale de casa.

Durante ese trayecto pienso en todas y cada una de las torturas que puedo hacer en ella. Es un alma tan joven, tan pura, que cualquier dolor que pueda inducir en ella sea perfecto. En mi casa tomo una libreta y comienzo a escribir en forma de lista todo lo que podria hacerle, me emociona tanto esto a tal grado de que mi corazón se impacienta y deseo tener listo todo para poder festejar su iniciación a su muerte.

Estando a la espera de mi gentil presa me doy cuenta de algo que durante esta semana no habia notado; el parecido con la mesera que me atendia antes es similar -espero no haberme emocionado por nada- susurré al imaginar que tal vez, tambien fuera hombre -¿Gusta un poco mas de Café?- preguntó con su dulce tono de voz -solo un poco más- mientras observaba el como con una sonrisa me servia mi café, me animé a preguntarle -¿Tú eres conocida o familiar de Tai-chan?-  la mire esperando respuesta alguna pero su expresión facial me sorprendio completamente -mi hermano deja que lo llame de esa manera?- sonrio realmente sonrojada -asi que son hermanos- levanté una ceja -lo somos, pero, yo soy chica- dejó escapar una tímida risa al terminar de especificarme su género.

Mis animos  se alocaron al saber que aplicaré una dulce tortura a esta chica, no logro controlarme, pero... -¿Entonces vas a casa junto con Tai-chan?- su mirada se volvio triste y el sólo verla así a logrado que imagine su mirada en ese excitante momento -nosotras vivimos de lados opuestos de la ciudad, ella salió de casa para buscarse y lo logró, así que estoy feliz por ella- me encanta poder ver en mi mente el cómo su sonrisa será borrada por mis propias manos.

Tomo su rostro y me acerco a besarla, ella corresponde a mi beso sin pensarlo dos veces -me gustas, pero aún no se tu nombre- mencioné despues de aquel encuentro que para ella es inesperado pero todo esto esta dentro del plan -mi nombre es Kirogi Amani - respondió aun con sus ojos cerrados -muy bien Amani-chan, ¿te gustaría salir conmigo?- pregunté mientras acariciaba suavemente su mejilla -me preguntaba cuándo lo haria- sonríe -como sabrás tenía un par de dudas- respondí.

Ha pasado 3 meses desde que he salido con ella, he preparado una casa en las profundidades de un bosque, una pequeña casa, dónde la llevaré a la cumbre de dolor, un dolor dulce, tan palpable en cada grito, tan colorida en cada mirada de suplica, con un sabor tan exquisito, que sé que ella pedirá más. Un día antes de traerla a esta casa preparo todo. Mascadas para cubrir sus ojos y boca. Esposas para sujetar sus manos y pies. Latigos. Agujas, pinsas y cuchillos de todos los tamaños. Estoy deseoso de que llegue mañana, recibo una llamada la cuál respondo sin ver quien era -Kou-you- la voz de una mujer, de esa mujer que hace tiempo me había dejado de molestar -¿por que justo ahora?-.

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