Capítulo 6

36 2 0
                                    

Veía el manto negro de la noche sobre mi, cubriendome con sus pequeños destellos de estrellas apenas perceptibles para cualquiera.

Se veía tan cerca, sentía la necesidad de estirar la mano y tomar una de esas pequeñas luces que brillaban sobre mi. Quería tomar una y aplastarla entre mi índice y pulgar, evaporado cualquier brillo de ella. Pero no lo haría, verlas brillar era como ver su vida en la noche, ver como llegaban hasta la cima por su propio medio, sin miedo a ser tragadas por la oscuridad,como un lobo que acecha a su presa, esperando el momento indicado para atacar. Y acabar con sus vidas, con lo que algúna ves fueron.

Pero no. Ellas no se rendían ante su atacante; ellas luchaban y no caían, no hasta que dieran su último brillo y su vida hubiera acabado.

Esto me hacía pensar en que yo era una de ellas o al menos podría serlo.

Podía ser como ellas. Podía llegar a donde yo queria.

Pero como? Sabía que si quería ser feliz debía huir. Huir muy lejos de aquí. Pero necesitaba esperar, todavía no era tiempo y eso lo sabía muy bien.

Tendría que esperar. Por más que odiara esa sensación de estar atrapada, de no poder respirar, de ser observada todo el tiempo, de sentir esos ojos como dos cuchillas sobre mi espalda, adentrándose cada ves más hasta salir por el otro lado, analizando minuciosamente cada movimiento que hacia.

Lo odiaba pero debía esperar.

Tenía tiempo... Pero no por mucho tiempo.

Seguí admirando el cielo, quería recordar cada rasgo de el, cada estrella, cada nube oscurecida, quería recordar la luna tal y como estaba, brillando tan grande, dándo un aro de luz rodeando su cuerpo, sin nada que ocultaba su belleza.

Mire durante todo el tiempo que quise hasta ver la franja anaranjada que salía por el horizonte, al principio sólo era una pequeña línea entre la oscuridad que pronto comenzó a dar una batalla contra la noche, apoderándose del cielo. El sol comenzó su despertar dándo frente a la luna imponiendo dominio.

Los colores se habían mezclado, el rojo y naranja peleaban contra el negro y más abajo se veía el azul claro con su tono violeta. Espere a que el sol hubiera ganado un poco más de terreno.

Di un largo suspiro y me levanté como pude sobre el techo. Camine sobre las tejas azul claro hasta llegar a la ventanas de mi habitación. Estire un mi mano izquierda para sostenerme sobre el marco y tener un buen equilibrio. Pase la otras mano y poco después mi cuerpo entero estaba en la habitación.

Mi vida, mis problemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora