Capítulo #39

66 1 0
                                    

Cinco días después del encuentro tan desagradable que tuvimos Julia y yo con el violador de mierda, estamos en un almuerzo familiar, Julia y Felipe querían pasar más tiempo con nosotros antes de irnos y bueno eso ayuda mucho a que los hijos de él se adapten más a Anna y a esta nueva familia, aunque ya se conocían, no era mucho el tiempo que pasaban juntos y pues ahora hay un matrimonio de por medio así que supongo que ahora de verdad son una familia como la que todos ellos debieron haber tenido desde el principio. Anna se fue con Camilo a dar una vuelta. Camila se fue con Julia y Gemma a ver unas joyas y algo así, yo estoy viendo el paisaje y Felipe está buscando una mesa para nosotros seis. El restaurante queda en lo alto de una montaña, hay un parque y luego un acantilado en el que se ve un lago, las montañas verdes alrededor hacen que todo se vea más ficticio de lo que verdaderamente es, Colombia ofrece una cantidad de paisajes inimaginables y mágicos que hacen a cualquiera delirar por estar siempre aquí. Inmediatamente pienso en mi madre, desde que ella se fue con Robin no me ha vuelto a llamar y la verdad es que estamos peleando si se puede decir así, ella sigue muy enojada con Anna, tanto que solo le habla por obligación, solo vino a estar conmigo en mis cumpleaños porque según ella un hijo, su hijo hombre favorito no cumple 21 todos los días. Aun me rio por la aclaración de género, la verdad es que soy su único hijo hombre, así que soy su favorito. No quiero estar peleado con mi mamá, pero ella tiene que entender que Anna es lo que más amo y que si yo respeto sus decisiones, ella debe hacer lo mismo. Obviamente no pido que esté feliz con Anna, porque sinceramente a mí aun a veces me da mucha rabia la medida tan extrema de mi chica, pero tiene motivos, no los suficientes para justificar tal acto, pero si por lo menos para entenderla.

-Harry –Camilo me saca de mis pensamientos

-¿Pasó algo?

-No, solo que Annie me dejó para ir a comprar no sé qué. La verdad es que las mujeres son muy raras

-Amigo mío, bienvenido a mi mundo. Pero si quieres que te de un consejo, nunca intentes entenderlas, eso es casi imposible, solo amalas. Con eso es suficiente

-Me hubiese gustado mucho que mi madre me enseñara como entenderlas

-¿Ella no lo hizo? –Camilo frunce el ceño y me mira confuso

-¿Anna no te contó nada sobre nosotros o sobre mi madre?

-Lo siento, no

-Mi madre murió cuando yo tenía 5 años y Camila 10. Tengo ese día tan claro en mi mente como si hubiese sido ayer, yo no quería ir al colegio, Camila se había ido con papá unos minutos antes, yo… simplemente no quería dejarla, pero ella me prometió que si yo iba al colegio ese día, no iría al siguiente que era un viernes y que me llevaría al parque y me compraría un helado. Yo no accedí sin embargo, pero era un chiquillo, no podía haber hecho nada aunque quisiese. En la escuela lloré todo el día porque quería a mi mamá, yo sabía que algo iba a pasar y solo quería a mi mami conmigo, a la hora de la salida nadie llegaba, luego de dos horas esperando, llegó mi papá, él había estado llorando. Nos subimos al auto y me dijo:

-Campeón, quiero que sepas que tu madre y yo te amamos mucho ¿vale? –Asentí y el siguió –Mami se enfermó hoy, así que tienes que ir a saludarla, ella va a demorar un poco en el hospital, pero la vamos a cuidar y ella va a estar bien ¿vale?

-¿Papá estas seguro de que mami no va a morir? –El reprimió un sollozo

-No te puedo decir nada, campeón, pero pase lo que pase nosotros te amamos

Cuando llegamos al hospital Camila estaba con ella, yo me acosté a su lado y la veía de perfil, ella me contó un cuento y ya cuando me tenía que ir ella me dijo:

Simplemente túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora