06

141 25 0
                                    

Las noches de los lunes, Raúl se deslizaba hasta la cama de Luzu, en su dormitorio y subía allí con él. Luzu se movía, pero terminaba  abrazando con un brazo a su pequeño novio y Samuel se despertaba en la mañana siguiente con otro compañero de cuarto.

0:00:01

Luzu se paró frente a la casa que alguna vez compartió con Raúl durante un período corto de tiempo.
Recordaba las promesas que le había hecho y los sueños y esperanzas que tenían, pero en ese momento, el pasado no era mas que polvo para él, porque no había pensado en eso por incontables meses. Reuniendo coraje,levantó su mano y golpeó la puerta.
Esperaba que se abriera y que Raúl fuera quien lo recibiera, pero tomó más de lo que esperaba y la persona que abrió la puerta no era su futuro ex esposo.

-Hola.

La joven mujer de rostro agradable que había abierto la puerta, le sonrió.

-Hola.- tras una pequeña pausa ella, ella añadió .- Supongo que tú serás Luzu.

Éste afirmó, asintiendo.

-Sí.

-Bueno, pasa.- Dijo ella, haciéndose a un lado. Cuando luzu, estuvo dentro, cerró la puerta tras de sí.- Soy Mónica, por cierto.

-Un placer conocerte-. Dijo él, tendiéndole una mano.

-¡Gracias!- respondió con alegría, estrechando su mano.- Raúl debería bajar en cualquier momento.- Luego, con una mirada más suavizada y triste, dijo: - Te ha estado esperando.

Le dolió un poco a Luzu escuchar esas palabras, pero era la verdad y lo sabía. Habia requerido un divorcio y estaba seguro de que Raúl había recibido el aviso dos semanas atrás.  Por supuesto que estaría esperándolo. En todo caso, el estar ahí parado en el vestíbulo lo ponía algo nervioso por como iría Raúl reaccionar. Lo imaginó gritando y bramándole, derramando lágrimas con ojos sedientos de sangre.

Pero esa imagen no duró. Cuando levantó la vista hacia la escalera, mientras que Raúl hacía su entrada, Luzu captó la sonrisa que solía hacer que su corazón se detuviera y aún lo hacía. Se quedó de pie en la entrada de la casa, con su corazón afligido y detenido por Raúl.
Sacándose de su estado, Raúl se aproximó lentamente.

-Hey.

Raúl abrió sus brazos, caminando hacia su esposo. Sin esperar siquiera que Luzu hiciera el primer movimiento, lo abrazó, antes de liberarlo tras un tiempo apropiado.

-Hola, gigante.

Los labios de Luzu se estrecharon. Ya no quería ser llamado "gigante ". Le traía demasiados recuerdos que lo desviaban de su propósito.

-Ya no me llames así, Raúl.

Con su boca ligeramente abierta, Raúl asintió con entendimiento.

-Lo siento- dijo con una risa.- Me olvidé que nos estamos divorciando. Claro.- Palmeando a Luzu en la espalda, Raúl giró sobre sus talones- Vamos a la sala ¿si? Mónica, ¿puedes ir a prepararle a Luzu un té? Yo tomaré agua.

-¿Quieres limón, Auron?- preguntó ella

-No. Agua sola.

-De acuerdo.- dijo ella, chasqueando su lengua y yendo a la cocina.

Luzu la observó irse, preguntándose sobre la relación que tendría con Raúl. En su mente, las palabras de Lana reverberaron. Tal vez Raúl había encontrado a alguien tal y como él habia encontrado a Lana. Ambos conocieron gente con las que les convenía estar.

Una vez sentados, Luzu escrutó el rostro de Raúl.

-Te ves un poco... cansado, Auron. ¿Estás durmiendo bien?-

Le tomó un momento, pero Raúl asintió con una sonrisa.

-He estado trabajando un poco duro últimamente. Eso es todo.

-De acuerdo...- Luzu tomó aliento por un segundo antes de abrir su maletín.- Como sabras, he venido con cosas para que firmes.

-Por supuesto.

-No tomará mucho tiempo.

-Lose.

-Estoy tratando de hacer que esto sea lo menos doloroso para ti, Auron.

Raúl rió suavemente.

-Siempre habrá dolor.

Luzu vio a Raúl a los ojos.

-Lo siento...

-Estoy bien...

Incapaz de soportar la atmósfera tensa, Luzu prosiguió. Tomó unos papeles y los deslizó por la mesa de café hacia Raúl, quien estaba sentado frente a él. Notó que Raúl se movía un poco despacio, pero supuso que simplemente tendría miedo de enfrentar la realidad que aquellos papeles traían.

Mientras Raúl los levantaba y les echaba una mirada, Luzu habló.

-Basicamente estás aceptando que ambos queremos esto. Tambien significa que estas dispuesto a ir a las fechas de la corte y a las juntas donde discutiremos cómo dividiremos todo. Pero Auron, la casa... la casa se quedará contigo, eso te lo prometo.

-¿Me lo prometes?

-Sí.

-Me prometiste cosas en el altar tambien, Luzu. - Dijo Raúl en un susurro bajo, como un fantasma. - Y aquí estamos.- Sin querer que su esposo tuviera que pensar en ello, gesticuló con la mano y cambió de tema. - ¿Dónde tengo que firmar?

-Al final  de la página.- Dijo Luzu. Llevando una mano a su bolsillo.- ¿Necesitas un bolígrafo?

-Sí.

Cuando sus dedos se rozaron entre sí al dárselo, notó la temperatura corporal de Raúl.

-¿Tienes frío?

-No, estoy bien.

-Pero tus manos no están frías normalmente. Están tibias.

-Me alegra que lo recuerdes.

Un minuto pasó y Luzu observó a Raúl sujetar el bolígrafo pero sin moverse.

{10080} LUZUPLAY <<Adaptación>>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora