Yuki.

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Akashi Seijuro nunca fue lo que su padre espero que fuera. Incluso cuando se esforzó para ser el mejor hijo, un heredero adecuado y el estudiante perfecto; aun así, jamás fue suficiente para Akashi Masaomi.


Tampoco fue bueno para su madre, porque ella fue la mujer defectuosa que dio a luz a un niño insuficiente para ser un Akashi.


—Está bien, señorito... — Su nana fue la niñera de su madre, era una mujer en sus cuarenta años, trabajando casi la mitad de su vida, podría considerarse la madre de su madre, por consiguiente, era como una abuela para Akashi. —Su madre solo está teniendo otro día malo, tal vez...


Su nana y los sirvientes, que lo vieron desde que era un bebé, fueron los que lo criaron cuando su padre lo desecho y su madre no salió nunca más de su habitación, excepto cuando tenía que ser la perfecta esposa de Akashi Masaomi y la dulce y amorosa madre de Akashi Seijuro en las reuniones sociales o de la empresa de su padre.


—Yuki, todos los días son malos para mi madre. — El pequeño Akashi de siete años miro la mesa, excesivamente grande para una "familia" de tres personas. Y aún más grande solo para un niño.


Yuki intentó sonreír, en su lugar una lagrima rodo por su mejilla izquierda, mientras observaba al niño comiendo en silencio y completamente solo, como todos los días.


Seijuro nunca lloró por eso.


Ni siquiera lloró cuando su padre lo señalo y le dijo frívolamente que no era capaz, solo porque falló una sola vez.


—Todo lo que has conseguido con la victoria, lo perdiste con una sola derrota.


¿Por qué a este hombre se le permite incluso ser padre?


¿Por qué su dulce Shiori término como la esposa de ese hombre?


¿Por qué la Shiori que crió para ser fuerte e independiente permite todo esto?


¿Por qué una madre abandonó a su hijo?


Yuki no lo entiende.


—¡¿Akashi-sama, iremos al jardín a jugar después de la comida?! — Una de las sirvientas preguntó, la más joven de todas ellas. — ¡Podríamos decirle al jardinero que se nos una!


Yuki limpio el rastro del agua salada de su rostro y sonríe, ha llegado en el momento indicado, piensa Yuki. Himari era ese tipo de mujer dulce, decidida y alegre, que adora a los niños pequeños y suele actuar como una hermana mayor, a Seijuro le gusta ella, porque Himari sabe muchos juegos que él no y se divierten en el jardín o en el patio interior.


—No. Hoy no, tengo que estudiar más y mi tutor de violín llegará pronto... — La sonrisa de Yuki se borró inmediatamente.


El pequeño Akashi se bajó de su enorme silla, sin pedir ayuda.


Lost. |AkaFuri|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora