Una sola juventud

Claire

Los colores rosas y azules tintaban el cielo de el ultimo atardecer del verano, una bicicleta blanca avanzaba a lo largo de las angostas calles de los suburbios, una melena castaña volaba con el viento.

Las casas, tejados de colores, pasaban como fotogramas de alguna película antigua, la misma chica con ojos azul ultramar.

Mientras avanzaba por aquellas calles, dejando atrás los coches aparcados en casas suburbanas, llevaba un audífono colocado en cada oreja, dejándose llevar por la música, abriéndose paso y avanzando.

Parecía ser parte de la juventud el sentir que formas parte de un video musical mientras vas por las calles persiguiendo el atardecer con música de fondo que te hace sentir infinito por lo que dura la insignificante existencia.

Aparco la bicicleta afuera de una casa moderna en medio de cientos de casas clásicas, tenía un jardín amplio y escaleras de piedra hacia la entrada de una casa iluminada con ventanales amplios.

-Hola ma- la joven abrió la puerta y se dirigió a la mesa del comedor – perdona la demora, no me di cuenta.

- Hola Claire – dijo su madre – al menos la próxima vez podrías llamar – la señora Messner extendía el bol de ensalada a su otra hija.

Claire bajo la cabeza y le hizo un gesto a su hermana.

-Mamá te queríamos preguntar si podemos ir a una reunión en casa de Verónica – dijo Iris

- Reunión? ¿Qué clase de reunión?

- Es solo por el fin del verano, vamos a ir en el carro hasta alguna gasolinera o iremos a algún parque abandonado. Ya sabes- Claire estaba acabando su plato de comida.

- Si van por favor llámenme e infórmenme en donde están para algo les conseguí teléfonos- las dos jovencitas se levantaron de sus asientos y corrieron a abrazar a su madre.

- GRACIAS!! – se levantaron corriendo y fueron hacia sus habitaciones escaleras arriba para alistarse.

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Iban en bicicletas en dirección a una casa bastante antigua, blanca, de techo oscuro. Dejaron las bicicletas en la entrada y tocaron la puerta.

-Pasen perras- dijo una chica melenuda con el pelo alborotado, ojos negros, blanca con pecas, y mas baja que las hermanas.

-Hola Verónica- las dos chicas entraron y se dirigieron a la sala, en ella se encontraban ya un grupo de chicos.

-Hola Claire – Un chico bajito con pelo rizado y ojos claros- Hola Iris.

-Hola Mateo- dijeron las hermanas al unisonó

-Oigan a quien esperamos? – una chica bastante mas baja que el resto del grupo, con el pelo muy corto, asiática estaba parada cerca de la ventana.

Verónica hizo ademan de contar

-Sophie y Mike- respondió. Verónica se acercó a un vaso lleno de tequila y se lo bebió de un sorbo. -Dile al inútil de tu novio que se apure – dijo dirigiéndose a Iris.

Iris tomo su teléfono y marco a su novio. Mientras tanto el resto de jóvenes conversaban en la sala, con copas y cigarrillos en las manos, ansiosos por lo que les deparaba esta noche.

-Dice que esta por llegar- dijo Iris mientras guardaba el teléfono

-Alguien llame a Sophie- sugirió Mateo

- Le voy a escribir - dijo Claire tomando su celular

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