Ice cream [Yoonmin]

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Término por abrochar su overol de mezclilla y acomodar bien la playera de franjas rosas y violetas que tenía debajo, con cuidado hizo el moño a sus inseparables converse rosa con brillitos.

Acomodo de una manera simple su rubio cabello, tomó su monederito de conejito que su abuela le regalo y puso un poco de gloss rosa en sus abultados labios, pensó en usar algo de blush en sus mejillas, sin embargo deshecho la idea, sus mejillas conservaban un leve tono rosa, aquello no era necesario.

“En un rato regresó, mamá.”

Con esas palabras terminó por salir de su hogar y caminar a su destino.

“Cherry's” era un local que quedaba a cinco cuadras de su casa, un lugar tranquilo pero con una cantidad considerable de viejos y nuevos clientes, todos en manzanas a la redonda del lugar adoraban los helados artesanales que ahí se vendían.

Y él por supuesto que cada tarde un par de horas después de la comida se dirigía a la tienda de helados con su inseparable monedero de conejito, adoraba los helados de ese lugar pero lo que más le gustaba no era la infinidad de sabores o los acompañamientos que podían llevar, lo que más le gustaba era el guapo nieto del señor Min.

Lo mejor de la tienda de helados era Min Yoongi.

El chico de piel blanca, ojos y naricita de gatito y de esa preciosa gummy smile que adoraba ver cuando sonreía y que le endulzaba la tarde más que un azucarado helado de vainilla bañado en caramelo.

Abrió la puerta haciendo sonar la campana del lugar, con pequeños brinquitos se dirigió al mostrador.

El señor Min con esa sonrisa paternal que le recordaba a su padre lo recibió.

-¿Hoy qué quieres pequeño Park?

Llevó su pequeña mano a su mentón, ya había probado todos los sabores.

-Sorpréndeme, abuelo Min.

El anciano le sonrió alegre.

-Ya verás niño.

Sin decir más se dedicó a ver cómo el hombre iba de un lado para otro preparando algo especial para él.

Se levantó de puntitas sostenido de la barra, necesitaba ver si él estaba ahí.

En la caja registradora no estaba.

Tras el muro que dividía la barra de acompañamientos tampoco estaba.

Limpiando la pequeña cocina tampoco.

-Él no vendrá hoy.

Casi se cae sobre su trasero al escuchar la voz del señor Min.

-No, no sé de que habla abuelo Min.

-Yo sé que tú sabes que si.

Infló sus gorditas mejillas, ¿era tan obvio?

-Yo solo veía el lugar.

-Se que te gusta mi nieto, pequeño Park. 

-Yo… Yo no -sus mejillas se tiñeron de rosa -Yo se que esta mal y si quiere que no venga más yo…

-No te asustes.

El hombre le pasó una gran copa de helado con varios sabores y jarabe de chocolate, se veía tan delicioso.

Tomó lentamente su helado de las manos del señor Min.

-No entiendo -al fin se animó a verlo a los ojos.

-Amor es amor, pequeño Park.

El anciano le sonrió y él hizo lo mismo.

Por lo menos ahora sabía que el señor Min no se opondría a que fuera el novio de su nieto.

Ahora faltaba que él fuera su novio.