Capítulo 6. "Probablemente, si"

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J.

Fue fácil convencer a Rami para visitar a su familia en Los Ángeles el domingo por la mañana. Lo difícil fue pensar qué decirle a mis padres.

-El equipo de futbol de la escuela tendrá partido el domingo en Los Ángeles-. Comenté durante la cena. -Todas las animadoras iremos, incluyendome-. Mis padres me dedicaron una mirada inesperada.

-¿Irán en el autobús?-. Preguntó mi madre.

-Esperaba poder ir en el auto de Julie. Es un autobús para los chicos y chicas, solo que no hay suficiente espacio aparte para el equipaje y los uniformes.- mentí. Bajo la mesa movía de arriba hacía bajo mis piernas de los nervios.

-Podría llevarte tu padre.

-Sigo con audiciones-. Contestó.

-No puede ir sola, Jack-. Reprochó.

-Hay un chico. Jacob, es el capitán. Él me acompañará-. Dije lo primero que se me ocurrió. Mi madre me miró confundida.

-¿Lo conoceremos?

-Saldremos de aquí a las cinco de la mañana si es que estarán despiertos a esa hora...

-Mejor deberías traerlo a la cena de tu cumpleaños-. Intervino mi padre. -Falta una semana. Queremos conocerlo-. Tragué saliva.

-Bien. Solo que siempre está ocupado con el futbol y con lo de la universidad.

-¿Qué va a estudiar?-.preguntó mi madre interesada.

-Arquitectura-. No era de Jacob de quien quería hablar y mucho menos con mis padres. Pero estaba segura que si supieran de Rami no me dejarían siquiera estar cerca de él.

-¿Están saliendo?-. Dijo mi padre.

-No. Estoy concentrada solo en la escuela, papá.- sonreí y el devolvió mi sonrisa. Continué comiendo mientras mi madre me miró en silencio unos segundos más. ¿Podía saber que mentía?

(*)

Tal y como había dicho, salí temprano de casa. Recogí a Rami fuera de la pizzería. Al entrar al auto dejó un bolso de viaje atrás y dejó una bandeja de café y panecillos en la guantera.

-Buen dia. Creí que sería necesario una buena dosis de cafeína-. Dijo. Sonreí, sujete su barbilla y lo besé.

-Gracias. Oficialmente vamos camino a Los Ángeles-. Mascullé acelerando. -¿Tienes noticias de alguna audición?

-Hay una en una plaza del centro a las once.

-Llegaremos a tiempo.

-Te ves hermosa.-sonreí y sentí que me ruborizaba. Extendí mi mano hacía él y al tomarla depositó un beso en mis nudillos. -Gracias por creer en mí.

-Creo en ti más que en nadie-.sonrió y me besó en la mejilla. Reí ante las cosquillas que ocasionó su barba en mi piel.

La carretera a la ciudad estaba desértica. El sol salió casi a las siete de la mañana justo detrás de nosotros, alumbrando el horizonte. Bebimos café y escuchamos musica todo el camino mientras cantábamos.

Llegamos a la ciudad casi a las nueve de la mañana. Seguí las calles y el tráfico por donde él me indicaba que estaba su casa.
Aparqué al final de la calle en una hilera de casas no muy lujosas pero tampoco pequeñas. Era una zona de clase media, pero la fachada era muy acogedora y familiar. Lo bueno de los lugares hechos a la medida es que estabas más cerca de la familia siempre y cuando estuvieran en casa.

Rami y yo nos bajamos. Caminé lento dándole espacio para entrar y anunciarse. Estaba nerviosa. Solo ahora caí en cuenta que conocería realmente a su familia y la opinión que ellos podrían tener de mi me preocupó. Pero la inseguridad se marchó en cuando una mujer lo recibió con un caluroso abrazo largo y palabras de cariño.

-Mamá, ella es Jude.-me presentó.

-Hola.- dije.

-Por Dios. Eres hermosa. Es un placer conocerte, me alegra tanto que hayas traído a mi hijo de vuelta-. Dijo abrazándome de igual forma.

