[04] Más perdida que un cortaúñas

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Ya sé que el título del capítulo es raro, pero anyways, luego cobrará sentido xd

Disfruten de la lectura uwur ★

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    Me miré por décima vez en el espejo luego de peinar mi cabello castaño claro alisado lo mejor que podía y me puse unos pequeños y brillantes aretes que suelo usar.

    Era el primer día de clases.

    Examiné mi uniforme por última vez, asegurándome de que cumpliera con las normas de vestimenta. Por primera vez en mi vida podía decir que un uniforme me quedaba bien.

    La falda roja de pliegues no era demasiado corta, me llegaba más arriba de las rodillas. Y al parecer la combinación de blusa blanca de botones y mangas cortas, la corbata a juego con la falda y el jersey sin mangas azul marino no me hacía ver tan mal como pensaba. Adoraba la combinación de medias blancas con zapatos oscuros y el escudo de la escuela en el lado izquierdo del jersey lo hacía ver sofisticado, como de revista.

    Pensé que me quedaría holgado y me vería como una total nerd pero estaba perfectamente amoldado a cada curva de mi cuerpo sin sentirse ajustado como un anillo al dedo. Ahora veo la importancia de conocer mi talla de ropa.

    Acomodé algunos mechones de cabello detrás de mis orejas, tomé mi mochila y bajé las escaleras consiguiéndome con mi madre un poco estresada buscando algo.

    —Querida, ¿Sabes dónde dejé mi prendedor favorito? —dijo mientras seguía mirando con cierto desespero a todos lados.

    Sonreí por lo olvidadiza que era al estar estresada, —Ayer me dijiste que lo dejarías en la mesa de la entrada para ponértelo antes de irnos.

    Su rostro se iluminó en felicidad, al parecer recordando lo que ella misma dijo y fue a buscar el prendedor mientras yo guardaba la taza con mi desayuno en mi mochila. Al menos no soy la única estresada aquí por el primer día.

    Analicé la vestimenta de mi madre, se veía como toda una profesional. La combinación de chaqueta formal con falda ajustada hasta las rodillas en color azul eléctrico, los tacones marmoleados en celeste con azul y el lindo pañuelo celeste alrededor del cuello de su blusa blanca la hacía ver más como una empresaria que como una profesora.

    Supongo que cuando das clases en una universidad famosa y de excelencia debes lucir como tal aunque ya mi madre siempre vestía así. Era muy hermosa tanto sentimental como físicamente, de algún lugar yo tenía que heredar las curvas ¿No? Por lo menos el único rasgo físico que heredé de mi padre fueron los ojos azules.

    — ¿Lista?

    —Sip.

    No voy a negar que estaba nerviosa, o sea, no conocía a nadie y mi madre me advirtió que el colegio era muy grande. Y no, no fue un comentario, fue una advertencia. Cuando algo se convierte en advertencia no puede ser bueno.

    — ¿Nerviosa? —mi madre habló mientras manejaba.

    —No lo creo —imité una "mirada pensativa"—, "asustada" suena mejor.

    Ella rió y dijo: —Sí, está mejor —volvió a reír—, pero nos irá increíble.

    Sonaba tan segura, algo típico de ella. Yo le contesté: — ¿Lo crees? ¿Estás segura?

    —Lo estoy —se me estaba contagiando la seguridad— ¿Quién no querría hablar con una chica tan hermosa y simpática?

    Y ahora me hacía sonrojar, también típico de ella, le encantaba avergonzarme así que le devolví la misma técnica: —Tú no te quedas atrás mamá, ¿Quién no prestaría atención en clases con una profesora tan bonita y excelente explicando cómo se debe construir?

El Día que la Lluvia nos Reencontró (En Pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora