Capítulo 1💞❣️

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La prometida del millonario
Cuarta Parte

Sarah se miró fijamente en el espejo a la vez que arrugaba la nariz. Cogió el
maquillaje y se puso un poco más, intentando tapar los tonos morados y negros de
sus ojeras.
-Estás bien, kotyonok- dijo una voz profunda, mientras su dueño la agarraba por la
cintura y le besaba el cuello. - Además, la discoteca está oscura; nadie se va a fijar.
-¿Te apuestas algo?- replicó Sarah con un suspiro. Era la primera vez que iba a ver
a su familia y amigos desde que regresaran de Nueva York y, después de todo lo
que había sucedido, sabía que iba a estar en el punto de mira de todos.
Los últimos meses le parecían un mal sueño. ¡Qué diablos!, el último año, se
corrigió mentalmente. Desde que cruzó el umbral de VIC Enterprises, su vida no
había sido la misma. Pero no se quejaba. Mucho.
Cuando aceptó el puesto de asistente personal de Vitaly Chekhov, supo que iba a
aprender muchísimo de uno de los empresarios de logística más influyentes del
país, pero no se imaginó que se iba a enamorar de él. O que iba a ser secuestrada,
pensó con aflicción mientras se aplicaba el maquillaje.
-¿Qué piensas?- preguntó Vitaly besándole el cuello. Inclinando la cabeza para
darle más acceso, ella suspiró.
-En todo lo que ha pasado- respondió, dándose la vuelta para mordisquear su
barbilla. Por lo general, la cabeza de ella apenas le llegaba al pecho pero, con
tacones, podía hacerle carantoñas mientras él la abrazaba.
Vitaly le bajó la cremallera del vestido, y continuó besándola.
Sarah gimió -Vitaly, vamos a llegar tarde a nuestra propia fiesta- intentó regañarle,
y él colocó la mano sobre uno de sus pechos.
-Exactamente- respondió, y apretó delicadamente, antes de que su pulgar
encontrara el pezón, erecto y ansioso por su roce. -Es nuestra fiesta. Que esperen.
-Teniendo en cuenta lo que pasó la última vez que alguien me esperaba en una
fiesta, ¿no crees que estarán preocupados?- Con un gruñido, Vitaly dio un paso
atrás y sacó el móvil del bolsillo.
Quítate el vestido- le ordenó. -Ahora vuelvo-. Antes de salir del cuarto, se quedó
mirando a su adorable Sarah. - Déjate los zapatos puestos.
Sonriendo, Sarah se quitó el vestido y se dirigió a la cama. Quería haberle
sorprendido más tarde con lo que llevaba puesto por debajo, pero, dadas las
circunstancias, ese era un momento excelente. Al inclinarse para retirar la colcha,
oyó una tos detrás de ella, giró la cabeza y vio a Vitaly apoyado contra el marco de
la puerta. Sus ojos marrones ardían de deseo y tenía el aspecto de estar a punto de
saltar sobe ella.
-Tenemos tiempo- informó, acercándose a la vez que se desabrochaba la camisa.
-Pero aún así, creo que vamos a llegar tarde.
Sarah sonrió seductoramente al sentir a Vitaly detrás de ella. Agarrándola por las
caderas, la atrajo hacia sí, y ella se restregó contra su erección.
-Qué cosas me haces, kotyonok- le dijo, admirando las vistas.
Sarah llevaba un corsé de seda cruda roja y un tanga a juego, con ligueros y medias
también de seda. Los Louboutins le hacían guiños con sus suelas escarlata. Al
recorrer su cuerpo con las manos, sintió cómo ella temblaba con anticipación, y le
cubrió los senos, apretándose firmemente contra su espalda. Sarah levantó los
brazos por encima de su cabeza y los colocó alrededor de su cuello, apoyándose en
él. Su gatita había crecido mucho desde la primera vez que la vio. Había pasado de
ser virgen a una seductora mujer, y se sorprendía de cómo encontraba nuevas
formas de excitarle. Si bien sabía que podía tener a cualquier mujer, pensó, se
sentía cautivado por esta fierecilla rubia que le demostraba constantemente lo
inteligente e ingeniosa que era.
Si no fuera por ella, puede que nunca hubiese sabido quién fue el responsable de la
filtración de secretos de su empresa, por no mencionar su inquebrantable apoyo y
la dedicación con la que trabajó en los nuevos contratos mientras él estaba en
coma. Tenía todo lo que deseaba en una mujer, y estaba ansioso por hacerla su
esposa.
Intentando no desarreglar demasiado la lencería, la inclinó sobre la cama y le
separó las piernas. Ella apoyó los codos sobre la colcha y levantó el trasero, atenta
al sonido de su bragueta. Cerrando los ojos, se maravilló de lo mucho que la excitaba Vitaly.
Gimió al sentir su erección rozándole el coño, que ya estaba empapado por el
deseo. Penetrándola lentamente, ambos gimieron con lujuria al sentir cómo llegaba
hasta el fondo. Con una mano en su cadera y la otra en un hombro, Vitaly comenzó
a embestir de forma constante, y Sarah arqueó la espalda acoplándose al ritmo.
Las manos de Sarah se dirigieron a su clítoris y empezó a frotarlo. -Joder, Vitaly-
exclamó entre gemidos. -Más fuerte, por favor, estoy muy cerca-. Con un gruñido,
Vitaly acelero el ritmo y comenzó a estrellarse fuertemente contra ella. El aumento
de los espasmos alrededor de su polla con cada sacudida, le advirtió que estaba a
punto de correrse. Acelerando aún más, escuchó cómo aullaba su nombre y le
pellizcó el clítoris, haciendo que se volviera loca. Una...dos...tres embestidas más y
la sujetó fuertemente contra él, mientras ambos alcanzaban juntos el orgasmo. Tras
besarle la espalda, sacó la verga lentamente. -No te muevas- le dijo,
encaminándose al baño para coger una toalla. Vitaly entró limpiándose y sonrió al
verla doblada sobre la cama. Desde atrás, le limpió el resultado de sus orgasmos, y
Sarah gimió.
-Sigue así y puede que no aparezcamos por la fiesta- le dijo, contoneando el
trasero.
Riéndose, él terminó de limpiarla antes de ayudarla a ponerse en pie. Le dio la
vuelta y la besó, notando su enrojecido rostro. -Prefiero que estés caliente durante
la fiesta- confesó, y ella protestó con frustración.

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