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Nos veíamos muy lindas hoy. Emma lucía unos jeans cortos junto una blusa holgada, mientras yo llevaba unos jeans largos con roturas en las rodillas y una blusa de tirantes. Amo los jeans, forman un 80% de mis outfits.

También nos maquillamos solo un poco, por lo menos yo. A Emma le gustaba llevar maquillaje y yo lo la juzgo, además de que le queda muy lindo.

- Marc irá por ti, lo sabes, ¿verdad? – Enarcó una ceja, algo divertida.

- ¿De qué hablas?, ya déjalo, por favor.

- No sé por qué no quieres creerme, si él te busca esta noche, me deberás un helado. – Me tendió su mano como para pactar un trato.

- Esta bien. – bufé, pero acepté. Ella sonrió en forma de victoria - ¿A qué hora vendrá Javier por nosotras?

- Se supone que en unos 10 minutos. ¿Sabes?, amo que también podamos salir juntar de fiesta y llevarnos tan bien, la chica del año por poco no me denuncia con el rector por llegar borracha 2 veces a la semana. – Hizo señas con sus manos, dando a entender que eso era poco. Me limité a reír y seguir arreglándome.

El camino en el auto de Javier fue muy tranquilo, ellos hablaban de algo que yo entendía y no pretendía entender, mientras tarareaba la música que había de fondo y revisaba mis redes sociales, la verdad es que no las uso demasiado, soy más de escuchar música y leer libros. Emma era más de publicar selfies en Instagram, aunque no era tan diferente a mi respecto a lo demás.

Esta vez parecía que más gente estaba en la fiesta, a comparación de la anterior, había buena música, debo admitir. Como si ya hubiéramos creado nuestra primera costumbre, fuimos por un gin tonic a la barra antes de saludar a los demás, que se encontraban en el mismo lugar que la semana anterior. Me hacía bien algo de alcohol antes de empezar la fiesta, para estar mas relajada.

- ¡Que hermosas están hoy!, me da gusto que hayan venido. – Marc nos saludo con un beso en la mejilla a ambas.

"está flirteando contigo", me susurró Emma. Rodé los ojos y seguí saludando a los demás.

Luego de besar la mejilla de unos 4 chicos, miré al fondo de la sala, donde Alex se encontraba jugando a los juegos de su celular, al parecer. Tomé una silla y la puse a su lado.

- Hola. – musité, mientras tomaba asiento a su lado. La verdad es que prefería pasarla con él, aunque no fuera la persona más divertida de la sala.

- Hola. – Fue todo lo que respondió. Sin embargo, guardó su celular en sus bolsillos. - ¿Por qué no estas con tu amiga? – indagó.

- Prefiero estar aquí. – Le ofrecí una sonrisa muy cálida y el asintió, como si estuviera bien.

Nos quedamos mirando al frente, observando la fiesta como si no fuéramos parte de ella, me giré solo un poco para observarlo a él, es lindo a su manera. Ojalá y deje de ser tan frio en algún momento, mientras yo seguiré tratando de hacer que sonría un poco. Tenía el pero un poco largo y caído a los costados, y los dedos con callos de seguro tocar mucho la guitarra.

- Ya basta, me pones nervioso. – Me pidió, para que dejara de mirarlo, pero no hice caso y seguí mirándolo de esa forma.

Fue en ese momento cuando él se dio vuelta y me miro tan fijamente que sentí como si hasta pudiera leer mi mente. Miraba mis ojos, mi cabello, mis labios, mis granos. Corrí mi vista, se sentía como si pudiera ver todos tus defectos de cerca.

- Ya, ya entendí, perdón, si es bastante incomodo – Me rasqué un poco la cabeza, pero al darme vuelta el seguía mirándome así, esta vez un poco menos serio. Nos mirábamos como si fuera una guerra y nadie quisiera perderla.

Quiéreme asíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora