La melodía - Mina y Tu -

M

En un día cualquiera de mi hermosa vida, me encontraba haciendo cosas sumamente interesantes y productivas, como por ejemplo... lavar los platos sucios

-Ahhh que flojera lavaaaaaar -me quejaba- y encima hace mucho fríooooo -seque mis manos y me fuí a ver netflix en el sofá

-¿Pasa algo, amor? -dijo sin mirarme, refiriéndose a mi cambio de posición

Mina se había instalado junto a su laptop y taza de café, que por cierto fue hecha por mi, desde hace ya una hora en la mesa que estaba junto a lo que llamamos nuestro centro de operaciones especiales, igual, sala de estar

-No, nada minari~ -dije volteando a verla y notar que seguía sin despegar la mirada de aquel aparato que siempre recibía más atención que yo

-¿Entonces por qué no sigues lavando? Sabes que odio tener la cocina sucia, y no la limpio yo misma porque estoy ocupada -dijo mientras tecleaba algo en la laptop

- Es que pensé en tomarnos un pequeño descanso -dije para que de una vez soltara eso que no hacia más que dañarle los ojitos a mi koala- ya que no has despegado la mirada de la laptop desde hace una hora y eso te hace daño, amor. Yo sé que es parte de tu trabajo pero también debes pensar en tu bienestar mientras lo cumples, sabes que no me gusta que estés mucho con eso, así sea tu trabajo o tus jueguitos

- ¡Con mis jueguitos no te metas! - dijo mirandome con el seño fruncido

Dejó sus lentes de descanso sobre la mesa en la que estaba mientras se levantaba de la misma, se fue acercando a paso lento y con una carita de ángel se posicionó justo en frente de mi

- Te reto a una partida de Mario Kart, si ganas obtendrás lo que quieras de parte mía - soltó mostrando una sonrisa ganadora

- ¿Lo que quiera~? - dije con una sonrisa ladina y voz grave

- ¡No! Todo menos eso, no tengo tiempo para tus cosas sucias aunque te ganaré de todas formas -medió un pequeño golpe en la cabeza

- Okey, okey, entonces me comprarás pizza

- Esta bien ¿trato hecho? - extendió su mano hacia mi

- Aún no, no me dijiste que querías de recompensa si tú ganas

- Ahh pensé que te olvidarias de eso -murmuró quejándose - bueno lo único que quiero es que me atiendas bien mientras esté jugando Animal Crossing

- ¿Por cuanto tiempo? -la conozco y sé que siempre está más de 3 horas jugando a esa madre

-No lo sé, tal vez 4 o 5 horas -dijo restándole importancia

- Me preocupas, linda -dije tomandola de los cachetes -debes de cuidarte amor, no puedes estar tanto tiempo en un juego

- ¡Claro que puedo! No eres mi madre para impedirlo -soltó infantilmente con un puchero y cruzándose de brazos

- No lo soy, pero puedo decirle y te castigará

- ¿Y como se supone que me castigará si está en Japón?

-Pues me dirá a mi que te quité tus aparatos y con gusto lo haré -dije riendo

- Da igual, ella no puede castigarme ¡Ya tengo veintitrés años! Soy mayor de edad y no vivo con ella, no tienen ninguna excusa, bye -y se fue con un puchero hacia su habitación

La seguí e iba justo detrás de ella pero solo dió unos pasos dentro de la habitación y volteó hacia mi. Y me echó.