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-¡Te dije que no te pusieras esas cosas! -regañaba Ardia a Ashley mientras caminaban por una calle casi totalmente oscura como el cabello de Ardia.
Ashley avanzaba tropezándose cada casi tres pasos. La calle no era bastante plana, tenía demasiados baches. Las piedras impedían su buen caminar. Aquello era una tortura, más que su novio hubiese terminado con ella. Eso era más tolerable. Los pies comenzaban a dolerle. Sus piernas delicadas se sentían cansadas y en cualquier momento le iban a temblar de tanto caminar. Dejo escapar un quejido y maldijo.
-Si me hubieras dicho a donde iríamos lo habría hecho -le respondió un poco molesta y agobiada.
Las zapatillas no eran elaboradas para terrenos tan horribles como el que andaban. Molesta consigo misma, avanzaba sobre el inestable camino. Aquello le dejaría ampollas dolorosas al día siguiente. Maldijo a su amiga, quien reía al observar como caminaba Ashley. Era divertido.
El alcohol aún seguí en su cuerpo, lo cual provocaba que ambas se menearan de lado a lado de vez en cuando.
-Ya te dije -explicaba Ardia. -Es sorpresa. Sólo no quiero que lo arruines. Será divertido. Te ayudara... -detuvo su oración y se detuvo ella también, para analizar a Ashely, quien pocos segundos después se paro frente a ella. Ardia estudio su rostro. Estaba cansada, triste, los ojos aún permanecían rojos, y estaba molesta. Pensó en cómo no herir sus sentimientos y que no llorara de nuevo, porque no sabría qué hacer. -Tu asunto -dijo sutilmente.
Ashley la miro a los ojos. Sabía que su mejor amiga trataba de no lastimarla, pero podía soportarlo. El dolor que las zapatillas le causaba era mucho mayor que el de su corazón y la odiaba por eso, porque salir a quien sabe dónde por la noche después de una ruptura no era lo que imaginaba mientras se arreglaba.
-Sabes que lo puedo soportar -le explicó.
-Está bien, está bien -respondió su amiga.
Ardia giró sobre sí y comenzó a caminar. Atrás, Ashley la seguía, un poco malhumorada.
Sentía miedo. Poco a poco se dio cuenta de a donde la conducía su mejor amiga. Estaban en los suburbios bajos, dónde prácticamente la luz de luna no tocaba. Su corazón comenzaba a acelerarse con cada paso. El dolor emocional y físico paso a segundo plano de inmediato. Si alguien se enteraba de que estaba allí, de que estaban allí, se convertiría en la burla de todos. Si su padre llegase a enterarse de donde deambulaba por la noche, estaría en problemas si es que salía con vida en aquellos bajos sitios. Sabía que en cualquier momento la reconocerían. Sus más cercanas amigas la criticarían tan fuerte como un huracán. ¿Salir de una cuna de oro para rebajarse con esa gente? Se le erizaba la piel de solo pensar en lo que dirían las revistas. Se detuvo de golpe.
-No deberíamos estar aquí -espetó frívolamente a su amiga quien se giró para verla.
-Lo sé -le dijo mientras se acercaba a ella. -Lo sé muy bien. Pero, ¿qué dirán? Nosotros diremos que fue un impulso de tu depresión. Una hermosa muchacha, bajó el efecto del alcohol, con el corazón roto sólo buscaba encontrar la paz y sentirse bien. ¿Te parece?
-Pero... -comenzó a decir, dudosa. Sabía que si ponía una excusa de esa manera sería perdonada, todo el mundo se volvería con los brazos abiertos y el odio caería en Dorian. Ya había sucedido varias veces, hacer rabietas de tristeza. -Está bien -dijo firmemente, pero con miedo.
-Menos mal porque ya llegamos -. Se alivió Ardia.
La tomó por la muñeca derecha y la jaló a caminar con ella. Dieron unos cuantos pasos para luego girar a la derecha. Y todo estalló. La avenida estaba completamente llena de personas vociferando al unísono. La música salía de todas partes. Era casi imposible avanzar por las banquetas, repletas de personas ebrias, bailando, y más con aquellas estúpidas zapatillas que traía puestas. Chocaba con desconocidos, pero ellos ni siquiera se inmutaban. Sólo se rían en el alcohol. Un escalofrío le recorrió la columna vertebral. Y entonces escuchó:
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S E C R E T S
AcakBienvenido a Secrets, el lugar dónde todos quieren estar. ¿Alguna vez te has preguntado cómo es la vida de aquellos que gozan de la popularidad? Se bienvenido a nuestro mundo, dónde el alcohol, el sexo y las fiestas reinan cada lugar. Dónde lo má...