Como cuando un árbol florece, toda nuestra historia empezó.
Poco a poco y con delicadeza, me decías con los ojos.
Haciéndole caso a los detalles, a los tiempos y a los sentimientos.
Dábamos pasos pequeños pero firmes. Pasos tan seguros como elegantes.
El mundo entero parecía alegrarse con nuestra historia de amor.
De la misma forma que te alegras cuando ves aparecer al verano.
Pero igual que aparece la flor, cae la hoja. Y eso nos ocurrió.
Llegó el otoño y los árboles empezaron a quedarse desnudos,
tú te fuiste decidido sin mirar atrás.
Y con las primeras lluvias mi jardín sin hojas se congeló,
Parecía que estaba muerto y que no podría volver a ser él
Pero nadie puede engañar al tiempo,
Y al final sin proponérnoslo, volvió a llegar la primavera.
Y aunque esas mismas flores perfectas que teníamos no aparecieron,
Aparecieron un sinfín de nuevas variedades y de nuevos animales.