-Solo vinimos a una audición, mamá-. Le recordó el chico.

-Aun así. Un día, dos horas una semana. Lo que importa es que estás aquí. Pero pasen. ¿Ya desayunaron? Y no, los panecillos con café no es desayuno. Les prepararé algo-. Exclamó y corrió a la cocina. Rami y yo nos miramos de pie sobre la sala.

-Es muy linda.- dije refiriéndome a su madre. Él tomó mi mano y me jaló hacía él. Sostuvo mi mejilla y me besó.

-Rami.- reclamé con voz baja. No quería que su madre nos mirara.

-Lindo es besarte.- bajé la mirada. Mantuvo su otra mano en la mía y así caminamos a la cocina.

-¿Dónde están Sami y Jasmine?-. Preguntó después de correr una silla invitándo a sentarme.

-Jasmine salió a desayunar con Luke. Están preparando la boda.

-¿Qué? ¿Van a casarse?-. Se sorprendió. Me reí ante su reacción.

-Lo sabrías si la llamaras.-giró su madre colocándo dos platos con huevo y tocino. Rami suspiró.

-No he tenido noticias, mamá. En cambio ella pudo llamar para dar la noticia.

-¿Tu llamaste para presumir que conociste a Jude?-. Ambos nos sonrojamos ante eso. Su madre se río.

-Son tan adorables.

(*)

Después de desayunar, Rami y yo fuimos juntos a su audición. No había mucha gente a comparación de la pasada y salió un poco más tranquilo. Esperé en el auto treinta minutos. Volvió tranquilo y con el rostro pensativo y concentrado. Lo miré atenta mientras se subía a mi lado.

-¿Y bien?-.presioné. Me miró.

-Dijeron que iban a llamarme.

-Eso esta bien.

-¿Si?

-¡Si!-.celebré y nos besamos.

Volvimos a su casa por la tarde y antes de irnos almorzamos en compañía de su hermano y hermana. Fue una tarde muy divertida. Sami y Rami se llevaban como mejores amigos y eran muy graciosos contando sus anécdotas pasadas y presentes. Noté que les dolía despedirse. Le pidieron a Rami que volviera a casa, pues aquí parecía haber más oportunidades para su trabajo que en California.

-Si me llaman de esta audición créanme que volveré-. Contestó.

-No tendrás otra opción.-dijo su hermano. Se despidieron con abrazos, besos y buenos deseos. Yo en lugar de Rami quería quedarme ahí. Era una casa llena de amor y compresión. Era algo que yo nunca tuve.

Mientras subía al auto recibí un mensaje de un número desconocido.

"Tenemos que hablar sobre el proyecto"

Me impresionaba que Jacob se interesara tanto por una tarea. Dejé el teléfono en la guantera y saqué unas píldoras. Un dolor se acentuó en mi cabeza y mi vista se nubló. La pastilla recorrió toda mi garganta hasta mi estómago.

-¿Estás bien, Jude?-.preguntó Rami preocupado.-Por Dios tú... no podías en casa...

-Descuida. Tomo una de estas cuando ingiero azúcar o grasas algunos días. Créeme lo olvide por completo.

-Dijiste que eras alérgica.-dijo sorprendido.

-Esa vez te mentí.-acepte con pena mirándolo.-Lo siento mucho.

-¿No querías salir conmigo?

-No es eso.

-¿Entonces qué hacemos aquí?-. Se exaltó.

-Tengo una enfermedad-. Exclamó tomándolo del brazo. Abrió los ojos confundido.-Me daba miedo decírtelo. Nadie lo sabe, por eso es que soy tan extraña con la comida.

-¿Qué es?-.tragué saliva.

-Es un tipo de lupus muy peligroso. No puedo comer cosas tan procesadas pero tu madre cocinó muy rico y dudo que me haga reacción.

-No entiendo.-negó con la cabeza.-¿Puedes morir?-. Lo mire en silencio.

-Probablemente, si.

Si pudiera volar 《Rami Malek》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora