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Volteo a ver el reloj siendo la novena vez que lo hago desde hace escasos 10 minutos. Ansío la hora de salida para llegar a casa, hacerme un café caliente y acostarme a ver alguna serie. Falta poco para irme de hecho, y ahora que recuerdo fue hace algunos días cuando ese chico misterioso llegó a comprar casi a esta misma hora.
Desde ese día no lo he vuelto a ver, supongo que sería algún extranjero, dado que más o menos por estas fechas llegan forasteros, pero por una confusa razón mi ser quería volver a verlo. Después de todo el chico es apuesto, no hay razón como para no querer volver a verlo.
Me gustaría conocerlo a fondo, algo dentro de él llama mi atención, no sólo porque sea atractivo claro está. He conocido demasiados chicos que son guapos pero son una mierda de personas, creo que se aprovechan de que son apuestos para tratar mal a las personas. Aún así aunque no lo conozca presiento que él no es así.
La señora, quien es dueña de este lugar, me saca de mi trance avisando que es hora de partir, me alegré al saber que podría descansar después de un día tan pesado, pero dentro de mí siento una pequeña aflicción por sumar otro día sin escuchar su agradable voz.
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