Capítulo 3

61 10 34
                                    

Desperté y como es de costumbre para mi los sábados, me fui a sentar en la silla que tengo en el balcón, aún en pijama. Escuche el ruido de la camioneta de papá y baje corriendo por las escaleras.

-¿Papá dónde estabas?-dije llegando hasta él. Él estaba parado junto a la camioneta.

-Solo fui a traer a un amigo-sonrio cómplice.

-¿Y bien? ¿Dónde esta?-curiosa, asomé mi cabeza por las ventanillas pero no vi nada y frunci el entrecejo confundida.

Papá rió y dio un silbido, él miraba en dirección a la casa. Seguí su mirada y de la parte trasera salió un Pastor Alemán ladrando. El perro corrió hacia mi moviendo la colita y yo me acuclille para acariciar su cabeza.

-Oww, eres una cosita hermosa

-Hermoso-corrigio papá.

-Oh...¿Cómo se llama?

-Rex, lo traje del refugio animal. Su dueño murió en un ataque armado, era policía.

-¿Eso quiere decir que es un perro policía?

-Noooo, es un perro marinero -yo rode los ojos y solto una carcajada-Aún es joven asi que podras disfrutar de su compañía por mucho tiempo y además podra cuidarte cuando yo no este-me levante y abrace a papá agradecida.

***

-¿A donde vas?-dijo papá mientras veia mi ropa deportiva.

-Ire a correr con Rex ¿Puedo llevarlo?-dije haciendo puchero.

-Esta bien pero no llegues tarde-me apunto con su dedo a lo que yo asentí sonriendo y me despedi con un beso fugaz en su mejilla.

-Vamos Rex-palmee mi pierna izquierda y él se levanto corriendo. Le puse la correa y salimos de casa. Vi la hora en mi celular, 4:19 p.m.

Llegamos hasta él parque de Downton y había una cantidad aceptable de personas asi que comence a correr junto a Rex.

Íbamos en la vereda hasta que Rex comenzó a inquietarse y a ladrar sin razón alguna. Me acuclille y trate de calmarlo pero me era imposible. Rex apuntaba hacia un camino que nunca antes había visto.

Me levante y cuando di un paso para ir en esa dirección...

-Hola -escuche a mis espaldas. Sobresaltada gire encontrándome con un castaño, alto, de tez pálida sonriendo. No era feo pero no significa que tenga que bajar la guardia.

Lo mire con recelo esperando a que volviera a hablar.

-Siento mucho haberte asustado. Solo necesitaba ayuda, me perdi y no se como volver al parque.

-Oh, bueno es por...

-¿Podrias guiarme? Es que no soy bueno con las direcciones -musito avergonzado.

-Claro no hay... Problema -comenzamos a caminar. Tenia planeado no dirigirle la palabra pero él era muy sociable y terminamos hablando como si nos conocieramos de toda la vida.

-Fue un gusto conocerte Malory-sonrió.

-Igualmente Bernal-le sonrei de vuelta y espere a que desapareciera de mi radar regrese corriendo hacia aquel camino junto a Rex.

-Guiame Rex-exclame y le quite la correa, Rex comenzó a correr conmigo detrás de él.

Llegamos hasta una cabaña en medio del bosque. Se veía abandonada, camine hasta la entrada y abri la puerta. Apenas puse un pie dentro y un olor fétido invadió mis fosas nasales por lo que tuve que cubrir con una mano mi boca y nariz tratando de no vomitar.

Me adentre aun más en aquel lugar abriendo puerta por puerta hasta que llegue a la última. Vacilé pero la abri lentamente. Un grito de horror se escapo de mis labios.

***

-¿Cómo se te ocurre venir sola?-papá me regañaba mientras hombres entraban y salían de aquella cabaña sacando los cuerpos inertes de aquellas 5 personas.

-Yo... Solo... Corria por aqui eso es todo-dije aun en shock pues ver como abren ranas en ciencias no es lo mismo que ver a personas con la boca cocida, cuencas vacías y ensangrentadas con extremidades faltantes y llenas de una especie de mordidas.

Papá suspiro y llamó a uno de sus hombres de confianza.

-Samuel lleva a mi hija a casa. Yo debo quedarme en la escena del crímen.

-Si señor. Acompañame Malory-me guió hasta la patrulla -ven Rex-lo llamo tomando la puerta. Rex corrió y se sentó junto a mi recostando su cabeza en mi pierna, vi la hora en mi celular y eran las 5:30 p.m.

Gracias a que Samuel conducia tipo tortuga, cuando íbamos pasando por el parque pude ver que a lo mucho habian cinco personas hasta que divise una figura familiar. Leopold, quien estaba a veinte pasos de la patrulla, me miro frío y no pude evitar fijarme en una mancha peculiar en su camisa.

Lo primero que vino a mi mente fue...

Sangre.

💋💙
🇰🇱

Darkness ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora