Capítulo 6

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Narra Gabriel

Apenas pusimos un pie dentro, y la música clásica invadió nuestros oídios creando un ambiente de realeza. Cosa que incómoda a Leo. Esta vez eligieron un lugar más grande al parecer.

—Al fin llegan—dijo entre dientes Morgana (mamá de Leo) fingiendo una sonrisa. Estaba molesta por él retraso.

Leo paso de ella dirigiéndose a no sé donde.

—Buenas noches Morgana—ella me devolvío él saludo.

Busqué a mi amigo y lo encontré en la azotea con una copa en su mano derecha, mirando hacia el frente.

—¿No crees que es muy temprano para el brindis?—dije divertido quitándole la copa y colocándola en la mesa de al lado.

Él se encogió de hombros indiferente y metió sus manos en sus bolsillos, a lo que yo rode los ojos.

—Dime la verdad — apoye mis antebrazos en el barandal, observando el jardín y entrelace mis manos.

Leo me miró con el ceño fruncido e hizo un sonido de burbujas reventandose con sus labios. Cosa que hace cada que esta aburrido o incomodo.

—El jardín se ve luminoso—dijo neutro y volvió su vista al frente. Observe el lugar y efectivamente estab...

—No me cambies él tema Bryce—Leo blanqueo los ojos ante la mencion de su segundo nombre. No le gusta puesto que lo eligió su madre.

—No sé que es lo que quieres que te diga—dijo fastidiado.

—Probablemente tenga que ver con una chica—susurré para mi. Pero aún así, me escucho.

Abrió la boca para comenzar con uno de sus discursos pero fue interrumpido por otra voz.

—Chicos es hora de pasar al comedor—yo asentí dándole a entender que ya íbamos.

Me giré para bombardear con preguntas a mi amigo pero él ya no estaba. Odio cuando hace eso.

No me quedo más remedio que dirigirme hacia el comedor. Al llegar ya estaban todos en su respectivo lugar y en un silencio sepulcral. Leo estaba a la cabeza de la larga mesa y al otro extremo estaba Sebastian, ambos se lanzaban miradas asesinas. Incomodidad total. Yo me senté a la derecha de Leo.

—¿Porque él pollo cruzó la calle?—dije en un intento de amenizar el ambiente. Todos en la mesa giraron hacia mi serios e incrédulos, yo borre mi sonrisa, apreté mis labios y clave mi vista en los cubiertos.

—Asi que... Por fin tenemos al gran Leopold a la cabeza—dijo Sebastian con un tono burlón. Acaso ¿No se cansa de joder?

—Si, y no es porque yo haya rogado por estarlo como tu—cerro sus manos en puños sobre la mesa en un intento de conservar la calma.

—¡Ah! No te preocupes vas a tener que hacerlo muy pronto—sonrió arrogante. Y todos sabiamos a lo que él se refería. Realmente no entiendo cuál es el motivo del odio que tiene Sebastian hacia su propio primo. Antes eramos los tres mosqueteros y de repente todo cambio.

Leo enfurecido  dio un golpe en la mesa sobresaltandonos a todos.

—Porque no dejas de decir idioteces....

—Leo—sentenció Morgana.

—Acaso ¿Tienes miedo? Bryce—resalto su nombre y ladeo una sonrisa.

Leo cerró los ojos. Inhaló y exhaló profundo.

Él servicio llego y  comenzó a repartir la comida. Y pocos fueron los que comenzaron a comer. Entre ellos Leo intentando no matar a su primo alli mismo.

—¿Y que hay de tu hermana la loca?—todos miramos estupefactos a Sebastian. Me gire temeroso hacia mi amigo y pude ver como sus ojos pardos se tornaron oscuros y la pequeña vena en su sien se comenzaba a hinchar.

—Ya basta Sebastian —ladro su padre.

—Nataly, llevate a los niños porfavor—pidió Morgana.

Cuando los menores abandonaron el comedor Sebastian volvió a abrir la boca.

—Vamos Leo—lo incentivo a la vez que el verde de sus ojos se volvía mas intenso.

En un abrir y cerrar de ojos, Leo y Sebastian ya se encontraban peleando a muerte. Jamás habían llegado hasta este punto.

—¡Ya basta! Separenlos—grito histérica Morgana.

Me levante lo mas rápido que pude junto a otros de la familia. Intentabamos separarlos pero es imposible, es como si una fuerza inexplicable se ubiese apoderado de Leo. Eso siempre pasa cuando se meten con sus hermanos.

Tome él brazo de Leo pero fue justo cuando él estaba por dar uno de sus golpes y me dio en la nariz. Cai de espaldas tomando mi nariz la cual no tardo en expulsar sangre.

—¿Estas bien? —Leo estaba frente a mi con él ceño fruncido. Yo asentí para que no se preocupara y él levanto mi rostro para tratar de contener la sangre. De reojo pude ver como levantaban a Sebastian.

Realmente quedo mal. Casi inconsciente.

Todos en la mesa se habían levantado para ayudarnos a Sebastian y a mi. A excepción de Tomas, ese rubio seguia comiendo como si nada pasara.

—Muy bonito Tom. Solo a ti se te ocurre comer mientras estamos en medio de un enfrentamiento—dijo reprensiva la abuela Gertrudiz dándole un zape y él comenzó a quejarse.

Leo me ayudo a sentarme y me paso un pañuelo.

—Ya calmate hermano, no es como si me fuera a morir desangrado— bromeé alzando mi mano libre en forma de puño en su dirección. Él suspiró frustrado pero levanto su mano y choco su puño contra el mío amistosamente.

—Tú y yo vamos a hablar de esto jovencito —Morgana lo tomo del brazo mirándolo severa.

Leo se soltó bruscamente y la miró sin expresión. Dio media vuelta y se dirigió hacia la salida no sin antes haber mirado con desdén a Sebastian.

Corrí para seguirlo, me da miedo que se vaya a estrellar cuando se pone así. Aunque ya debería de haberme acostumbrado, él y yo hemos crecido como hermanos y no me imagino como seria la vida sin ese bipolar.

—No te vayas—dijo Christoper aferrándose a las piernas de Leo.

—Regresaré. No te dejare, no lo haria nunca—se acuclillo hasta quedar a la altura del pequeño—¿Entiendes?—el pequeño asintió, Leo se incorporó, camino apurado hasta el Ferrari y salió a toda velocidad.

Chris me miró con sus singulares ojitos teñidos de confusión y me abrazo. Lo tome en brazos y regresamos al comedor.

💋💙
🇰🇱

 

Darkness ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora