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Durante su distanciamiento, Luzu estaba a menudo muy ocupado como para prestarle atención a los planes de Raúl y a su trabajo. Conocía los intereses generales de Raúl, pero el trabajo siempre lo dejaba demasiado cansado como para importarle. A la tarde, por primera vez, Luzu se sentó y escuchó sus planes.

Raúl se movía lentamente, pero Luzu ya se había acostumbrado a su ritmo. También se había acostumbrado a que Raúl olvidara ocasionalmente cosas o se demorara en responder. No era raro que frotara sus ojos y los cerrara por un momento. Luzu, intentando hacer lo que podía para ayudar, iba y buscaba agua cuando le era posible.

Los papeles estaban dispersos por todo el piso de la sala. Había papeles pequeños con notas en ellos y también pilas atadas. Raúl los desparramó y Luzu miraba mientras se esforzaba por organizarlos como quería, si es que por eso lucia tam frustrado y confundido.

-Bueno- Comenzó Raúl-, estás son todas mis ideas y planes.

-Son muchas.- comentó Luzu, mirando el desorden.- ¿Son ideas que tuviste años atrás?

-No. Me deshice de todo lo que tenía en ese entonces.

Luzu alzó una ceja.

-¿Todo?

Asintiendo, Raúl lo confirmó.

-Tiré todo durante la primavera.

-¿Porqué?

-Quería comenzar de nuevo. Me di cuenta de que había estado escribiendo cosas sin sentido.

-Bueno, el sinsentido es lo tuyo ¿no?- dijo Luzu, ofreciéndole una sonrisa.

-Lo es, pero quería intentar algo distinto. Eso es todo.

Bajando la vista hacia  las palabras en los papeles, Luzu sonrió.

-Bueno, estoy seguro de que será bueno. Tal como el resto.

Los ojos de Raúl resplandecieron mientras sonreía, mirándolo.

-Gracias, Luzu.

-Por nada.

Tras un momento, le preguntó:

-¿Vas a leerlo?

Luzu parpadeo.

-¿Tu libro?

Raúl dijo, asintiendo:

-Sí. - Luego añadió.- Sin embargo, no te haré prometer que lo leerás. Ya te he dicho que esta semana será lo último que te pediré.

Sintiendo su corazón como el plomo, Luzu alzó una mano y volteó el rostro de Raúl hacia él.

-Lo leeré.

Su esposo pareció más triste en vez de alegrarse, lo cual era lo opuesto a lo que luzu esperaba. Mordiéndose los labios por un segundo, Raúl asintió otra vez.

-Gracias.

-No hay problema.

Cuando Raúl se detuvo un momento para cerrar sus ojos y respirar hondo, Luzu lo miró con el rostro preocupado.

-¿Migraña?

-Si.- Respondió Raúl débilmente.-...migraña.

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Luzu miró su teléfono y vio los mensajes fe Lana. Le respondió breve y secamente para después volver a apagar su teléfono. Cuando fue a la cocina, encontró a Mónica sola, que era lo que él quería.  Dándole unos golpecitos en el hombro, Luzu retrocedió instintivamente cuando Mónica se volteó con un cuchillo en mano.

{10080} LUZUPLAY <<Adaptación>>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora