Carajo, ¿Estoy enamorado? © Rodrick Heffley

Capítulo 5

Dia siguiente. 9:00 a.m

Desperté por el sonido espantoso del teléfono. Me duele la cabeza, así que la sobé un poco mientras buscaba el teléfono, hasta que por fin lo encontré y contesté. Era mi madre... ¡DIABLOS! ¡Lo olvidé!

─ Hola cariño ¿cómo están? Ya vamos para allá

─ H..hola mamá, estamos bien ¿en cuánto tiempo llegan?

─ ¿Seguro que están bien? Oye ¿por qué tartamudeas tanto? ─tragué saliva.

Carajo, ¿ahora qué se supone que le diga? Me rindo. Seguro no tendré tiempo de arreglar la casa, está hecha un desastre.

─ ¿Tartamudear? ¿Yo?, ni que fuera el tonto de tu hijo ─reí nerviosamente.

─ Tu también eres mi hijo

¿Acaso me dijo tonto?

Mientras platicaba con mi madre me acerqué a Greg y lo moví bruscamente para que se despertara.
Me miró y justo en el momento que iba a hablar, puse mi dedo índice en medio de mis labios, formulando un "Shh". Tapé la bocina del teléfono y le dije que era nuestra madre y que ya venía en camino. Rápidamente se levantó y empezó a recoger todo.

─ Oye mamá, perdona que interrumpa tu historia en la asilo del abuelo, pero ¿en cuánto tiempo llegan? Digo... para recibirlos con un buen desayuno

─ ¿Qué? ─dijo alargando la palabra─ ¿Tú cocinando? Ni tu te la crees Rodrick

─ Solo trataba de ser cordial, pero ¿y entonces?

─ Llegamos en aproximadamente 15 minutos, andas muy raro, espero que todo esté bien por allá

─ Hmm si mamá no te preocupes, tengo que irme te dejo, adiós ─colgué y aventé el teléfono al sillón.

Comencé a sacar a los invitados, le pedí a Greg que él los agarrara de las piernas y yo de los brazos y así fue sucesivamente. Los acostamos en el pasto y los regamos con la manguera para que se despertaran.

─ Se acabó la fiesta ¡Largo! ─dije haciendo una mirada desafiante.

En menos de un segundo, ya estaban fuera del sector de mi casa. Me percaté de que el sofá estaba afuera de la casa en eso llamé a Greg para que me ayudara a meterlo. Agarramos bolsas de basura y metimos los desechables junto con envolturas de comida, para después tirar las bolsas a dos calles de mi casa.
Iba cerrando la puerta y en eso escucho el carro estacionarse afuera.

─ Ya llegaron, ¿no nos falta nada? ─dijo Greg.

─ No lo sé, y si es así te mato ─dije acostándome en el sofá boca abajo.

Abrieron la puerta y se dirigieron primeramente con nosotros.

─ Ay mis chicos, los extrañé ─dijo mi madre abrazándonos.

─ Mamá solo fue una noche, no pasó ni el día ─dije desaferrándome a su abrazo.

Esto es muy cursi para mí.

─ Yo si los extrañé ─dijo Greg.

─ Como sea, iré a darme un baño

Llevaba dos horas de retraso en la escuela, por lo tanto he perdido dos clases. En cuanto terminé de bañarme y "peinarme". Fui a la cocina, agarré un pan y salí de mi casa.

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Al estacionarme, me bajé y me di cuenta de que faltaban 10 minutos para el descanso.
Me recargué en la furgoneta mientras esperaba a que el tiempo pasara para así poder entrar a la escuela. Lo más seguro es que si entro ahora estén algunos profesores por el pasillo, y en la hora del descanso siempre se reúnen para almorzar juntos. Así que prefiero ser precavido con eso.