Ice cream [Yoonmin]

🍒06🍒

Con pequeños saltitos entró a su heladería favorita atendida por su persona favorita. 

Gigi. 

Su Gigi estaba dormitando sobre el mostrador, y aún con esa mirada  de gatito perezoso se veía tan apuesto. 

Sus converse rosa con brillitos lo llevaron hasta estar frente a su Gigi, sintió como esos pequeños ojitos lo recorrieron de arriba a abajo, hoy también se veía bonito, con un sencillo short de mezclilla, una camisa de fresitas, su rubio cabello algo desordenado, blush y labial rojo cereza en sus labios.

-Hola, Diminie -el mayor acomodó su postura -hum, ¿qué helado quieres hoy? 

Mordió un poco su rojito labio. 

-Un helado sencillo de chocolate con cubierta de chocolate, por favor. 

-Entendido -soltó una risita cuando el pelínegro llevó su mano a la frente para hacer el saludo militar. 

Tomó monederito de conejito apretandolo con fuerza entre sus pequeños dedos, tenía que dar el primer paso, como le había dicho su primo Taetae, tenía que ser un niño grande e ir por lo que quería. 

Sacó las monedas exactas para pagar el precio del helado dejándolas cerca de donde se encontraba parado. 

-Listo -el mayor lo sacó de sus pensamientos para entregarle el helado. 

-Gracias, Gigi. 

Sonrió enternecido al ver una carita de gatito dibujada con chocolate blanco en su bola de helado y dos galletitas formando las orejitas. 

-Es tan lindo  -dijo viendo su helado. 

Mordió su gordito labio, tenía que hacerlo, dar el primer paso. 

-Gigi -sostuvo su helado fuerte. 

-¿Qué sucede Diminie?, ¿No te gustó el helado? -negó con su rubia cabecita. 

Yoongi se recargo en la barra, sin pensar más sostuvo su helado fuerte para que no cayera y con su otra gordita manita jaló de la camisa al pelínegro, todo pareció detenerse cuando sus gorditos labios rojitos chocaron suavemente con los rositas contrarios. 

Las mariposas en su pancita revoloteando felices. 

Se separó después de unos segundos, su Gigi lo quedaba viendo con la boca abierta embobado y con sus mejillas pintadas de carmín. 

Sus mejillas también ardían como cuando se ponía bajo el sol en el verano. 

-Es tan lindo, Gigi y no hablo del helado. 

Taetae le diría que era un niño muy coqueto y atrevido. 

Dio la vuelta y caminó a pasos apresurados hasta desaparecer de la vista del pelínegro. 

Cuando despertó de su ensoñación la campana de la entrada estaba terminando de sonar. 

Llevó sus dedo índice y medio a sus labios, algo suave y brilloso seguía ahí. 

-Es tan dulce y no hablo del helado, Diminie. 

Negó con su cabeza, ah ese pequeño rubio lo traía vuelto hecho un desastre.