╭ ᬉ♡ CAPÍTULO UNO | ͜͡ː❀ LUNA Y COMPAÑÍA | »₊ 月亮与公司 ;! ↷ ⊹ ⋆｡˚ . ˚✧ ▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀
────¡Joder! ¡Me cago en esos gilipollas de los cojones! ────Gritó enfurecido el de corbata, mientras recargaba su arma, para luego suspirar y ver como el grupo de delincuentes se alejaba de ellos gritando insultos hacia la malla.
Volkov suspiró, mirándole de reojo, para imitar la acción de su superior, era la quinta vez que los tenían justo en la palma de su mano, pero por el mínimo error de un simple animal, que caminaba tranquilamente por el sitio de los tiroteos, se fue todo a la mierda. ¿Este es tu CNP?
Los diez agentes restantes negaron con lentitud su cabeza, observando la camioneta alejarse con rapidez de su ubicación, para luego subirse en los patrullas y volver hacia comisaría, probablemente para hacer un 10-10, ya que eran casi las cuatro de la mañana.
────Ya los atraparemos, Conway. Usted tenga algo de paciencia. ──── Dijo el comisario, caminando hacia el patrulla con la conocida placa 'god'
El superintendente imitó su acción, para entrar en el vehículo, teniendo en su mente a esa chica con la peculiar arma en tonalidades rosas.
────Volkov.
El mencionado se quedó callado, esperando a que el súper continuara hablando.
────Te juro que por mis santos cojones averiguaré quién es esa chica, ya sea sólo un peon o la reina de esos capullos.
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Evo miró por sus binoculares, sonriendo al notar que los idiotas de los policías se habían rendido.
Esos tipos nunca se cansaban, muchas veces les habían advertido que jamás los atraparían, y hasta ahora esa palabra era total y completamente firme por parte de la mafia.
────¿Y bien? ¿Los gilipollas nos siguen?──── Nadando preguntó, ajustando su gorro en su cabeza, ya que se había movido debido al tiroteo de hace unos minutos. ────Joder. ──── Armando se quitó su gorro al notar que tenía varios huecos a causa de las balas, ya compraría otro.
────Negativo, les tocó de nuevo observarnos irnos, junto a sus perritos.──── El de los binoculares respondió desde la parte de atrás de la camioneta color verde brillante.
Alejandra sonrió, quitándose su máscara, para luego observar a los demás, que al instante imitaron su gesto, sabiendo lo que se venía. Siempre que triunfaban -sin que saliera alguien gravemente herido- iban a cualquier licorería a gastar dinero en alcohol, para luego ir a la sede y armar una fiesta, casi siempre Emilio era el que cocinaba, ya que a todos les gustaban sus recetas mexicanas, cosa que pocas veces Luna permitía, ella era como la madre de esos críos.
