Capítulo 2

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Otro día, otro asqueroso y repugnante día.

Debía llegar a las escuela aunque no se para que iva nada más perdía el tiempo.

Llegue a la "fabulosa escuela" donde "podemos progresar y aprender, explotar nuestras virtudes y conocer a más personas"

Pfff! Puras estupideces.

Camine hasta la entrada viendo a todos esos fríos cuerpos caminando de un lado para otro, sólo eran eso, cuerpos, sin vida realmente, haciendo lo mismo de siempre.

Me pregunto si alguien más piensa como yo, porque vamos, que clase de vida es esa donde pierdes el tiempo, haciendo lo mismo, sin actuar antes, sin crear, sin disfrutar tu vida, yo al menos no lo hacía, quisiera conocer a alguien que fuera tan feliz e hiciera lo que realmente quisiera, que cumpliera sus sueños y subiera dos escalones hacia su meta cada día.

Pero eso era imposible.

Porque te dejaré algo muy claro:

No puedes tenerlo todo en esta vida y esperar a que lleguen las cosas por si solas, para eso hay que trabajar, y eso es algo que la mayoría no hace.

Seguí caminando hasta llegar a mi casillero para sacar lo que necesitaba, aunque para ser honestos, no necesito nada de esto, mis padres esperan que siga con el empleo de la familia, aunque odie admitirlo es muy buen negocio, pero no gracias, aunque no tengo opción, mi padre siempre quiso un niño para construirlo pero salí yo... Y desde ese momento no ha querido volver a tener hijos... Una cosa más por la cual me odio:

Saber que le arruine su felicidad, digo, si no me quería pudo darme en adopción!

Pero no. Y ahora vivo una pesadilla.

Camine por los pasillos hacia mi primera clase, quimica.

Todo mundo se apartaba de mi camino, lo cual era bueno.

No quería a nadie cerca de mi.

Solía tener amigos, pero como siempre, terminan siendo una farsa, a los que llamaba amigos sólo me querían por mi familia, a los que llamaba novios sólo buscaban robar mi dinero y a los que llamaba compañeros sólo me besaban los pies.

Así que... Decidí cambiar, no pienso ser como ellos esperan que sean, soy sólo yo, una persona común y corriente sin nada que dar o recibir.

Llegue a la aula y me senté en mi lugar: el último a lado de la ventana, donde se veía el bosque.

Sí, bosque, vivíamos en una ciudad, pero la preparatoria (si voy en la preparatoria en quinto año) se encontraba casi del otro lado, lo cual no había problema para mi, ya que a mis padres les agrada tener su mansión lejos de la "gente común".

Me senté, me subí la gorra de la sudadera y me coloque los auriculares.

Mire por la ventana, esperando, deseando, soñando, imaginando un destello que me diera una nueva vida.

Pero... IMPOSIBlE!!

Subí el volumen de la música hasta no escuchar nada y seguí aceptando la imaginación que me daba el bosque.

Me imagine en otro lado, lejos de todo lo que odiaba, sola, viviendo con mi propio dinero, en una casa grande, con un buen empleo, siendo feliz,. Imagine a un pequeño niño, de cabello rizado y rojo, con pecas, corriendo entre mis piernas y sonriendo con la mayor gentileza posible.

Nunca he querido decirlo, pero siempre he soñado tener una familia, sólo que nunca he pensado en mi pareja pero siempre he querido.

Aunque cueste trabajo creerlo o siquiera imaginarlo pero vale la pena soñarlo por un momento.

Mis imaginaciones desaparecieron y dieron paso a la cruda realidad por la cual estoy rodeada. No sería posible soñar con más incoherencias, mi vida estaba marcada... Aunque tenía un plan... Llevaba años en esto, pero todavía no tenía las agallas para esto, lo deseaba, pero todavía no era el momento, debía esperar... Sólo eso...

Esperar

Mi vida, mis problemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora