parte 2

1 0 0
                                    

Pasaron 3 días desde el juicio de los humanos en territorio de Bestias, estaban en las Catacumbas más profundas del palacio, no podías sentir el sol en ninguna parte, el lugar era un desastre con cadenas haciendo sonidos chocando con el metal, chillidos de los guardia rata que protegían casa rincón del lugar, en todo el suelo estaba húmedo por agua salada que salía de las paredes, no había noción del tiempo todo era igual, cada soldado estaba en una celda diferente lejos de otros todos empapados y medio congelados en lo oscuro del lugar, no podían comunicarse sin ser escuchados, estaban desarmados con solo pantalones en su pertenencia, para facilitar la vigilancia y el castigo que se les confinaban con cada acto extraño o sospechoso, tenían la libertad de divertirse con ellos a sus placeres claramente sin dejarlos morir. A los guerreros con poder mágico se les ataba sus manos con aluminio y acero colgados de una cadena para evitar utilizar magia había 4 de ellos y el que destacaba más era Eric; su vigilancia era mayor a otros pero apesar de que era el mejor en eso; no dudaron en vigilar más de cerca al Hans sabían que era un problema mayor en todo el lugar incluso para su propio especie. A Hans se le podía ver en el rincón de su celda de brazos cruzados recargado en las paredes, sus ojos estaban mayormente cerrados debes en cuando jugaba con las piedras de su celda, rodando las de un lado a otro, eso provocaba disgustos por parte de los guardias, ellos inclinaban sus ojeras a él con cada rasguñó o toqué. Hans abrió sus ojos lo suficiente como para ver las puertas de metal abrirse al unisono de los pasillos, ya en un momento estaba esa mujer pelirroja en la cerda de Hans con una sonrisa llena de soberbia.

¿Disfrutas tu camarote? Humano

No especialmente

Mmm...queremos hacerte una propuesta

Sea lo que sea me niego, una propuesta me metió en éste foso, por una simple estupidez

Tienes valor al querer encararme pero no te servirá por mucho tiempo, Asís qué te diré ésto...

Esa mujer ya estaba haciendo arder los barrotes con tanto entusiasmo que sus ojos se volvieron más filosos y brillantes ante la oscuridad.

Su alteza desea una reunión con usted y el hombre de la reina para proponer un trato que posiblemente querrá escuchar, vendré en 5 días para escuchar su respuesta ante tal invitación, disfruté del lugar.

Sus pasos se hacían más lentos al cruzar las puertas del lugar Hans solo podía verla incrédulo ante sus palabras no digo nada en esos 5 días, muchos de los soldados se habían acostumbrados a las Catacumbas otros seguían retando a los guardias con odió, las horas se transformaba en aburrimiento eterno. Llegó el día tan esperado por los guardias rata, la mujer ya estaba en la celda de Hans con guardias a su lado.

¿Listo? Humano

Claro

Tu respuesta

Llévame con ella

El sonido de la cerradura en la celda abierta hizo eco en todo el lugar, entraron los guardias con cautela Hans permitió poner le las cadenas en sus piernas y piernas giró su cabeza con lentitud mientras lo hacía pareciera como si estuviera relajándose eso alarmó a todo el mundo, en un abrir y cerrar de ojos el ya estaba golpeando con su cuerpo a los guardias, esquivaba las lanzas con tanta agilidad que con un simple golpe de pierna desarmo al guardia, girando de su propio eje recargado en la pierna derecha, su pierna izquierda golpeaba con velocidad la cara de la rata azotandolo en los barrotes todos en el suelo; brinco sobre sus manos mostrando las cadenas enfrente de él, retomo la cuchilla de una lanza abriendo las cadenas en segundos ahora tenía que enfretarla, su posición de pelea la hacía intimidante, siguieron mirándose hasta que ella dió el primer golpeé, lo esquivó igual que los otros daba pasos hacia atrás por el pasillo con frialdad en su rostro, la mujer solo se enfurecida más ahora eran más fuertes que cada golpe que esquivaba rompía la pared con grandes hoyos, las cosas cambiaron ahora el ya estaba atacando podía ver el intercambio de golpes y bloqueos en ellos, los dos lograron lastimarme al tomar aire; el tenía un rasguño amplió en su mejilla derecha mientras que ella el labio partido, una sonrisa engreída salió con tanto glamour que nose dio cuenta que alguien lo noqueó.

Perra

Los soldados lo rodearon con hostilidad, las lanzas estaban sobre de él algunos guardias lo encadenaron y lo tomaron por los brazos arrastrándolo por todo el lugar los soldados de la reina Gloria quedaron sorprendidos por la escena más Erick. Tras pasar las Catacumbas caminaron por el puente que los conectaba con el castillo, el sonido del mar cayendo debajo del lugar era sorprendente ya que la altura del lugar te daba pánico. Al entrar en un túnel muy abierto apareció un hombre de vestimenta negra y tez blanca caminado con la mujer.

Parece que te divertiste, Rox

Ni que lo digas, ese maldito arruinó mi maquillaje se limpia el labio ya tenía en mente que era bueno, fue bueno estirarse un poco con él

Parece que no se lamentó el estar ahí abajo, no tuvo suficiente

Ni que lo digas, parecía disfrutarlo; será divertido verlo más de cerca ahora que lo tendremos de juguete.

Canturrio al final de la frase mostrando una mirada cautivadora en Hans, siguieron caminando dentro del castillo hasta llegar en la sala de la Reina dragón. Tardaron minutos para despertar al cazador, estaba en el suelo tirado, confundido se levantó del lugar vió su alrededor y estaba en un cuarto pequeño a comparación de la sala que estaba antes había una chimenea encendida con algunos cuadros a los costados eran de personas muy elegantes con una niña de pelo negro sonriendo con inocencia. En el fondo grandes libreros llenaban las paredes una ventana larga en el centro iluminando a una mujer muy pero muy atractiva atenta a sus papeles, su cabello azabache largo y ondulado sobre su espalda con ojos como fuego reluciendo en su rostro, sus hermosos y suaves labios haciendo matiz con su labial rojo brillante con un traje negro y dorado en su calida piel, los guantes dorados tenían forma de garra en sus manos podías ver su esplendor cuando el sol los acariciaba, sorprendido en el interior solo puedo darle una mirada fría aquella mujer detrás del escritorio, ella siguió con sus papeles para finalmente mirar cara a cara al humano.

Marco de Pasión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora