FNAF 6/SB: El Escape [ESP. VER]

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Chapter 1. Second Stage.
"The Escape"
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[Palabras: 1026]
[Duración: Corto]

Entre los árboles de aquél parque, el conejo acechaba en la oscuridad.
Todo el lugar se encontraba vacío y silencioso.

Afton salió de los árboles aproximándose a los juegos infantiles como columpios, toboganes y otros más. Observándolos detalladamente acercando de manera lenta su mano para tocar uno de éstos, pero algo lo detuvo, rápidamente se giró bruscamente, utilizando su filoso y faltante brazo izquierdo como arma para clavarlo en quien sea que estuviera ahí.
Sin embargo se detuvo al ver la destruida pero reconocible cara de Molten Freddy tras él.

– ¿Acaso quieres matarnos? - Preguntó el oso ante la defensiva reacción del conejo.

– .... Sí - Respondió a los pocos segundos el mayor.

El oso usó su mano para apartar el brazo de Afton de su mirada, para seguidamente saltar sobre éste y así tener sujección.
Scraptrap intentó quitárselo de encima, aunque sus intentos fueron detenidos al escuchar unas voces a lo lejos, Molten quien parecía entretenido en agarrarse también detuvo sus movimientos prestando atención a las voces.
No estaban solos.

Un grupo de tres voces jovenes se escuchaban de fondo en el parque, rápidamente el conejo echó a correr a la oscuridad de los árboles, en el ínterin de los actos, Molten saltó a un árbol para buscar aquellas personas más rápidamente avanzando por las ramas.

Afton se quedó atrás, no era tan rápido, ni tan ágil, pero si mantenía la paciencia y sigilo perfecto. A pesar de moverse cojeando y apoyándose en algunos árboles, logró ver a uno de los jóvenes el cual llevaba una linterna.
Un recuerdo llegó a su mente, aquellos tiempos atrapado en aquel traje dorado en el pasado, 30 años atrapado en esa atracción, sin salir, sin poder ir a ningún lado, tan solo esperando a que alguien llegará en su salvación, pero desgraciadamente solo encontraba a un guardia que parecía jugar con él, engañando a su mente y sus traumas con audios molestos de niños riendo y hablando que atormentaban sus recuerdos. Enfureciéndolo más y más, llenándolo de ganas de sangre y matanza.

Pero tuvo que contenerse, no estaba en condiciones de correr detrás de niños, y definitivamente su apariencia no le ayudaba.
Pero las dudas no tardaron mucho.

– Creo que deberíamos ir a nuestras casas ya, se está haciendo tarde - Habló uno de los jóvenes, mirando su teléfono.

– ¿Acaso tienes miedo? Escucha, mañana no tenemos esos estúpidos estudios, aprovecha la noche - Respondió otro de ellos, convencido de si mismo - ¿O no, Mark?

– ¿Disculpa? Mañana debo ir al pueblo de al lado con mis padres para una revisión importante - Protestó el tercero, éste llevaba una linterna - Vamos a casa, aún no cené y tengo hambre.

Mientras el segundo bufaba buscando lo que parecía un mechero en sus bolsillos, colocaba un cigarrillo en su boca listo para tomarlo. Pero mientras caminaba sin mirar hacia delante, se topó con su compañero chocando con éste.

– ¿Pero qué te pasa? Camina idio.. - Protestó pero fue callado al levantar la mirada.

Iluminado por la temblorosa linterna, Molten acechaba desde arriba de un árbol mirando a los chicos y arrastrándose lentamente entre rama y rama hasta los jóvenes, carcajeándose del pánico de los tres.

– Creemos que nadie irá a casa hoy - Habló el animatronico grisáceo con su brillante ojo sobre las dilatadas pupilas de los jóvenes.

La linterna cayó al suelo, apuntando a otra sombra más por pocos segundos, la cual antes de los chicos pudieran gritar, se abalanzó como lobo a su presa hacía el que sostenía la linterna anteriormente.
Entre las sombras se pudo hacer presencia el ensangrentado cuerpo de Afton con su víctima en su mano, apuñalada y asesinada cruelmente por el conejo.

Los otros dos chicos intentaron huir, sin embargo para la mala suerte de uno de ellos, Molten no quedó atrás, se lanzó sobre uno tumbándolo al suelo y mordiendo su cabeza con su destrozada y afilada mandíbula oxidada.

– Atrape al último - Habló Afton tras Molten, el cual obedeció saltando a los árboles en busca del último joven.

Si ese adolescente escapaba, posiblemente delataría la ubicación de los dos asesinos, no quería ser capturado y apresado nuevamente. Eso realmente molestaba y asustaba al conejo.

Volviendo a la persecución, Scraptrap solo tardó varios segundos en ir a buscar a aquél niño, siguiendo el camino de Molten, realmente no era muy difícil rastrear y seguir los pasos de su víctima.
Tras la larga caminata, los arboles desaparecieron al adentrarse a la ciudad, lo cual dificultaba la búsqueda de la víctima, mas no fue trabajo difícil cuando un grito llamó la atención, y guiado por los chillidos de dolor y sollozos del joven atrapado por las garras de Molten Freddy.

– Por favor, no - Rogó el adolescente, inútilmente cuando fue asesinado por las garras del animatronico.

Scraptrap se acercó lentamente al cuerpo sin vida junto al oso.

– ¿Por qué tardó tanto en matarlo? Alguien pudo escucharlo aparte de mi - Protestó el conejo, Molten volteó la mirada al contrario.

– Así era más divertido - Se defendió el cableado.

Afton gruñó amenazante, aproximándose al otro sujeto frente a él, cuando alzó su mano para agarrarlo bruscamente, un gritó agudo se escuchó.
Molten Freddy giró su mirada a una mujer que observaba horrorizada la escena ante ella, esta salió corriendo en pánico.

– ¡Mira lo que ha provocado, idiota! - Gritó Afton estampando al oso contra la pared, pero Freddy ni siquiera se inmutó.

Ambos habían olvidado que se encontraban en la ciudad a la vista de cualquiera que pasará por ahí.
La chica se llevó las miradas de ambos antes de salir corriendo en pánico.

Molten Freddy arrastró ligeramente su ojo dorado a los plateados del conejo. Quién bruscamente volteó al oso.
Unos segundos se crearon mientras ambos se miraban en suspense.

– MÍO! - Exclamó el oso para saltar sobre el contrario y tomar ventaja en atrapar a la mujer.

– ¡Y sueñas! - Le interrumpió el mayor agarrando sus cables para detenerse en seco provocando su caída al suelo.

Afton se adelantó en busca de la mujer rápidamente a pesar de su dificultad para desplazarse. Pero no pareció impedimento para él.

– ¡Vuelve aquí, William! - Gritó el oso buscando llamar al susodicho - ¡Eso es trampa!

[...]