CAPITULO II

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Las cosas cambiaron drásticamente después de esa noche.

Ryan y yo pasamos de ser conocidos a amigos. Donde sea que nos viéramos nos acercábamos a saludarnos y hablábamos de cosas sin importancia y si alguno de los dos estaba apurado, al menos decíamos hola. No puedo decir que éramos los mejores amigos, no todavía.

Mientras nuestra amistad iba creciendo con los días, mis sentimientos por él también lo hacían. Cada vez lo quería más y no hallaba la manera de detenerlo. Claro, nos es que realmente lo haya intentado, de cierta manera adoraba sentirme así. Ya no era un amor infantil, era algo más maduro pero a la vez puro y sincero. Si hubiera podido controlar mis sentimientos, tal vez no me habría metido en el embrollo que luego sucedió.

Pasaron tres años después de aquella noche y pasó lo que todos de alguna manera esperábamos, pero para lo que de ninguna forma nos sentíamos preparados.

Tío Marco, papá de Ryan, había estado internado durante un mes en el hospital después de presentar una recaída, era media noche cuando el teléfono sonó, acababan de llamar a tía Megan para decirle que su esposo, el amor de su vida, había fallecido.

Solo bastó que mamá nos despertara con lágrimas en los ojos para saber lo que había pasado, papá no estaba para nada mejor y como estarlo cuando el amigo de toda una vida muere.

El viaje al hospital fue en silencio, hasta ese momento no sabía cómo estaba Ryan, él y su mamá se habían adelantado ni bien recibieron la noticia. Tan solo el pensar en cómo podía estar me ponía ansiosa y me hacía sentir que jamás llegaríamos al hospital.

Casi media hora de viaje después por fin llegamos, fuimos directamente donde sabíamos que los encontraríamos. Estaban sentados en un sillón, los dos tenían la mirada perdida y no notaron cuando nos acercamos hasta que mi papá llamó a tía Megan por su nombre.

—¿Megan?

—Charlie... Susan... él se fue —fue lo primero que dijo ella, se veía tan perdida.

—Lo sé —respondió mamá, abrazandola—. Vamos a  otro lugar, dejemos que los chicos vayan a caminar. —Mamá me dio las llaves del auto junto con una mirada significativa y después de eso, junto con papá, se llevaron a tía Megan.

Me quedé un rato viendo por donde se fueron y cuando al fin me di la vuelta vi que Ryan y Josh se encontraban abrazados. Mi hermano le dijo algo al oído a Ryan a lo que él respondió con un asentimiento y luego se soltaron.

Mi hermano vino en mi dirección se detuvo solo para decirme que yo era mejor manejando esto que él y todo lo que él podía hacer ya lo había hecho, pero que si lo necesitaba no dudará en contactarlo, después desapareció.

Nunca juzgué a mi hermano por ello, todos vivían de alguna manera su duelo, además él era alguien con quien podías contar en las buenas y en las malas, pero como dijo todo lo que puedo decir o hacer ya lo había hecho. Era mi turno.

Me acerqué a Ryan quién se encontraba de nuevo sentado, le ofrecí mi mano. No dije nada y él tampoco pregunto nada, solo tomó mi mano.

Lo saqué de ahí y lo lleve de la mano hasta el auto de mis padres, asumí que ellos se irían en el carro de tía Megan llegado el momento.

Conduje durante un par de horas sin un destino fijo y siempre en silencio, hasta que después de todo ese tiempo escuché su llanto y no sé exactamente en qué momento yo también comencé a llorar. Decidí en ese momento que era hora de parar si no queríamos tener un accidente, solo hubiera significado más problemas.

Con el carro estacionado, lo abracé y lloramos sin ninguna contención. No había nada más que hacer, no por el momento. Sé que talvez debí ser la fuerte si quería apoyarlo, pero simplemente no podía. Ambos necesitábamos desahogarnos.

DON'T BREAK MY HEART© [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora