Abrió los ojos de manera rápida, como si fuera un insecto. Miró sus pies y amplió su sonrisa al notar el pentagrama sobre el que estaba parado. Fue entonces que se dignó a mirar al chico frente a él. No tenía más de 30; el humano se quitó un mechón de pelo rubio de su rostro.
–Ho...
–No puede ser– masculló el chico.
–la–.
–¡NO PUEDE SER! ¡Lo logré!– gritó –Soy Anthony– se acercó a él y le tendió la mano.
El contrario la apartó con su micrófono, sin abandonar su sonrisa.
–¡Yo soy el demonio de la radio!– anunció mientras del pentagrama brotaba fuego verde.
–Wow– murmuró –Eso es tan cool–.
–Y dígame, estimado caballero ¿Cómo puedo ayudarle el día de hoy o para qué solicitó mis servicios? ¿Poder? ¿Dinero? ¿Amor? O tal vez...
El menor le acercó una radio con una tierna sonrisa.
El contrario parpadeó varias veces –¿Qué es eso?–.
–Pues eres el demonio de la radio ¿No?–.
–Así es–.
–Es que mi radio está rota–.
Al demonio le empezó a dar un tic en el ojo, sin embargo, decidió tan solo inhalar y exhalar.
–No no, mi estimado compañero, creo que usted está confundido– soltó una risita nerviosa.
–¿Cómo?– inclinó Anthony ligeramente la cabeza hacia su izquierda.
–Lo que quiero decir es que mi nombre no es algo literal–.
–No entiendo–.
El de rojo gruñó –¡Qué me llame el demonio de la radio no significa que sepa cómo repararlas!–.
–¿¡Es una broma!?– hizo el chico un puchero –¿Entonces qué haré con esto?– miró el aparato.
–No lo sé, pero no es mi problema– le dio la espalda y fue hacia el pentagrama.
–Espera ¿Qué haces?– frunció el ceño el humano.
–Regresar al infierno, esto fue una total pérdida de tiempo–.
–Pero no puedes hacerlo, aquí dice que...
–¡Claro que puedo! Soy uno de los demonios más podero... – chocó contra una barrera invisible –¿Qué está pasando?– frunció las cejas.
–Es lo que te estaba diciendo– murmuró Anthony –Aquí dice que no puedes irte hasta que cumplas la misión para la cual te invoqué ¿Ves?– le acercó su celular.
Los ojos del demonio se achicaron ante el brillo del electrónico.
–Malditas cajas de luz, no hacen más que irritar los ojos ajenos– lo alejó y apretó con fuerzas sus ojos –¿Me estás diciendo que no puedo irme de aquí hasta que repare tu radio moderna?– la señaló.
–Sipi, lo google y me aseguré de que así fuera– sonrió de oreja a oreja.
–De acuerdo– giró los ojos, tomó la radio y se sentó para intentar repararla.
Anthony se puso a su lado y se le quedó viendo un rato.
–Mirar fijamente es algo muy grosero– dijo el rojo.
–Oh, lo siento– dirigió su mirada al techo.
Se hizo un silencio. Anthony empezó a silbar.
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Summoned By Accident
FanfictionLas vidas de el demonio Alastor y joven Anthony se cruzan después de que este lo invoca por una razón poco convencional. Ambos tendrán divertidas desventuras, comúnmente ocasionadas por el humano, que deberán arreglar con un poco de ayuda de ciertos...