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╔═════════════════╗New Game

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New Game. Prologue.
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[Palabras: 1115]
[Duración: Corto]

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Una gota de agua cayó sobre la cabecera dorada de ojalata, había una gotera en el techo, que provocaba la caida del agua que se filtraba por la lluvia entre las pequeñas grietas del techo.
El conejo alzó su mirada y otra gota cayó sobre él, entrecerró los ojos con molestia mientras soltaba un silencioso sonido.

– La lluvia no parece amainar... - Susurró alguien más a sus espaldas.

El mutismo se hizo presente, el hombre no se dignaba a hablar, tan solo incomodas y amenazadoras miradas era toda su comunicación. Su compañera suspiró rendida, socializar con Afton era como hablarle una pared, no esperes que te responda, porque no lo hará.

– Deberíamos apurarnos antes de que ellos lleguen - Continuó hablando la chica, el conejo ni se inmutó ante las palabras de esta - He estado pensando... Podríamos abrir el lugar, para llamar a la gente - Terminó de hablar.

La joven dirigió su mirada al hombre, éste no daba respuesta, pero al menos había logrado atraer su mirada.
Esos ojos grises sin alma observaban a la mujer en silencio, parecía un animal cazando a su presa, a lo cual la contraria se sintió intimidada.
Esta iba a retroceder para buscar en su mente alguna palabra más que anotar, pero fue interrumpida por el poco hablador conejo.

– Más... gente..? - Su voz, rasposa, se escapó por sus destrozadas cuerdas vocales. Un toque aspero y grave en su acento era notorio por el desgaste y las heridas en su garganta, eso o era lo que quería aparentar.

– Pero eso fue lo que pediste, Señor Afton - Respondió confundida.

El silencio volvió, tardó varios segundos pero finalmente continuó su conversación.
William, aclaró ligeramente su garganta tosiendo un poco, el ardor y el dolor había desaparecido con los años, pero la sensación era incómoda. Se sentía igual a cuando uno se quedaba afonico, pero sin dolor, sin la capacidad de gritar o alzar el volumen, solo pudiendo susurrar y arrastrar las palabras como si estas pesaran.
Se apoyó en la ventana, mirando el agua caer, una pequeña luna se divisaba al fondo entre los árboles. La chica llevó sus manos a su pecho algo ansiosa, quería que el contrario hablara, pero obligarlo solo iría a peor sabiendo que hablabamos de William Afton.

– Llevó aquí atrapado años.. Mi objetivo es la libertad, un descanso que jamás alcanzaré.. Y si bien, el cielo ya es un lugar prohibido para mi, al menos sere aceptado en el infierno - Susurró el dorado, la mujer prestó atención atentamente a la petición del mayor - Requiero de él, vivo o muerto, es lo único que me puede salvar...

– Salvar... pero Sr.Afton usted ya está muerto.. ya no hay.. nada - Trató de explicar sutilmente pero decidió guardar silencio al no encontrar las palabras adecuadas, la chica estaba llena de dudas que la comían por dentro.

Unos pasos se escucharon antes de que el animatrónico respondiera. Éste intentó forzar con su mano la cerradura de la ventana para abrirla, pero se resistía y el oxido lo empeoraba. La chica bloqueó la entrada usando muebles a su disposición, intentando que los intrusos no accedieran hasta donde ellos se refugiaban.

– Están aquí, Sr.Afton.. - Habló con preocupación la de menor edad. El sonido de la ventana resonó en la habitación, Afton gruñó, fue incapaz de forzarla.

– Hágame un solo favor más... - Reclamó el animatronico, ella dudó por momentos pero acabó accediendo finalmente.

La mirada de la joven permanecía en esos ojos vacíos, no comprendía como habían llegado a esto, no entendía como de ser los que persiguen pasaron a ser los perseguidos. Ahora estaban atrapados y sin escapatoria, el humo se filtraba por la ventilación provocando la tos, pronto ella ya no podría respirar y él quedaría solo a su suerte con ellos.

– Señor Afton.. - Murmuró la chica mostrando miedo, el animatronico sentió un impulso dentro suyo, agarró su cabeza gruñendo tratando de controlarse por una vez.

William estaba enojado, quería matar, quería acabar con todo, pero simplemente no podía. Esta vez matar no ayudaría, tenía las de perder en ese aspecto. Tan solo le quedaba cerrar los ojos con fuerza y reprimir sus impulsos asesinos por una vez.

– La voy a matar, cortare su cuello y vere como se desangra mientras ardo en llamas - Amenazó asustando más a la contraria, pero se debía de mantener fuerte, ella debía ser valiente por su seguridad.

– Que puedo hacer..? Señor Afton que puedo hacer por ti.. y por mí.. - Preguntó escuchando como la puerta era golpeada con fuerza.

Tras unos suspiros, el mayor logró controlarse. Trastabilló apoyándose en una mesa cercana, y metió su mano en el interior de su propio traje animatrónico, indagando entre la carne y los resortes.
La mujer apartó la mirada respirando el humo que entraba de la ventilación, tosió una vez más, cada vez les quedaba menos tiempo.
Cuando abrió los ojos para encarar al conejo, éste estaba frente a ella a pocos centímetros. Tropezó hacia atras apoyándose en la mesa que bloqueaba la entrada, el animatrónico la acorraló.
Sintió algo brillante asomarse entre la mano del hombre, un cuchillo de carnicero, embarrado en algo de sangre seca y reflejado por la luz que entraba desde la ventana.
El cuchillo se presionó contra el pecho de la chica, la cual sujetó el arma como instinto de defensa, pero se sorprendió al notar que el otro no hacía fuerza, es más, no pretendía matarla, el hombre soltó el arma quedando en posesión de la joven.

Miró por unos segundos al robot asesino frente a ella, éste había entregado su arma, entre el humo negro y la luz de la luna que se filtraba entre ligeras goteras del techo, se podía presenciar la silueta de un destruido ser, esas pupilas negras, iris blanco, mandíbula desencajada con afilados dientes robóticos, ligeros rastros de sangre carmesí seca y cables sobresalientes del exoesqueleto.
Parpadeó varios segundos confundida, intentando apartar la mirada que llevaba sobre William, quería una respuesta que no lograba hallar.. hasta que él habló.

Un susurro fue audible por parte del asesino, la respiración de la mujer se cortó por un momento. ¿Por qué él querría algo como eso? ¿Cuál era la razón? ¿Era realmente lo que él anhelaba? Tragó saliva fuertemente mientras intentaba recordar como llegaron hasta este punto, solo deseaba saber en que se equivocó para acabar de esta manera..
Él volvió a llamarla, tomándola por el hombro con su única mano, ella cerró los ojos suspirando antes de mirarle.
Y, aunque hubiera preferido no oír nada de lo que él dijo, esta vez le escuchó claramente.

–  Vanessa, máteme...

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– Pa#re... ¿Re#ue#das c##ndo te #ije qu# es##rá# o##ullo#o.... ## #### ### . .  . .  .   . .  .  .    .

FNAF 6/SB: El Escape [ESP. VER]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora