Cuatro

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El aire era realmente fuerte, las ramas golpeaban las ventanas de casa. Deseaba quedarme y solo dormir todo el día, era un momento perfecto para hacerlo. Lastimosamente tenía que ir al instituto. Coloqué mi abrigo negro encima y salí de casa, mi mochila se encontraba colgando en mi hombro y de ella saqué un cigarrillo junto al encendedor. El aire golpeaba fuertemente contra mi rostro, solté un bufido cuando me percaté que no podría fumar el cigarro por el aire y cuando deseaba ir en auto, se le antojaba descomponerse.

Comencé mi caminata a paso lento sin importarme si llegaba tarde o no. De la casa de alado salió corriendo la hermana de Kim Seokjin con algunos libros en sus manos y casi tropezando. Solté una carcajada que ella por supuesto había escuchado pero como siempre, me importaba un comino si era así. Ella me miró mal, de pies a cabeza con una horrible mueca en su rostro, alcé ambas cejas por su repentina acción. Parecía creerse la última Coca Cola del desierto. Detrás de ella, salió su hermano quien de igual manera, me miró muy mal. ¿Acaso todos me odiaban? Parecía que si, eh.

— Hazte a un lado — Le dije a Seokjin en cuanto su cuerpo no me permitía seguir mi camino, él me miró con una sonrisa irónica y negó con la cabeza. Chasquee la lengua y coloque los ojos en blanco para por último, soltar un suspiro — Hazte a un lado, te he dicho — Repetí.

— Sabemos lo que le hiciste a la hermana de Namjoon.

— ¿Ah si? Bueno, no me interesa. Se lo ha buscado — Me crucé de brazos soportando el frío que tanto amaba. Seokjin se acercó más a mí como si estuviera retándome pero no le temía, ni a él, ni a los demás.

— ¿Por que eres de esta manera? Eres una mujer Sunhee — Reclamó, no puedo creer que haya usado aquellas palabras "es que eres una mujer" bueno ¿y eso en que afecta? Por supuesto que en nada pero los pensamientos de este hombre y de miles, eran iguales o peores.

— ¿Que tiene ver que sea una mujer? Amaría que me lo explicarás.

— Pues debes comportarte como una, todos los días detrás de hombres y de los cuales te has acostado con cada uno de ellos. ¿Acaso no te da vergüenza que todo el instituto esté enterado que a las personas que tienes como amigos han estado en tú cama? — Solté una carcajada sarcástica, negué con la cabeza al mismo tiempo que pasaba la lengua por mis labios, remojándolos debido a la resequedad que me causaba el frío.

De verdad que no tenían idea de lo que hablaban.

— ¿Por que no te metes en tus asuntos? Es mi vida. Esto no debe importante ni a ti ni a las demás personas, mejor céntrate en proteger a tu hermanita — Mi boca se transformó en un mohín, él me miró con molestia y también noté que sus manos se habían hecho puños. ¿Cuál era su problema?

— Ya, solo decía. Eres una... — Soltó un suspiro frustrado, parecía que no lograba hacerme sentir mal aunque se esforzara. Deberían darle un premio o algo parecido por ello. Todos los malos comentarios me entraban ir un oído y me salían por el otro en cuestión de milisegundos.

— Vuelvo a repetírtelo, métete en tus asuntos. Parece que te empeñas demasiado en querer hacerme sentir mal pero... una lástima, eso no sucederá cariño — Golpeé su mejilla con mi mano derecha con brusquedad — Ah! Y deja tu machismo a un lado.

Le sonreí con falsedad sin mostrar mis dientes, no era la primera vez que Seokjin me decía ese tipo de cosas. Ha habido tantos insultos hacía mí y no precisamente por el tema que mencionó, las personas no sabían la realidad de las cosas. El punto aquí es: ¿porque se metían en vidas ajenas? Es decir, deberían ocuparse de la suya y no estar al pendiente de las demás.

Mi día ya estaba muy amargado gracias a Seokjin.

Llegué al instituto después de veinte minutos, no había ninguna alma por los pasillos del instituto. Había silencio pero a la vez no tanto, algunos murmuraciones dentro de los salones de clase y en otras, manteniéndose callados solo prestando atención al profesor. Me coloqué enfrente de la puerta de mi aula tocándola dos veces para después abrir la puerta, el profesor me miró de mala manera pero sin decir o reprochar algo, me señaló que me adentrara. Así lo hice. Mis pies caminaron hasta el lugar de Taehyung pero me percaté que en el se encontraba Yangmi, la hermana de Namjoon.

— Quítate — Me posicioné frente a ella, no me miró solo comenzó a guardar sus cuadernos dentro de la mochila pero Taehyung la detuvo.

— No, quédate. Sunhee, el lugar a un lado de Jimin está desocupado — Lo señaló con su cabeza, solté una risita por lo bajo y asentí.

— Bien, Taehyung, bien — Susurré mirándolo mal, con la frente en alto caminé hacía el lugar soltando mi mochila la cual cayó al piso y por último, desplomarme en el asiento junto a mi amigo.

Kim me miraba desde su lugar sin ninguna expresión en su rostro al igual que yo lo hacía pero con molestia. Jimin me extendió su paleta de dulce y la acepté. Eso pareció molestarte un poco a mi novio pero daba igual. Miré hacía el frente verificando que el profesor se encontrara distraído y cuando fue así, me acerqué a Jimin y lo besé. Se escucharon algunos jadeos de sorpresa al instante, sonreí entre sus labios abultados y rosaditos.

Taehyung se levantó del asiento de golpe y lanzó el mesa banco con sus dos manos al suelo, mi sonrisa no se esfumaba de mi rostro y eso pareció molestarle aún mucho más de lo que ya estaba. Caminó hacía mí con pasos firmes, no podía ver sus ojos pero sabía que eran muy penetrantes y que de ellos irradiaba la furia. Me tomó del brazo fuertemente, ante la mirada de todos los presentes me sacó del salón de clases. Le gritó un sin fin de barbaridades al profesor, cerró la puerta de golpe causando que las ventanas retumbaran. Me arrastró hacía un lugar aislado de los salones y... en si, de todo el mundo. Lo que no me imaginaba es que Taehyung estampara su mano contra mi mejilla y jalara mi cabellera.

Comenzando el maltrató hacía mí.


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Solo les contaré que me base en una película pero no al cien por ciento 🤪

❝ Maître de poupée ❞  | 𝗞𝗧𝗛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora