ᬉ♡ CAPÍTULO SIETE | ͜͡ː❀ DIOS ES UNA MUJER | »₊ 上帝是一個女人 ;! ↷ ⊹ ⋆｡˚ . ˚✧ ▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀
────¿Porqué cojones nos estafaste con la puta droga?──── Preguntó Nadando, justo en una esquina de la habitación, de brazos cruzados.
El secuestrado, que se encontraba atado de pies y manos se encontraba respirando tranquilamente, totalmente relajado.
────Contesta la pregunta, imbécil. ──── Luna habló, caminando lentamente alrededor del extraño.
────Cómeme la polla.──── Se limitó a decir el chico, entre murmuros.
Ramen al instante se incorporó en su lugar, dispuesto a deformarle la cara a base de golpes, pero la única chica presente colocó su mano en el pecho de su novio, en una clara señal de que se calmara y detuviera lo que estaba haciendo y/o apuntó de hacer.
────¿Quién te crees para faltarme el respeto de esa manera?──── La de coleta habló en un suave tono de voz, mientras se arrodilla ante el secuestrado, para así quedar frente a él.
────Un hombre con huevos, y apuesto todo a que llegaste a ese puesto tan alto porque le chupaste el pene a todos los que están aquí presentes.
────No me la contés amigo, ¿sos de esos pibes que son re machistas?──── Milamessi habló de forma sarcástica, con una mueca de asco en su rostro, al igual que los demás miembros.
Luna se alejó del secuestrado, para luego chasquear los dedos, y tras unos instantes recibir en la palma de su mano su juguete favorito. Desde aquella vez que vio el documental de narcotraficantes que Emilio le había recomendado, ese artefacto le había llamado mucho la atención, así que qué mejor día para probar el hierro con este tipo que se creía superior a ella sólo por tener algo colgando entre sus asquerosas piernas.
────¿Sabes porque soy la jefa?──── Se acercó con lentitud hacia el hombre, con el hierro entre sus manos. ────Porque todos estos gilipollas que ves aquí ──── Señaló a sus compañeros, para luego guiñarle el ojo a su pareja.────... Me comieron el coño.────Exclamó, para luego estampar el objeto caliente en la piel del tipo.
En la habitación sólo se escuchó el grito de dolor por parte del extraño, y los aplausos y silbidos de la mafia hacia la castaña.
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Kalahari soltó un suspiro luego de llegar a su conclusión; se alejaría de Armando hasta que esos estúpidos pensamientos dejaran de pasar por su mente. Él no le gustaban los chicos, eso no podía ser posible.
