Puse el tambor de manera diagonal, así podía ver a la perfección su cuerpo lleno de moretes. En cada uno de los sitos al que les di un golpe, bellamente se dibujan. Verde, morado, amarillo y rojo todo artísticamente mezclado, sin perder la intensidad de cada color ―son hermosos- mencioné. Me incliné hacia ellos y los besé, realmente eran hermoso. De pronto, un enorme escalofrío comienza a invadir mi espalda —No es suficiente —la voz de una mujer llenaba por completo mis oídos —Lo sé, aún no he terminado —susurré, tomé las tijera y comienzo a cortar su largo cabello, —¿Sabes? Quería hacer esto con tu hermana, pero al enterarme que era hombre, dejé esa idea a un lado, no te mentiré, soy nuevo en esto, —Amani ya había despertado y seguía llorando, pero algo en ella había cambiado.
—¿Que sucede? ¿Te has quedado sin voz? —ella inclina su cabeza hacia la derecha y sonríe de una manera extraña —¿De verdad has creído que no le diría nada a mi hermana? Si no llamo dentro de 12 horas ella comenzará a buscarme, —ella soltó una risa fuerte, tanto que tape mis oídos —Miré cada maldita cámara de seguridad, sonreí en todas ellas — eso era algo que realmente no esperaba, estaba sorprendido —Puedo oler tu miedo, puedo escuchar el rápido latir de tu corazón Kou —Mi visión comenzaba a volverse borrosa, no sé que es lo que sucede, ella seguía riéndose mientras observaba mi tembloroso andar, caí al suelo de rodillas —¿Que es esto? —susurré, mi cuerpo se adormeció por completo, escucho como Amani trata de sacarse las esposas —Puedes torturarme todo lo que desees, lo disfruto de verdad, incluso he disfrutado el ver cómo trabajabas en la calle, te he visto por años, he documentado cada uno de tus pasos —con pesades, volteo para poder verla y saber que es lo que hace, mi cuerpo finalmente se rinde y cede por completo, cayendo finalmente, miró como tira de su mano y logra romper uno de los tubos de la tambor de la cama, ella seguía riéndose mientras escabulle su mano a la parte íntima de su cuerpo.
—¿Sabes lo practico que son las copas? —Ante mis ojos; saca una copa de silicón y de ella saca una llaves para quitar las esposas —He visto todos y cada uno de tus proyectos —Logra deshacerse de las ataduras de sus piernas —Permiteme decir que esto es un enorme honor para mí, que hayas preparado todo esto para mí, realmente es un halago —con cada palabra ella se acercaba a mi poco a poco hasta acostarse frente a mi —Dime ¿También la escuchas? ¿Escuchas los gritos de ese espectro? —con una mirada tan llena de temor me preguntó —Ella me guío aquí, hasta ti — se pego a mi pecho y comenzó a llorar —Es jodidamente doloroso escucharla gritar mi nombre —sus lágrimas traspasan mi ropa —¡Amani! ¡Amani! Su voz rompe mi cordura, ¿Sabes cuándo deje de escucharla? Cuándo te encontré, aquélla vez en la que tomaste a aquella chica por la fuerza para después terminar con ella.
—Fue la primera vez en la que pude dormir tranquilamente —No podía creer todo lo que me decía, aquella vez, fue la primera ocasión que corría tal riesgo ¿Cómo es que sabe tanto de mi? —¿Cuánto tiempo me has seguido? —pregunté con mi voz quebrada —No te ha quedado claro ¿Verdad? Desde tu inicio, ella fue tu primer víctima —se puso de pie y corrió desnuda hacia la otra habitación, tardó unos minutos y regreso ya vestida —Mira ¡Es el cabello de ella! —suelta un suspiro —Ahora podré poner el mío aquí —toma un mechón de su cabello y lo guarda entre las hojas de aquel libro —Por favor, porfavor ¡Deje devolverte un poco de lo que me has brindado! —su cara estaba sonrojada y su voz tenía un tono erótico, se levantó y tomo mis pies para llevarme al lugar de dónde ella había escapado, me recuesta con cuidado —Quiero que sientas el placer que me has dado —comienza a atar mis manos con un par de cuerdas —¿De verdad quieres esto? —pregunté.
—Es lo que más deseo Kou —su rostro lucía completamente excitado, su respiración agitada, lo caliente de su cuerpo, el sudor que brota de ella me hace dar cuenta que está era su fantasía —Adelante, hazme sentir todo lo que desees —esto me excitaba más de lo que pensaba, ella río y miró todo el instrumental que había a su disposición —Perdona el que te haya paralizado, solo... —la interrumpí —¿Sentiré todo lo que me hagas? —asintio con una sonrisa en su rostro y comenzó el juego.