𝑯𝒆𝒂𝒅 𝑶𝒗𝒆𝒓 𝑭𝒆𝒆𝒕 ♡Crygi♡

I. Head over feet

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Al despertar, lo primero que vio Gigi fue su vieja lámpara encima de unas cuantas cajas aún llenas de cosas que faltaba desempacar, que suplían como mesita de noche. Acababa de mudarse a Missouri junto con su madre y era su primer día de clases. A Gigi le entusiasmaba la idea de empezar de cero en un nuevo lugar, aunque esto no reducía los típicos nervios de empezar de nuevo en un lugar diferente, tan sólo esperaba que las cosas marcharan bien.

El camino en bicicleta le resultó calmado, a pesar de apenas llevar unas cuantas semanas de haberse mudado, Gigi ya conocía el trayecto pues anteriormente su madre la había llevado a completar documentos de inscripción, ¡Dios! todo hubiera sido más fácil si simplemente la hubiera llevado en carro esta vez también. Conforme se acercaba a las puertas de la escuela podía ver más gente igualmente llegando, en ese justo momento Gigi comenzó a sentir su nerviosismo elevarse, sus latidos acelerarse y empezaba a plantearse todo tipo de escenarios que tan sólo la hacían preocuparse más, todo se puso en pausa cuando escuchó una voz un tanto aguda detrás de ella, al no escuchar bien la primera vez y que la chica notara su desconcierto, la última se repitió.

- Soy Jennifer, me llaman Jan, te pregunté tu nombre - parecía bastante amable, irradiaba energía y Gigi pensó que tenía lindos dientes.

- ¡Cierto! soy Georgina, pero usualmente me llaman Gigi, o no me llaman - Jan rió ante la presentación de Gigi para que después ella también lo hiciera - A propósito ¿Sabes dónde puedo revisar mi horario?

- Sí, tan sólo tienes que pedirlo en dirección, tengo entendido que igual tienes que llenar unas formas o algo así. Verás, la dirección queda por... - Gigi ya sabía dónde quedaba la dirección, esa aburrida oficina en la que al estar apenas unos minutos se sentía mareada y tan sólo pensar en hacer más documentos cansaba a Gigi, por lo que quería terminar con eso de una vez por todas.

- Creo que sé dónde está ¡muchísimas gracias, Jen! - Interrumpió Gigi mientras salía corriendo, dejando a Jan con palabras en su boca.

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Era un cigarro, uno solo; no es como si fuera... cocaína o algo así. Crystal tuvo la brillante idea de probar un cigarro por primera vez en los baños del colegio, el cigarro se lo dio Sherry ¿Por qué no la podían mandar a la dirección a ella también? Para empezar, el día no iba de lo mejor, aunque no es como que Crystal esperara mucho, nunca esperaba mucho; era el primer día de clases, era ver las mismas caras que los últimos cuatro años y preguntarse por qué no se podían cambiar de escuela.

Y ahí estaba Crystal, sentada en las sillas de la dirección maldiciendo internamente a Aiden por haberla delatado, Jackie tenía que saberlo y claro que se lo diría, siempre y cuando no se quedara en detención, aunque para Crystal ya era seguro que tendría que pasar un rato de su tarde en ese salón al fondo del pasillo del edificio principal donde a absolutamente nadie le gusta estar. Huele a humedad por alguna razón y la mayoría de los escritorios están cubiertos de garabatos y leyendas un tanto confusas ¿Decía Crystal o Cristina? ¿Y por qué pondrían su nombre en una de esas infames mesas en el salón de detención?

Crystal sabía que no era la persona más relevante en la escuela porque nadie realmente lo era. Las chicas que usualmente tenían citas y una vida social un poco más activa de lo regular podían convencerse de que eran las Plásticas, cuando seguramente había mínimo otros diez grupos de chicas en la escuela que tenían la misma percepción de ellas mismas. Crystal lo sabía mejor que nadie, claro que no había experimentado el pasar por ese tipo de grupos, pero sí el estar casi cuatro años observando todo lo que pasaba a su alrededor sin realmente ser parte de ello.

Volviendo al punto, Crystal no sabía qué le iba a decir ahora a sus padres, si les llamaban desde la escuela porque encontraron a su hija fumando en uno de los baños del colegio, primero que nada, era bastante patético, y segundo no tendría idea de qué hacer. Los padres de Crystal bien podían llegar tarde a casa todos los días pero de una u otra manera se enterarían y harían algo al respecto.

¿Tan mal se veía Crystal que la chica que llegó a sentarse en las sillas de dirección no le dirigió ninguna palabra? Era comprensible, probablemente aún olía a tabaco o tenía mala cara, pero cómo no tenerla cuando probablemente estaba a punto de ser mandada a un internado en las montañas o algo por el estilo. Cuando Crystal finalmente se decidió a saludarla al menos, la chica que hace unos momentos estaba sentada a lado de ella ya no estaba, se metió tanto en sus pensamientos que Crystal no notó cuando la chica entró a la dirección, pero sí cuando salió corriendo de allí y se veía tan hermosa que tan sólo le quedó ver cómo se perdía en el pasillo.

Crystal fue sacada de sus pensamientos nuevamente por la voz de la secretaria de dirección que llamaba su nombre, a este punto lo único que Crystal esperaba era que tan sólo se quedara en detención un rato o algo por el estilo.

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