❝ Maître de poupée ❞ | 𝗞𝗧𝗛

Dieciocho

Me hice pequeña en mi lugar, sintiendo como el cuerpo me dolía demasiado pero el trato psicológico fue aún más allá de lo que esperaba. Ellos llegaron, para ese entonces, Taehyung me había obligado a cambiarme y maquillarme como tenía acostumbrado a hacerlo. Temblé tanto del miedo que mi estómago dolió, me encontraba muy alterada.

No lloraba, solo miraba un punto fijo con lágrimas secas en mis mejillas pálidas, aún temblaba un poco pero lo que había sufrido hace unos minutos era un acontecimiento que nunca se lo desearía a nadie. Aún los escuchaba en el living, riendo y tal vez bebiendo algunas cervezas como si nada hubiera pasado.

¿Porque los hombres eran así?

Taehyung me repitió tantas veces que debía sufrir como él lo había hecho tiempo atrás gracias a mí, por lo que le hice y acepto mi culpa, pero le pedí disculpas por todo y creo que aún así no merezco todo esto.

Dos mil dieciséis.

A la edad de dieciocho años, era una chica muy descontrolada, la falta de atención por parte de mis padres me afectaba demasiado. Hacía y deshacía todo el momento, no importaba lo que hiciera.

Solía frecuentar los barrios más que la propia escuela, fiestas que se realizaban a altas horas de la noche donde Yoongi, Hoseok y Namjoon hacían batallas de rap y solían ganarse un buen dinero debido a ello. Mientras que los demás disfrutábamos el espectáculo, estas fiestas eran ilegales porque dentro de ellas se manejaban las sustancias tóxicas y adictivas.

Me gustaba asistir, bailar y estar con los chicos. Si, es verdad que estuve con todos. Aquellos rumores que vagaban por la escuela no eran mentiras, pero solía decir que no era cierto, porque claramente era mala reputación hacía mi persona. Después, conocí a Kim Taehyung. Recuerdo exactamente a ese chico delgado, un poco más bajo de lo que es ahora, llevaba un mechón verde en su cabello castaño y aquella noche solo portaba unos vaqueros, botas tipo militar y una sudadera grisácea, el gorro de esta lo llevaba puesto, causando que le diera un aspecto más misterioso.

Sin embargo, decidí ignorarlo, a pesar de que me miraba mucho. Todos los días realizaban fiestas, asistía junto con los chicos y de igual manera, Kim. Para después de tres semanas, lo conocí mucho más porque se integró a nuestro grupo y solíamos salir algunas veces.

Hasta que llegó el momento donde se confesó, muy nervioso, relamiendo sus labios infinidad de veces y parecía ser que sus manos temblaban un poco. Lo cual me causó ternura, le di el sí. Pero aún no me encontraba preparada para tal cosa y eso no lo pensé con claridad, seguía con la idea de que podría hacer lo que yo quería sin que Kim se enterará de ello.

Ese fue mi error. Uno el cual sigo pagando a pesar de que han pasado aproximadamente cuatro años.

Una noche, Jimin me buscó, salimos a tomar unos cuantos tragos pero ninguno de los dos estábamos ebrios. Él por lo general se encontraba solo en casa, así que acepté el quedarme porque ya era demasiado tarde. Aunque aquello solo lo tomé como excusa, siendo sincera.

Las cosas se fueron tornando diferentes y para la mañana siguiente me percaté que había traicionado a Taehyung, sin embargo, seguí haciéndolo hasta seis meses después. Constantes engaños, nadie sabía, solo era entre nosotros pero... una noche, Yoongi se enteró de tal cosa y se lo comunicó a Jeon, quien con fines de divertirse un poco, nos grabó en la habitación, para ese entonces todos nos encontrábamos ebrios y probablemente drogados hasta el tope.

¿Tae? Él prefería quedarse sentado en algún sofá, esperando que saliera del baño, eso fue lo que le había mencionado y es que realmente no era mentira hasta que Park me tomó del brazo llevándome consigo hasta aquella habitación.