1.El principio de la tortura

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Era un día normal de verano en la mansión Malfoy, como era habitual había muchas reuniones de mortífagos y justo ese día estaba allí el mismísimo Voldemort ni más ni menos.

Una chica rubia de 16 años se encontraba en su habitación absorta de todo mal que le rodeaba, claro que ella era consciente de lo que pasaba, pero en ese momento se encontraba en otro mundo, un mundo diferente al nuestro, ella estaba leyendo, como habitualmente, ya que era lo único que le distraía y le hacía olvidar todo lo que pasaba alrededor. Entonces entra su padre, Abraxas Malfoy.

-Hija, nuestro señor quiere conocerte_dijo el hombre alto, de pelo rubio platinado y mirada gris tan fría para que te mire a los ojos y te dé un escalofrío, en cambio con Isabela eso no funcionaba, ella era una persona decidida y no tan fácil de intimidar. Entonces la adolescente levantó su mirada del libro.

-No_dijo simple, pero lo suficientemente frío como para helarle la piel a cualquiera. Volvió su mirada al libro.

-No es una pregunta, vístete ponte digna de una Malfoy_la chica bufó, cerró los ojos y meditó que hacer, finalmente cerró el libro y se levantó, prefería quitárselo ya de en medio.

-Vale, lo haré, pero ni un maldito comentario sobre mi físico, esa gente me da asco. Ahora vete_Su padre salió y ella se metió al baño, se lavó el pelo sin tardar y eligió un vestido, se peinó y maquilló en solo 20 min. Odiaba tener que hacerlo, no quería ser como ellos aunque en el fondo sabía que no tenía otra opción.

Isabela bajó como una princesa para un baile, la única diferencia es que ella bajaba las escaleras para ir a un círculo mafioso, porque al fin y al cabo era eso

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Isabela bajó como una princesa para un baile, la única diferencia es que ella bajaba las escaleras para ir a un círculo mafioso, porque al fin y al cabo era eso.
Todos la miraban, normal, ella está registrada como medio veela. Se sentó junto a su hermano y su madre a cenar.

-Vaya, por fin la persona a la que queríamos conocer, por lo que veo no era mentira lo de tu estupefacta belleza_dijo Voldemort, prácticamente ahí tenía su forma medio humana y se veía como un baboso. Isabela sintió repulsión ante aquel "hombre" y no tardó en responder.

-¿Me lo debo tomar como un cumplido?_dijo fría mientras se servía una copa de vino. Se notaba a kilómetros la tensión en el ambiente, una niña de 16 años había retado al grandioso Voldemort. Ese hombre le daba asco, solo de pensar que había matado a cientos de personas solo por poder le daban escalofríos. Su padre la miró de reojo mientras su hermano le daba un codazo el cuál ignoró completamente.

-Y tampoco era mentira lo de tu carácter_dijo algo más calmado. Isabela sonrió de una manera que solo ella sabe, era atractiva, fría y sarcástica a la vez.

-Bueno...usted lo ha dicho, soy una mujer de carácter fuerte, pero aunque no lo fuera tampoco me hubiese gustado su..._recibió una patada debajo de la mesa de parte de su hermano y esta rodó los ojos para después darle un sorbo al vino. Era obvio que ella lo estaba retando, y se divertía haciéndolo, en cambio Tom se enfurecía cada vez más al ver lo poco respetuosa y sumisa que estaba siendo Isabela.

-Bueno, mi señor, cómo íbamos diciendo antes... El matrimonio de mi hija_dijo Abraxas intentando calmar la tensión, pero lo que acababa de hacer es desatar a una fiera, activar un volcán. Ese era un tema que Isabela odiaba, ella no se quería casar, quería ser una mujer independiente y no consentiría que se lo impidieran, por algo acabo en Slytherin y no en Ravenclaw o en Gryffindor, por su determinación.

-Oh si..._isabela lo cortó.

-No, ni piensen que me voy a casar y menos con quién vosotros elijáis ¡No soy ningún objeto para vender!

-¡Isabela ya hablamos de eso!

-¡Si! ¡Y te dije que no!

-Y entonces ¿que harás en el futuro?_dijo desafiante.

-Yo no necesito a nadie para ser exitosa, me sé valer por mi misma y no permitiré que me vendan como una camiseta en las rebajas. Yo seré diseñadora y seguiré con mi trabajo de modelo, y antes de que digas que eso no llega a nada, también tengo la opción de jugadora de quidditch o profesora en Hogwarts_dijo decidida mientras todos los presentes reían, nos encontramos en una época donde es complicado que valoren los esfuerzos y las decisiones de las mujeres y mucho menos las de una adolescente.

-Oh, que graciosa_dijo Voldemort riendo, pero más que alegría daba miedo.

-Soy realista, soy igual o más capaz que tú, ¿Me puedes recordar el por qué de tú poder? Ah sí, viene de tus asesinatos y de estos chupaculos que solo te siguen porque saben que si no los matas. Yo soy capaz de superarte sin tener que engendrar miedo_dijo con su atractiva y arrogante sonrisa. Sabía que ahora seguramente la iba a torturar o quizás la intentaría matar pero ¿Y qué? En el fondo su vida tampoco tenía mucho valor, vivía prácticamente encerrada en un castillo rodeada de gente que mataba por placer o simplemente para complacer a un ser cruel y odiado por todos, simulando siempre una perfección que no existía porque era demasiado idílica e imposible_Y te diré una última cosa, nada ni nadie es capaz de decirme o no lo que yo valgo y menos tú, que ni si quiera se te puede considerar humano

-Crucio_Maldijo Voldemort a la bella adolescente que no se inmutó aunque sentía como todos sus huesos se retorcían, al contrario ella podía sentir incluso placer al sentir una pequeña salida de su aburrida rutina y al haber desafiado al mago al que toda la sociedad le teme más que a nada y ella solo sentía asco, ni miedo ni inquietud, simplemente asco_ te casarás, y te mantendrás callada_ su padre y su hermano la miraban como si nada al igual que los demás mortifagos, todos menos su madre.

-¡Para porfavor!_gritó con los ojos cristalizados. Voldemort sorprendentemente paró pero Isabela aún podía sentir como si la estuviesen matando de la forma más dolorosa posible y a la vez lo disfrutaba, por un momento no sentía dolor interior, sólo físico. Se levantó y se acercó al señor tenebroso.

-Antes muerta_dijo con su tono de voz tan irresistible acompañado de una sexy risa_ y no me arrepiento de lo dicho, buenas noches_ le guiñó un ojo y subió las escaleras hasta su habitación, dónde se quitó su vestido, desmaquilló y se puso su pijama. Salió al balcón con los ojos cristalizados pero se los limpió rápidamente porque ella no lloraba, no, se prometió nunca volver a hacerlo, pero esta vez era diferente sentía mucha abrumación sobre todo hacia el comienzo de año y hacia lo que podría pasar en su familia respecto a Voldemort.

Su vida siempre había sido aburridamente perfecta, al menos a los ojos de todos. Desde pequeña le habían dicho como debía actuar, hablar y opinar, nunca le habían dado la opción a algo más, pero ya saben, un genio sabe cosas que nunca ha aprendido y ella sabía que había un mundo entero por descubrir tras esa gruesa barrera de perfección y aunque le costara salir lo iba a lograr, costase lo que costase.
Porque esa extensa perfección la estaba consumiendo poco a poco, le hacía sentir inferior y anhelaba poder ser una adolescente de verdad y no una adulta en el cuerpo de una adolescente.

Consumida.☆.・。゚-los Merodeadores Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora