La Show Girl

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Anthony intentó hablar con Alastor al día siguiente, pero siempre que subía al ático parecía no haber nadie.

El humano soltó un pesado suspiro y volvió a cerrar la puerta con aire de derrota.

Cuando se fue, el demonio salió de entre las sombras.

–¿Cuánto tiempo más lo vas a estar evitando?– preguntó el micrófono.

–El que sea necesario– respondió –Lo que pasó ayer fue más que inaceptable ¿Quién se cree para acercarse a mí de esa manera? ¿Y luego mirarme con esos ojos? ¿¡BESARME!? Simplemente asqueroso– sintió un escalofrío.

–Señor, lamento informarle esto, pero fue usted el que inició todos esos avances– soltó burlón.

–¡MENTIRA! Yo jamás permitiría que algo así sucediera– gritó –Solo tuve un momento de distracción, ese chico tiene algo extraño; todos los demonios lo adoran. Esa invocación debió venir acompañada de algún pacto extraño ¡No es posible que me debilite de esta manera– pasó una mano por su cabello –Debe ser eso– empezó a hiperventilarse –Los ojos de los humanos normales no brillan tanto como los de él, ningún otro humano tiene un aura tan atrayente como la de él y su sonrisa, nadie más emana tanta ternura como él ¡Es un hechicero! ¡Un arma! ¡Una amenaza!– sintió como su sonrisa empezaba a temblar.

–Señor, si me permite opinar, se está ahogando en un vaso de agua. Anthony no es nada de lo que usted dice. Tampoco tiene todas estas cualidades de las que usted lo acusa. Creo que solo usted lo percibe así porque le gusta el chico.

–Tonterías– forzó una risa –Soy el gran y poderoso Alastor, el demonio de la radio. El que causó terror en todo el infierno tan solo llegar– miró hacia la ventana –Tal vez todo esto era necesario, necesitaba volver a enfocarme y recordar cual es mi lugar. Debo regresar al infierno lo más pronto posible– buscó entre sus cosas el papel que le había dado Husk el día anterior –Ugh ¡NIFTY!

La puerta del ático se abrió de golpe y la chica entró corriendo.

–¿Sí?– parpadeó varias veces.

–Tenía una nota con instrucciones aquí y ya no está.

–¿Qué te hace creer que yo la tomé?

–Eres la única que entra a limpiar aquí, debes saber dónde está– gruñó.

La mucama hizo una mueca y dio un rápido repaso del lugar. Por más que levantó cajas y demás cosas, no logró encontrar nada.

Empezó a entrar en pánico, sabía que Alastor no era paciente; si no conseguía algo rápido estaría en problemas.

–¿Y bien?– habló el demonio mayor.

La chica forzó una sonrisa y lo miró nerviosa –Bueno, esto va a sonar divertido– empezó a jugar con su cabello –Si lo dejaste en el suelo es probable que ahora esté en la basura.

–Ve a buscarla entonces.

–Lo haría con mucho gusto y lo sabes, pero el camión pasó ayer, así que creo que es un caso perdido.

Alastor se le quedó viendo unos segundos para finalmente encogerse de hombros.

–Está bien.

–¿De verdad?– lo miró sorprendida.

–Todo problema tiene solución, mi linda Nifty– acarició su cabello –Irás al infierno a buscar a Husk y que vuelva a escribir las instrucciones para reparar la radio.

–¡Pero eso es... Bastante lógico la verdad– frotó su barbilla –De acuerdo ¿Luego cómo vuelvo?

–No sé, ponte de acuerdo con Anthony– se sacudió un poco de polvo –Pero te lo advierto Nif, si no vuelves para el final del día con esas instrucciones, estarás en problemas. Y odiaría hacerte daño, sabes que eres mi favorita.

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⏰ Última actualización: Mar 13 ⏰

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